Belleza coreana: por qué la triple limpieza es fundamental para una piel radiante
Te contamos por qué funciona y el paso a paso para optimizar sus efectos.
Nos lo contaban nuestras farmecéuticas de cabecera cuando les preguntamos por el neceser perfecto para los meses de verano: “el paso más importante ahora y siempre es una buena limpieza del rostro”. En verano, sobre todo, porque el calor y el sudor hacen que nuestra piel se ensucie más… Pero, tal y como la protección solar es imprescindible todos los días del año (y no solo los que tomamos el sol), tanto o más lo es la limpieza de la cara realizada con ...
Nos lo contaban nuestras farmecéuticas de cabecera cuando les preguntamos por el neceser perfecto para los meses de verano: “el paso más importante ahora y siempre es una buena limpieza del rostro”. En verano, sobre todo, porque el calor y el sudor hacen que nuestra piel se ensucie más… Pero, tal y como la protección solar es imprescindible todos los días del año (y no solo los que tomamos el sol), tanto o más lo es la limpieza de la cara realizada con minuciosidad dos veces al día.
Las primeras que se dieron cuenta de este hecho fueron las mujeres coreanas: “A ellas les obsesiona limpiarse la cara correctamente porque saben que es el primer paso hacia el objetivo final : una piel brillante, hidratada y suave”, relata Charlotte Cho en su libro Secretos de belleza coreana para una piel radiante.
O, lo que es lo mismo: los reconocidísimos y envidiadísimos ‘efecto buena cara’ y ‘piel de porcelana’ que en Corea conocieron antes que nadie y que trasladaron al mundo entero gracias a casos como el de Lilin Yang, fundadora de Miin Cosmetics: “A los 14 años, cuando aún vivía en China, mi madre me regaló mi primer lote de cuidado facial. A los 16, me compré cosméticos con mi dinero por primera vez; opté por algo básico: una crema y un limpiador”. Ella lo supo desde joven y, cuando se mudó a España, quiso traer sus productos preferidos para que los conocieran también las mujeres europeas. Y es que el ritual de belleza coreano no es solo una obligación cuando acaba el día -como aún resulta para muchas personas-, sino toda una experiencia: “Lo que más nos gusta de la rutina de belleza coreana es que son unos minutos al día que te dedicas en exclusiva a ti para sentirte y estar mejor”, añade Yang en su libro El arte coreano del cuidado de la piel.
Al parecer, es muy cierto y no casualidad que la moda de la cosmética coreana llegara ya hace años para quedarse y lograr lo más importante en lo que a cuidado de la piel se refiere: informar bien sobre los cuidados que ésta necesita. Y aquí, nuestras amigas de Miin Cosmetics han tenido mucho que ver…
“Podemos hablar de doble o triple limpieza, de hecho lo importante es el concepto de una limpieza en profundidad. Los pasos no hacen más que responder al tipo de producto que necesitamos y a su función. No se trata de repetir dos o tres veces el mismo proceso por cuestiones de marketing, sino de usar lo que realmente funciona. Si solo pudiéramos quedarnos con un paso de la rutina, sin duda el que no deberíamos eliminar es el de la doble limpieza (o triple). Como ves lo trato como un único paso porque se trata de dejar la piel limpia y preparada para los siguientes tratamientos”, cuenta Sara Jiménez -Marketing Manager de Miin- a S Moda.
Con ella hemos hablado para arrojar luz sobre la tan mentada triple limpieza y elaborar (por fin) una guía básica de los pasos a seguir para llevarla a cabo.
1. Fuera el maquillaje
Para empezar, debemos eliminar los restos de maquillaje. Las zonas más importantes: ojos y labios, que a menudo llevan productos muy resistentes.
“En la triple limpieza el primer paso sería un desmaquillante bifásico para ojos y labios (aunque si no fuéramos maquilladas no haría falta). Este paso es importante porque la zona del contorno de ojos y de labios es más sensible que el resto de la piel del rostro y por eso necesitamos productos más suaves y algo que sea muy eficaz para no tener que frotar en exceso”.
* El producto idóneo para ello es un desmaquillante bifásico especial para las zonas más delicadas y más eficaz para el proceso de desmaquillado.
2. Limpieza general
Lo siguiente es limpiar todo lo que a lo largo del día se ha pegado a nuestra piel: como los restos de la polución o los tratamientos que hemos ido aplicando.
“Después de ese paso seguiríamos con un limpiador con base aceitosa, puede ser un aceite desmaquillante o un bálsamo, lo importante es que la base sea oleosa. Es necesario para retirar no solo maquillaje, sino también otros productos que hayamos aplicado en nuestra piel como la crema hidratante o la protección solar (¡indispensable cada día!): por eso cuando nos preguntan si hay que hacer la doble limpieza aunque no nos maquillemos la respuesta siempre es sí”.
* Las leches y aceites desmaquillantes de siempre o, si te apetece probar la textura de moda y convertir tu ritual en un placer, pásate al bálsamo.
3. Adiós a las impurezas
Por último necesitamos librarnos de las impurezas y las células muertas que ha generado nuestra propia piel.
“A continuación aplicamos un desmaquillante con base acuosa puede ser un gel o una espuma. Este paso lo que hace es limpiar la piel. No debemos olvidar que el paso anterior lo que ha hecho ha sido retirar el producto, por lo que ahora debemos trabajar directamente sobre la piel ‘desnuda’. De esta manera conseguimos hacer una limpieza en profundidad, retirando células muertas y resto de suciedad que ayuda a limpiar los poros y a minimizarlos. Los poros nunca van a poder cerrarse porque a través de ellos transpira la piel, pero sí es cierto que, al mantener la piel limpia, el poro es visiblemente más pequeño”.
* Sirven y funcionan mejor que nada tu gel o espuma de siempre, ya que son los que más penetran y mejor preparan la piel.