El desconocido truco para que al echarte la crema sea más efectiva
No solo la fórmula del producto importa: cómo esté la piel al recibirlo y la manera de aplicarlo influyen en el resultado.
El cuidado de la piel se impone como la línea de negocio más rentable de la industria cosmética. Según información compartida el pasado octubre por el proveedor de datos de mercado e información sobre los consumidores Statista, este sector cubre una cuota de mercado del 35%, con una facturación mundial que en 2018 alcanzó los 120 mil millones de euros.
Las usuarias acuden a los puntos de venta en busca de productos que solucionen sus preocupaciones más acuciantes, y se fijan en...
El cuidado de la piel se impone como la línea de negocio más rentable de la industria cosmética. Según información compartida el pasado octubre por el proveedor de datos de mercado e información sobre los consumidores Statista, este sector cubre una cuota de mercado del 35%, con una facturación mundial que en 2018 alcanzó los 120 mil millones de euros.
Las usuarias acuden a los puntos de venta en busca de productos que solucionen sus preocupaciones más acuciantes, y se fijan en los ingredientes que van a cumplir mejor con su función. Pero elegir la crema adecuada no basta. Como indica Cristina Galmiche, experta en estética con centro homónimo en Madrid: «Normalmente la gente tiene mucha prisa y no trabaja correctamente el producto, ni por la mañana ni por la noche».
¿Qué debe hacer la usuaria en casa para que los cosméticos cumplan con su función? «Lo primero y más importante, se debe preparar la piel, y esto comienza con una limpieza», afirma rotunda Consuelo Mohedano, directora de formación de Shiseido. «Si hay color, se debe desmaquillar; si no, debemos eliminar las partículas con un limpiador». Mohedano se decanta por las espumas, mientras Galmiche prefiere las leches limpiadoras. Esta última recomienda, además, una limpieza más profunda una vez al mes. «Podemos realizar una oxigenación que efectúe pequeños drenajes en el poro donde se incrustan residuos tanto internos, como la propia grasa de la epidermis, como externos, esto es, la contaminación».
El siguiente paso, para ambas expertas: acudir a una loción o tónico antes de la crema, que se puede aplicar con un disco de algodón. «El pH, que se altera con la limpieza, se equilibra», asegura Mohedano.
Con la piel lista, hay que decidir bien el cosmético a utilizar. Ni siempre se necesitan los mismos, ni valen todos para el día y la noche. Se debe apostar por el más adecuado según las necesidades específicas de la piel. Galmiche recomienda cremas más protectoras para el día y más regeneradoras durante la noche.
Tras estos rituales, el modo de repartirla por rostro, cuello y escote importa. Tanto profesionales estéticas como la industria recomiendan realizar un masaje. Chanel, por ejemplo, ha desarrollado los suyos para la nueva línea Le Lift. En sus tres protocolos apuestan por el truco de aplicar leves pellizcos en boca, nariz, mejillas y pómulos que estimulan la piel para un efecto alisador y reafirmante.
Tanto Galmiche como Mohedano recurren a la recomendación más extendida: movimientos de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. «De esta forma seguimos la dirección de los músculos», apunta la esteticista. La directora de formación de la marca japonesa destaca: «Se estimula la microcirculación sanguínea, se promueve la oxigenación y se desplazan mejor los nutrientes». Con esta aplicación se controla la cantidad de producto y llega homogéneamente a todos los rincones. «Muchas veces se usa más de lo que se necesita», considera Mohedano.
La esteticista Marta García, con centro en Oviedo, aconseja un drenaje para el cuello. «Para combatir la flacidez o pérdida de volumen, se debería masajear desde la mitad del mentón hacia las orejas y desde la mandíbula hacia abajo para drenar».
El colofón llega con el protector solar y el maquillaje, que defenderán la piel contra el fotoenvejecimiento. «Si la crema se ha aplicado de forma correcta, con la cantidad adecuada y el producto es bueno, no hace falta esperar para finalizar la rutina con protección y color», coinciden Mohedano y Galmiche.