¿Te convierte ser amiga de tu ex en una psicópata en potencia?
Distintas expertas valoran un reciente estudio cuyas conclusiones se han hecho virales y que afirma que mantener la amistad con un ex puede esconder una personalidad maquiavélica.
En las últimas semanas se ha hecho viral la conclusión de un estudio de la Universidad de Oakland que asocia trastornos de personalidad como el narcisismo y la psicopatía con el mantenimiento de la amistad con una expareja. Aunque la mayor parte de los medios que han recogido la noticia no explican con detalle la metodología de la investigación ni el grado de extrapolación de la misma, ...
En las últimas semanas se ha hecho viral la conclusión de un estudio de la Universidad de Oakland que asocia trastornos de personalidad como el narcisismo y la psicopatía con el mantenimiento de la amistad con una expareja. Aunque la mayor parte de los medios que han recogido la noticia no explican con detalle la metodología de la investigación ni el grado de extrapolación de la misma, titulares llamativos que contenían las palabras ‘ex’, ‘amistad’ y ‘psicópata’ han circulado por las redes a gran velocidad.
El estudio, con varias fases, preguntaba a los encuestados por los motivos que destacaban a la hora de mantener la amistad con una pareja del pasado. Como era de esperar, algunas razones eran positivas y de orden sentimental (se trata de una persona confiable, el vínculo emocional es alto, etc.) y otras más pragmáticas y de orden utilitarista (facilidad para acceder al sexo o al dinero, conveniencia, etc.). La posterior evaluación de la personalidad de los participantes concluyó que aquellos que habían alegado razones altamente “pragmáticas” o de “acceso al sexo” para seguir siendo amigos de un ex mostraban rasgos de conducta de lo que los expertos llaman la “triada oscura” de la personalidad: narcisismo, maquiavelismo y psicopatía.
Conclusiones así explican que esta vez el sensacionalismo estuviera justificado, pero los expertos advierten “desconozco el estudio, no lo he leído pero llevo muchísimos años como terapeuta de pareja y solo puedo decir que mi observación clínica es que no hay ninguna correlación entre trastornos mentales tan severos y tan poco frecuentes con la decisión de mantener una relación amistosa una vez que una pareja finaliza su pasión o relación romántica” nos lo dice al teléfono Miren Larrazabal, piscóloga, sexóloga y profesora en distintas universidades. Larrazabal es tajante y apunta que “estamos viviendo una ‘patologización’ tremenda de la sociedad y los profesionales sensatos no podemos contribuir a eso. Todo lo contrario, tenemos que despatologizar. No todas las conductas pueden ser trastornos, eso no es serio y debemos ser rigurosos. Yo no soy especialista en evaluación, pero consulto investigaciones a diario para llevar a cabo mi trabajo y solo sé que como este, muchos no se pueden generalizar, no se pueden extrapolar con tanta facilidad. No dudo que los resultados que han hallado estos investigadores sean los que dicen y sean correctos, pero de ahí a señalar que las personas que son amigos de sus exparejas tienen trastornos de personalidad hay un paso muy brutal que no debemos dar y que los medios debéis rebajar para no crear una alarma social innecesaria”.
En efecto, el estudio no dice que las exparejas que mantienen una amistad tengan personalidades oscuras sino que, entre aquellas personas que argumentaron como motivos prioritarios para mantener esta amistad cuestiones de índole utilitarista, pragmática o de acceso a recursos disponibles como el sexo o el dinero la prevalencia de signos relacionados con personalidades “oscuras” era mayor que en los que argumentaron motivos de índole sentimental o de apego. Con todo, la experta insiste en que no cree que existan variables patológicas de personalidad que se relacionen con la idea de ser amigo de una expareja. “Para que dos variables puedan conectarse han de tener una correlación que sea significativa. Es decir, para relacionar dos cosas, en este caso la amistad con un ex y patologías mentales como el narcisismo o la psicopatía tengo que saber con seguridad que no hay otra variable posible, de lo contrario estaremos siendo poco serios. En este caso puede haber muchos motivos para mantener la amistad con un ex e incluso puede haber un interés común como los hijos, un proyecto, intereses profesionales o simplemente cariño. No sé qué pruebas evaluativas de la personalidad de los participantes han hecho pero una encuesta a 800 personas no me parece suficiente para dar un titular tan fuerte”.
En el mismo sentido se pronuncia Cristina Lago, love coach y autora del blog Locos de amor. Cree que la generalización con la que se informa sobre este estudio es “desproporcionada y no creo que pueda aplicarse a todas las ex parejas. La amistad no tiene reglas ni parámetros. Si nadie sufre y genera bienestar para las dos partes nadie está siendo manipulador ni manipulado”. Sin embargo, Lago sí ha observado que hay personas que mantienen un vínculo interesado y es ahí donde dice que hay que tener cuidado: “sí he tenido casos, sobre todo de parejas cuya relación se cortó unilateralmente, en los que alguien se conforma con una amistad esperando más y otro la alimenta por si no encuentra nada mejor. Lo habitual es no querer mantener ninguna relación, en especial en los primeros momentos de la ruptura y luego, puede ser que tras un tiempo pueda surgir una relación no sé si de amistad pero sí cordial. Lo importante es que esa relación esté despojada de todo contexto de pareja”.
Larrazabal y Lago coinciden en que no es frecuente que, tras un vínculo amoroso, se quiera mantener una relación de amistad. “No es lo habitual y desde luego no es necesario. Una ruptura sentimental es un momento muy duro en la vida de cualquier persona y una amistad complica mucho el desenganche emocional, es como ponerse una trampa que no permite avanzar. Ahora bien, esto no significa que no pueda ser posible y que no haya personas que prefieran no romper ese vínculo que un día fue muy intenso. La manera más sana de hacerlo es haber dejado pasar un tiempo antes de retomar el contacto, no buscar que esa expareja sea un confidente, no tener intimidad sexual y construir una relación completamente nueva”, indica Larrazabal. Para la coach Cristina Lago la receta es muy similar “estar seguro de que no hay sentimientos que puedan confundirse, distinguir lo que se necesita de lo que se quiere de verdad. A partir de ahí solo diría que en un amigo buscamos apoyo y damos y recibimos bienestar, que alguien solo nos llame cuando le conviene no sé si es síntoma de psicopatía pero desde luego es inquietante”. Tan inquietante como los titulares que afirman que detrás de una expareja que se lleva bien hay un psicópata en potencia.