Cleopatra ya lo usaba: la fabulosa historia del aftersun (y cuál debes comprar en 2020)
Hoy está enriquecido de sofisticados principios activos pero su fórmula no es tan distinta de la que se usaba en el antiguo Egipto.
Se dice que Cleopatra ungía una rama de aloe vera sobre su piel al caer el sol. Puede que aquel ritual de belleza fuera el primer cuidado aftersun de la historia, mucho antes de que el marketing pusiera nombre a las cremas calmantes para la piel tras la exposición solar. Producto indisociable hoy del verano, hasta llegar a 2020 su historia ha sido la del remedio casero aprendido de una generación tras otra: yogur como ungüento reparador en la antigua Grecia, agua de rosas como elixir en el Renacimiento. Pero fue al entregarnos de lleno al bronceado veraniego, en los a...
Se dice que Cleopatra ungía una rama de aloe vera sobre su piel al caer el sol. Puede que aquel ritual de belleza fuera el primer cuidado aftersun de la historia, mucho antes de que el marketing pusiera nombre a las cremas calmantes para la piel tras la exposición solar. Producto indisociable hoy del verano, hasta llegar a 2020 su historia ha sido la del remedio casero aprendido de una generación tras otra: yogur como ungüento reparador en la antigua Grecia, agua de rosas como elixir en el Renacimiento. Pero fue al entregarnos de lleno al bronceado veraniego, en los años 50 del siglo XX, cuando nació el padre del aftersun: la leche de belleza corporal, más líquida y más refrescante que una crema al uso, ahora formaba parte del cuidado doméstico. Un icono del verano como Nivea hacía anuncios de sus body-milks tras el éxito global de su lata azul, mientras que otras marcas hoy extintas como Harriet Hubbard colocaban mujeres bronceadas con lemas après-soleil (“Rehidrata la piel y fija el halo”) en las revistas en la década de los 60. En los 70, marcas como Solarcaine (de la exitosa Coppertone) anunciaban sprays de alivio para quemaduras: su imagen era la de la típica chica de California, rubia y en bikini, pero el producto (“alivia y refresca”) iba destinado a todo tipo de abrasiones, también las de la cocina o por pequeños accidentes domésticos.
Los grandes laboratorios cosméticos lanzaron sus primeras lociones etiquetadas como post-solares en los 80, farmacias y supermercados se llenaron de estos productos y la publicidad terminó de hacer del aftersun una postal del verano.
De todas aquellas rutinas aún queda huella en la nueva generación de lociones para después del sol: los ingredientes botánicos siguen presentes en las fórmulas, que hoy incorporan otros activos como el ácido hialurónico (conocido por su alto poder humectante) o la vitamina C (altamente antioxidante).
¿Es lo mismo un aftersun y una hidratante?
Aunque la idea de una crema específica para después del sol suena a necesidad creada en un despacho de creativos, lo cierto es que un aftersun no es lo mismo que una crema hidratante. Su función es doble: por un lado, la de calmar la piel expuesta a las agresiones del sol, devolverle la hidratación perdida y ayudar a desinflamarla. Y eso marca su formulación. Su otro objetivo es proporcionar una sensación de frescor real: a diferencia de las cremas tradicionales, que suelen contener elevadas cantidades de aceite, los aftersun suelen estar formulados como lociones más ligeras, geles e incluso brumas, con un alto contenido en agua, y no forman ninguna película sobre la piel, con lo que ayudan a bajar su temperatura. En conclusión, son un bálsamo que alivia las rojeces, la sequedad y la descamación.
“La exposición solar produce cambios y daños en nuestra piel, de forma que el uso de un aftersun no solo consigue hidratar, sino que ayuda a reparar el estado de la piel previniendo el envejecimiento prematuro a la vez que calma y ayuda a desinflamar. Por todo esto, su aplicación tras la exposición solar resulta mucho más conveniente que una crema hidratante puesto que los efectos beneficiosos sobre la piel son mayores”, nos explica Maribel Sánchez Lavado, cosmetóloga de la Clínica Dermatológica Internacional de Madrid.
Lo que diferencia a un aftersun de calidad está en su composición: «Lo más importante a la hora de elegir uno es asegurarnos de que incluya activos que realmente ayuden a proteger la piel y reparen el daño, como por ejemplo agua termal, activos calmantes como caléndula y activos hidratantes como las ceramidas o los ácidos grasos, mientras que los alcoholes o ingredientes que puedan secar o irritar la piel son desaconsejables», recomienda Sánchez Lavado.
El uso del aftersun suele relacionarse con una piel enrojecida tras un día de playa, pero la realidad es que debería aplicarse siempre, sea evidente o no el daño solar. Porque la piel, aunque no se queme, se deshidrata con el sol.
Otras ventajas del aftersun que no tiene una hidratante
1. Ayuda a prolongar el bronceado: Muchas fórmulas incluyen en su composición complejos que activan la síntesis de melanina, con lo que pueden realizar la promesa de mantener el moreno incluso dos semanas más. Además, hace que dure mejor, porque al evitar la descamación (ese antiestético pelado que llega tras la quemadura), hace que se mantenga de manera más uniforme.
2. Calma la piel: Tras la exposición solar, la piel eleva su temperatura notablemente. El aftersun suele incorporar activos calmantes y antiinflamatorios que ayudan a refrescar la piel, haya quemadura o no.
3. Repara el daño oxidativo: No solo del sol, sino también por el efecto del cloro, la arena o el agua del mar.
4. Prepara para otra exposición solar: activos de tratamiento antienvejecimiento (como el ácido hialurónico, la manteca de karité o la glicerina) pero además muchos aftersun contienen antioxidantes y anti-radicales libres, y aumentan la tolerancia de la piel al sol.
Los más nuevos
After Sun Crema Gel Hidratante, de Apivita.
Te gustará por… Su aroma y sus ingredientes con lavanda del mar, leche de almendra orgánica y áloe vera. Su fórmula tiene todo lo que necesitas para evitar el fotoenvejecimiento y dejar la piel calmada y relajada.
After Sun Gel Dermohidratante Reparador Aloe Vera, de Ecran.
Te gustará por… Se trata de una textura ultraligera que contiene aloe vera 100% puro ecológico, que repara el daño solar, calma y regenera la piel a la vez que promete una hidratación de 24 horas.
Post-solar, de ISDIN.
Te gustará por… Este aftersun en spray tiene un acabado de bruma ultraligera. Contiene mentol y camomila (con propiedades calmantes y refrescantes sobre la piel) y una combinación de aloe vera, pantenol, vitamina E, centella asiática y bisabolol (ingredientes hidratantes y reparadores).
Aceite corporal Irisée, de Clarins.
Te gustará por… Una textura poco habitual en los aftersun, altamente hidratante por su contenido en aceite de avellana. Además, contiene partículas nacaradas que realzan el bronceado y se puede utilizar tanto en el cuerpo como sobre el cabello húmedo como tratamiento de hidratación y brillo.
Repaskin Gel Post-Solar, de Sesderma.
Te gustará por… Formulado con enzimas reparadoras (Ses-endonucleasa liposomadas, Ses-oxoguanina liposomaday Ses-fotoliasa liposoma), antioxidantes como extracto de té verde y ginkgo biloba, y calmantes como el aloe vera y la camomila, detiene el gradual debilitamiento celular del fotoenvejecimiento. Además, tiene una textura en gel refrescante de rápida absorción.
Bariesun Bruma Calmante Spray After Sun, de Uriage.
Te gustará por… Esta bruma perfumada aporta una sensación refrescante a las pieles con ardor y secas, hidrata en profundidad porque está enriquecida con Aquaspongines hidroprotectoras, y contiene dos ingredientes estrella: el ácido glicirretínico y el Agua Termal de Uriage, que proporcionan un intenso alivio tras la exposición al sol.
After Sun Gel-Cream, de Respire.
Te gustará por… Conocido como el aftersun perfecto en la app de análisis de ingredientes Yuka (tiene un 100 sobre 100), está hecho con ingredientes de origen natural en un 98%, es vegano y está producido en Francia. Tiene una textura fresca y ligera, un aroma a flores blancas y es hidratante y refrescante sobre la piel.