¿Por qué la generación zeta es tan crítica con las relaciones de diferencia de edad?
Billie Eilish y Olivia Rodrigo han sido cuestionadas por mantener relaciones con hombres mayores que ellas. Las dinámicas de poder y la diferencia de edad en las relaciones son objeto de debate en la actualidad.
El enfrentamiento entre millennials (nacidos entre 1981 y 1996) y la generación zeta (nacidos entre 1997 y 2012) no es nuevo. Hace meses que se ha popularizado, casi como tendencia en TikTok, burlarse de los treintañeros, de su supuesta obsesión por Harry Potter, su “adicción” al café y al aguacate o sobre los tejanos pitillos que usan. Kate Lindsay lo analizaba el pasado agosto en un artículo de ...
El enfrentamiento entre millennials (nacidos entre 1981 y 1996) y la generación zeta (nacidos entre 1997 y 2012) no es nuevo. Hace meses que se ha popularizado, casi como tendencia en TikTok, burlarse de los treintañeros, de su supuesta obsesión por Harry Potter, su “adicción” al café y al aguacate o sobre los tejanos pitillos que usan. Kate Lindsay lo analizaba el pasado agosto en un artículo de The Atlantic: «Los millennials, y sus manierismos, definieron el ecosistema online que ha dominado durante más de una década, con MySpace, Tumblr, Facebook y Twitter como su patio de recreo en internet. Pero ahora que estamos en la era TikTok, las grietas comienzan a revelarse. Instagram y Facebook, si bien siguen siendo populares, intentan capturar la magia de TikTok con vídeos y otro contenido ultracompartible que no resulta tan natural para los millennials». Para ella, «los millennials se están convirtiendo en la primera generación en envejecer» dentro del ámbito online que los vio nacer.
La disputa digital entre estas dos generaciones, que tiene más de meme que de pelea real en la mayoría de los casos, ha vuelto a avivarse. El motivo: Jesse Rutherford, el novio de la cantante Billie Eilish (de 20 años), con quien se lleva 11 años. La primera aparición pública de la pareja tuvo lugar el pasado noviembre en Los Ángeles. Se produjo en la gala del museo LACMA, patrocinada por Gucci, y ambos posaron en la alfombra roja vestidos de arriba abajo de la marca italiana, con estilismos pijameros (zapatillas y edredón incluidos).
Desde que se vieron sus primeras imágenes juntos saltaron las alarmas entre los seguidores más jóvenes de la artista. No se lo podían creer. Eilish, que en su último trabajo discográfico había criticado las dinámicas de poder con diferencia de edad en la canción Your Power, estaba ahora saliendo con un hombre mucho mayor que ella. La situación empeoró cuando sus seguidores comenzaron a investigar y descubrieron que los dos se conocieron por primera vez cuando Eilish tenía solo 16 años y que ella había sido, y es, muy fan de The Neighbourhood, el grupo de rock del que Rutherford es vocalista.
Los zeta inundaron internet con críticas hacia esta relación. El desacuerdo era total. La propia Eilish se defendió de esas críticas en una entrevista en vídeo de la edición estadounidense de Vanity Fair: «Tengo el control. Estoy al mando. Sé lo que estoy haciendo. Estoy bien. Podéis confiar en mí». Pronto llegaron además otros comentarios de usuarios mayores, no solo de millennials, sino también de los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964), que se unieron al debate. Estas dos generaciones tacharon rápidamente a los zeta de puritanos y de exagerados: “La generación zeta está a cinco meses de hacer los juicios de Salem, pero para las relaciones con diferencia de edad”, decía una usuaria en un tuit que se hizo viral y que acabó siendo eliminado por el revuelo que causó. “¿Vi un Gen Z enfadado con un hombre de 32 años que salía con una de 24 años? Es distancia, pero tampoco tanta. ¿Cómo de cerca en edad tenemos que estar para tener la aprobación de la Gen Z?”, se mofaba otra cuenta.
Joshua Conkel, escritor y guionista, dejó también en Twitter un comentario sobre esta polémica: “Hay algo cultural extraño en juego en este momento en el que algunos jóvenes piensan que son progresistas cuando en realidad son profundamente conservadores”. Si bien este tuit fue aplaudido por muchos que coincidían con esta supuesta deriva “tradicional” de los zeta, otras cuentas expresaban su perplejidad ante estas reacciones. Varios usuarios, como @whorriblytired, afirmaban que es muy positivo que las generaciones jóvenes sean “muy críticas con las relaciones con diferencia de edad (…) porque las dinámicas de poder están muy normalizadas y deberían de ser analizadas más de cerca”.
Otros usuarios como @womensmoon intentan entender cómo el hecho de haber crecido habitando en internet puede haber afectado a los zeta a la hora de formarse una opinión diferente sobre este tema en comparación a los millennials o los boomers: “Esta generación ha sufrido acoso online y fuera de internet. Hemos visto cómo los hombres mayores se aprovechan de chicas jóvenes desde muy pequeñas”. La oleada de comentarios hacia la diferencia de edad entre Eilish y Rutherford no afectó lo más mínimo a la pareja. Más bien lo contrario. Pocos días después de la filtración, coincidiendo con Halloween, se disfrazaron a juego: ella de bebé y él de anciano, burlándose de toda la situación.
“No creo que las críticas sirvan de mucho porque eso hace que quieran demostrar aún más su relación, es el clásico efecto Romeo y Julieta. Lo hicieron a propósito para decirnos ‘No podéis decir qué somos ni qué tenemos que hacer”, explica la analista digital Madisyn Brown en su videoensayo Are you mature for your age or is he a predator? (¿Eres madura para tu edad o él es un depredador sexual?). Pero Billie Eilish no ha sido la única joven famosa objeto de polémica. Otro caso muy parecido ha sido el de la cantante Olivia Rodrigo (19 años), otro referente para la generación zeta. Durante el año pasado recibió el mismo tipo de críticas tras hacerse pública su supuesta relación con el ejecutivo musical Zack Bia (de 26): “¡Tiene que empezar a salir con gente de su edad!”, exclamaban fans como @BARDIVERSACE en las redes.
Eilish ya había hecho referencia a este tipo de comentarios en el programa de Howard Stern: “Estoy viviendo en el mundo de la industria musical desde que tengo 13 años, rodeada de adultos. ¿Me imaginas saliendo con alguien que va al instituto? No puedo, simplemente no puedo”. Sin embargo, Brown alerta de las desigualdades que puede suponer estar con un hombre mucho más mayor: “Cuando tienes 20 años estás en un sitio muy diferente a cuando tienes 30. Estás en momentos muy distintos. Puedes tener 40 y estar con alguien de 50 y que no sea tan importante la distancia porque los dos tenéis una experiencia vital parecida”.
Taylor Swift y Demi Lovato. ¿Qué dicen las referentes millennials?
Entre las estrellas pop más veteranas este discurso sobre la diferencia de edad está presente: por un lado, se distancian de la posición de los nuevos referentes más populares de la generación zeta y, por otro lado, también de las opiniones de los usuarios de su misma generación. En su último trabajo discográfico Midnights, Taylor Swift (32 años), habla abiertamente del trauma psicológico que le supuso estar en una relación con John Meyer. Él tenía 32 años entonces y ella 19: “Viviendo por la emoción de golpearte donde duele/ Devuélveme mi niñez, fue mía primero/ Y estoy segura de que nunca hubiera bailado con el diablo/ A los 19″, canta en Would’ve, Could’ve, Should’ve.
No es la primera vez que Swift compone sobre este tema. Ya lo hizo hace una década con la balada Dear John, dedicada a Meyer, en la que también cantaba: “Querido John/ Ahora veo que todo fue un error/ ¿No crees que 19 años es muy joven para ser parte de/ Tus oscuros y retorcidos juegos cuando te quise tanto?/ Debí saberlo”. Pero sobre todo, Swift puso el tema de las relaciones con diferencia de edad en el orden del día hace un año, cuando lanzó la versión de 10 minutos de All Too Well (Taylor’s Version). En ella hacía referencia a otra de sus exparejas, Jake Gyllenhaal , que tenía 29 años cuando salieron. Ella tenía 20.
Demi Lovato también se unió a la conversación con su tema 29, en el que habla de su exnovio Wilmer Valderrama, con quien se llevaba 12 años. La canción se hizo viral en TikTok y acabó convirtiéndose en una tendencia: se crearon vídeos en los que los usuarios señalaban parejas de Hollywood heterosexuales que tenían una gran diferencia de edad y con una dinámica de poder tóxica.
La infantilización de las mujeres jóvenes
Lo que está claro es que las dinámicas de poder y la diferencia de edad en las relaciones son objeto de debate en la actualidad. No obstante, Brown alerta de que al hablar de este tema hay que tener cuidado para “no infantilizar a las mujeres jóvenes”, una de las bazas más usadas por los millennials y boomers en las redes cuando acusan a los zetas de ser demasiado sobreprotectores. “Queremos protegerlas, queremos asegurarnos de que no están siendo explotadas por hombres mayores, pero es importante reconocer la autonomía de las mujeres porque no son estúpidas, no son recién nacidas. Saben lo que están haciendo, son conscientes de que están saliendo con alguien que es mucho más mayor que ellas y el riesgo potencial que supone, pero lo hacen igualmente”, añade la analista en su vídeo de YouTube.
¿Es entonces una situación sin escapatoria? Brown afirma resignada que a veces siente que “todas las chicas tienen que pasar por su momento Dear John, así van las cosas”, haciendo referencia a la canción de Swift. No piensa igual la escritora Rayne Fisher-Quann, que en su ensayo The Pain Gap (La brecha del dolor), publicado en su newsletter, escribe: “En nuestra cultura está muy extendida la idea de que una mujer joven solo puede llegar a ser interesante y compleja si experimenta cantidades incalculables de dolor, por lo que buscamos ese sufrimiento en un intento de llegar a ser artísticas, pero acabamos aprendiendo que, para empezar, partíamos de una premisa errónea. El dolor no es más que dolor”.
Fisher-Quann continúa reflexionando sobre la política de autonomía que se suponía que era “liberadora” pero, que al final se ha convertido en una arma contra las mujeres jóvenes: “Nosotras elegimos esto, ahora somos mujeres adultas, no deberíamos infantilizarnos insinuando que algunos límites no deberían haber sido nuestra responsabilidad”. Ante esta narrativa, ¿cae toda responsabilidad de acción en Eilish, Rodrigo o todas las otras que han venido antes que ellas o las que vendrán en un futuro? Es en este proceso de enmarcar la culpa donde “los hombres son los que se infantilizan: los vemos como incapaces de contenerse, víctimas de la mujer que actúa sobre ellos, impotentes para trazar un límite o, mejor aún, para analizar críticamente sus deseos”, añade la escritora.