Sydney Sweeney: “Luché con mi aspecto en la adolescencia”
La actriz de Euphoria celebra un lustro de triunfos y papeles que marcan, sobre todo a los jóvenes. Charlamos con ella sobre fama, éxito y belleza, ahora que, siguiendo los pasos de Cate Blanchett, acaba de convertirse en embajadora de Armani Beauty.
Sydney Sweeney (Spokane, Washington, Estados Unidos, 25 años) supo que había pasado a ser una actriz famosa de forma poco gratificante: “Recuerdo que la primera vez que me reconocieron fue tras el estreno de El cuento de la criada. En un restaurante en Chicago, se me acercó una mujer de repente y me dijo: ‘Te odio’. Primero pensé en por qué, si no nos conocíamos, y luego me di cuenta de que hablaba de mi personaje en la serie, Eden”, evoca sonriente en una videollamada desde Los Ángeles. Aquel primer bofetón de fama llegaba tras casi una década bregando en Hollywood con pequeños papel...
Sydney Sweeney (Spokane, Washington, Estados Unidos, 25 años) supo que había pasado a ser una actriz famosa de forma poco gratificante: “Recuerdo que la primera vez que me reconocieron fue tras el estreno de El cuento de la criada. En un restaurante en Chicago, se me acercó una mujer de repente y me dijo: ‘Te odio’. Primero pensé en por qué, si no nos conocíamos, y luego me di cuenta de que hablaba de mi personaje en la serie, Eden”, evoca sonriente en una videollamada desde Los Ángeles. Aquel primer bofetón de fama llegaba tras casi una década bregando en Hollywood con pequeños papeles que no pagaban el alquiler.
Cuando aún era una adolescente su familia había apostado por ella: había vendido su casa en la pequeña ciudad al noroeste del país donde Sweeney había crecido rodeada de naturaleza, y todos se habían mudado a California, para que cumpliera con sus aspiraciones. Pero el trabajo no llegaba y vivían en un motel cuando firmó para El cuento de la criada y Heridas abiertas, junto a Amy Adams. Aquellas series lo cambiaron todo y un año después Euphoria la convirtió en una de las intérpretes más famosas de su generación. Hoy acumula portadas, casi 15 millones de seguidores en Instagram, premios y nominaciones. Además, acaba de firmar su primer gran contrato publicitario como imagen de los perfumes de Armani Beauty, efectivo marcador actual del triunfo en la industria.
El año pasado recibió dos nominaciones a los Emmy, por Euphoria y White Lotus, pero el éxito tardó años en llegar. ¿Qué la empujó a seguir, siendo solo una adolescente?
Actuar era mi sueño, me encanta, no puedo imaginarme haciendo otra cosa. Siempre he sabido que no me podía permitir fracasar y que seguiría trabajando, trabajando y trabajando hasta que algo hiciera clic. Estoy muy agradecida por haber tenido el privilegio de dar vida a estos personajes que han significado tanto para la gente y que me han colocado en la posición en la que estoy hoy.
Son papeles que desatan pasiones. Euphoria es la serie más vista de la historia de HBO, solo por detrás de Juego de tronos. ¿Cómo lidia con esa fama global?
Creo que se trata de ser yo misma. Aprovecho mucho cuando viajo, porque puedo conocer a gente increíble o a muchos fans que me inspiran para hacer lo que hago. Así que diría que lo estoy disfrutando.
Y hablando de exposición, se ha convertido en viral en repetidas ocasiones por sus declaraciones, ¿cómo es su relación con las redes?
Tengo un perra, Tank, y ella es mi apoyo y mi todo para mi salud mental. Sencillamente me hace feliz y está ahí siempre, desde el instituto.
¿Por qué ha decidido, al igual que tantas actrices en los últimos años, crear su propia compañía de producción, Fifty-Fifty Films?
Siempre he querido tomar el control de la narrativa y crear mis propias historias. Cuando me acerco a un nuevo personaje construyo un libro con toda su vida y, cuando estoy produciendo, tengo la libertad de coger ese libro y crear un mundo completo, no solo para mi propio personaje. Poder encontrar diferentes relatos –ya sea de libros o de historias originales– y darles vida es algo fascinante; porque puedo buscar voces de distintas personas y amplificarlas.
En un célebre episodio de Euphoria, su personaje, Cassie, pierde la cabeza con la cosmética, buscando convertirse en otra. ¿Cómo es su relación personal con la belleza?
Creo que siempre he sabido encontrar un equilibrio entre el cuidado de la piel y la belleza y mi relación con ello. Desde luego, luché con mi aspecto en la adolescencia y aquel fue un viaje de aprendizaje. Pero descubrí que la belleza viene del interior y que al final eso es lo más importante.
¿Qué es lo primero que recuerda?
Uno de los recuerdos más importantes que conservo de mi infancia es sobre mi madre. Ella siempre se ponía un pegote de crema en la cara y aún recuerdo vívidamente el olor. Y también que pensaba que yo no quería oler así [lanza una carcajada].
¿Y cómo es su rutina hoy?
Más que ser una chica que se maquilla, sobre todo trato de mantener la piel limpia. A diario mis cosméticos recurrentes son un poco de colorete y un poco de corrector. Y listo.
Hace un año dijo que usaba My Way, de Giorgio Armani, y ahora es imagen de la última fragancia de la línea.
Cuando me lo comunicaron estaba más que emocionada porque es una fragancia que me encanta y porque me parece muy bonito pasar a formar parte de esta familia. Creo que My Way [a mi manera] es una filosofía que encaja conmigo y con mi forma de entender el mundo, porque soy un espíritu libre.
¿Qué pensaba de la firma antes de trabajar con ella?
He sido muy fan de Armani desde hace varios años. Hace tiempo mi maquilladora, Melissa Hernandez, me dio a conocer a sus fondos de maquillaje y desde entonces he estado absolutamente obsesionada con todos sus productos.