¿Qué dice el ‘big data’ sobre cómo vestimos?
El grupo Yoox Net-a-porter y la fundación del príncipe Carlos de Inglaterra lanzan el primer resultado de su colaboración: The Modern Artisan, una colección cápsula que sintetiza el saber hacer de los artesanos con las enseñanzas de los macrodatos.
Nos gusta la comodidad y valoramos los acabados funcionales en las prendas de vestir, pero no renunciamos a los detalles que las hacen especiales. Al menos eso es lo que se desprende de la colección The Modern Artisan, creada sintetizando el big data que maneja el grupo Yoox Net-a-porter con técnicas artesanales de confección. Concretamente uniendo a seis estudiantes de diseño del Politécnico de Milán y a cuatro artesanos que trabajan en The Prince Foundation, la fundación del príncipe de Gales en Escocia que desde el año 2000 busca preservar el saber hacer de varios ...
Nos gusta la comodidad y valoramos los acabados funcionales en las prendas de vestir, pero no renunciamos a los detalles que las hacen especiales. Al menos eso es lo que se desprende de la colección The Modern Artisan, creada sintetizando el big data que maneja el grupo Yoox Net-a-porter con técnicas artesanales de confección. Concretamente uniendo a seis estudiantes de diseño del Politécnico de Milán y a cuatro artesanos que trabajan en The Prince Foundation, la fundación del príncipe de Gales en Escocia que desde el año 2000 busca preservar el saber hacer de varios oficios tradicionales. “La clave para mí está en redescubrir la importancia de la naturaleza, entender de dónde vienen las materias naturales y cómo pueden ser usadas de forma emocionante e innovadora”, explica el príncipe Carlos en el comunicado de prensa.
La colección está formada por 18 piezas atemporales, 10 femeninas y ocho masculinas, y está a la venta desde hoy en los distintos sites del grupo: Yoox, Net-a-porter, Mr Porter y The Outnet. Los beneficios que genere se reinvertirán en la fundación. Cada una de las prendas incluye una etiqueta que traza con precisión toda su historia: de dónde vienen las materias primas, quién la ha diseñado, cómo cuidarla o qué artesano la ha confeccionado, ya sea en Dumfries House o, para los jerséis de punto, en la fábrica de lana Johnstons of Elgin, ambas en Escocia.
Para la realización de esta colaboración, los diseñadores han tenido acceso a los datos procesados de los últimos cinco años de la compañía que cuenta con una cartera de 4,3 millones de clientes. Un volumen inimaginable de información que ha ayudado a los creativos a entender qué prefiere el cliente e incorporar estos hallazgos en sus propuestas. Así han aprendido por ejemplo que triunfan los básicos de calidad y las prendas atemporales, algo que ya apunta la lógica; pero el análisis de datos va más allá y ha sido capaz de identificar que es preferible que una chaqueta de punto incorpore un cinturón para poder anudarse, el ancho de pantalón que mejor sienta o que los monos gustan más en azul marino.
Lazadas y trajes sastres
En la colección no podía faltar ni un traje sastre, ni una blusa de seda. Ambos fueron perfeccionados atendiendo a los datos de los estilos favoritos de los compradores. Por ejemplo, el traje sastre original (en la imagen, debajo a la izquierda) incluía un pantalón de tiro alto con drapeados que finalmente fue sustituido por un modelo con la cintura más ceñida y pinzas que se abren justo encima de la cadera. La americana que lo acompaña también fue modificada tras la idea original: “Los diseñadores fueron capaces de identificar una preferencia a largo plazo por los blazers, cada vez mayor por los cruzados”, indican desde la compañía. No todo son detalles prácticos: en el caso de la blusa el añadido fue la lazada, que puede atarse delante o detrás, otro de los vencedores en ventas.
El abrigo perfecto
La búsqueda de un sobretodo que dure para siempre es incansable. En The Modern Artisan han apostado por una pieza en cachemir que incorpora pequeños detalles. Algunos son estéticos, como los pliegues en la espalda o las mangas, otros son funcionales: “La inclusión de un cinturón es un resultado de los principios basados en datos, garantiza la longevidad del abrigo”, probablemente porque así es capaz de adaptarse hasta a un cambio de talla.
La medida de los tiempos
El largo del vestido de la colección es otro de los ejemplos de diseños que han evolucionado durante el desarrollo de la colección, al aplicar la sabiduría de los datos. En el caso de la chaqueta de cachemir, su inclusión se debe al creciente interés por esta prenda tan versátil: “La elección de incluir un cárdigan en la colección es un resultado directo de los datos (…) los diseñadores vieron una preferencia a largo plazo por las chaquetas dentro de la categoría de punto”.
La revolución de los datos y su aplicación al diseño de moda tiene posibilidades infinitas y esta colaboración es solo una de las primeras en explotarlo abiertamente de cara al público. El sistema permite personalizar la oferta y ofrecer creaciones más relevantes para el consumidor, con todo lo que ello supone en términos de sostenibilidad (reducción de desechos, etc.), pero deja en el aire a la creatividad. ¿Dónde queda si los diseñadores se dejan llevar solo por lo más vendido? En el número de septiembre de esta revista compartía su visión sobre el tema Federico Marchetti, presidente y CEO de Yoox Net-a-porter Group: “Me preguntan mucho sobre cómo encontrar el equilibrio perfecto entre humanos y máquinas y creo que el secreto está en usar el poder de la tecnología para apoyar la visión humana”. Una simbiosis de la que da buena cuenta esta primera colaboración, pero que ya está marcando el presente de la moda en muchas grandes compañías.