¿Por qué en invierno debes cambiar tu espuma limpiadora por un bálsamo desmaquillante?

Con 2021 no solo ha llegado, oficialmente, el frío. También Filomena: una borrasca sin precedentes en el país que nos ha hecho enfrentarnos a todos a las temperaturas más bajas registradas en los últimos 50 años. Si esto ha supuesto todo un reto en múltiples aspectos de la vida y todavía tiene que cobrarse diversas consecuencias, el que hoy nos ocupa no es baladí. Cada grado que desciende la temperatura y cada día que amanece bajo cero y con cielos despejados, tiene devastadoras consecuencias sobre nuestra piel, a menudo al descubierto.

Y si protegerla durante el día y ...

Con 2021 no solo ha llegado, oficialmente, el frío. También Filomena: una borrasca sin precedentes en el país que nos ha hecho enfrentarnos a todos a las temperaturas más bajas registradas en los últimos 50 años. Si esto ha supuesto todo un reto en múltiples aspectos de la vida y todavía tiene que cobrarse diversas consecuencias, el que hoy nos ocupa no es baladí. Cada grado que desciende la temperatura y cada día que amanece bajo cero y con cielos despejados, tiene devastadoras consecuencias sobre nuestra piel, a menudo al descubierto.

Y si protegerla durante el día y cuando se sale a la calle -hidratación y SPF mediante– es fundamental, lo mismo ocurre en el momento de regresar a casa y someterla a los tratamientos habituales. “Cuando las temperaturas descienden y pasamos del frío intenso al calor de la calefacción, nuestra piel puede tener dificultades para hacer frente a esos cambios quedándose opaca, seca y deshidratada”, advierte Jane Foulston, directora de Emma Hardie, a S Moda.

Por eso el objetivo esencial es lograr el equilibrio perfecto entre eliminar todo el maquillaje y suciedad y, al mismo tiempo, preservar los aceites que contiene la piel y que actúan como barrera natural. Y aquí es donde entra en juego la textura de los limpiadores que utilizamos a diario: porque uno con base jabonosa resecará la piel (aún más), mientras que uno con base oleosa la calmará mientras retira toda la grasa. “Es el momento de evitar espumas, toallitas o aguas micelares que puedan arrastrar parte de la película protectora de la piel. Las fórmulas recomendadas ahora son los bálsamos y las leches limpiadores suaves y fundentes”, recomienda el doctor Pedro Catalá, cosmetólogo y fundador de Twelve Beauty.

Por qué son mejores

La razón viene de la mano de un principio básico en cosmética: hay que darle a la piel lo que por sí misma no es capaz de producir. Así que, si en verano conviene limpieza extra y texturas ligeras que no refuercen la grasa que ella misma genera debido al calor, en invierno todo lo contrario: «Si en verano la piel deshidratada pide una limpieza fresca y levedad en los productos, en invierno pide una limpieza que aporte hidratación para acabar con la tensión que provoca el frío en la piel», nos cuenta María Martínez, co-fundadora de Laconicum.

Tiene sentido y motivos para hacerlo: “Durante el invierno, la piel puede beneficiarse de nutrición extra utilizando un bálsamo limpiador rico en aceites, en lugar de una espuma limpiadora fuerte. Las espumas limpiadoras tradicionales a menudo contienen agentes espumantes que pueden alterar el pH de la piel, despojarla de sus aceites naturales y hacer que se vuelva tirante y seca”, aconseja Foulston. Lo corrobora Joy Isaacs, fundadora de ARgENTUM Apothecary: “la capa lipídica protectora natural de la piel necesita más mimo y cuidado durante los meses más fríos. Por supuesto, no todas las espumas limpiadoras son iguales, pero tienden a ser mucho más perjudiciales para los aceites protectores de la piel que cualquier otro formato de limpieza”. 

Al contrario, un aceite o bálsamo suele ser rico en emolientes. O, lo que es lo mismo: “un plus de hidratación recomendado para las pieles con sequedad extrema que permiten reparar la función barrera de la piel”, según la AEDV. Tal y como confirman todos los expertos consultados, es en esta época cuando entran en juego los limpiadores a base de aceite, que contienen los mismos ingredientes purificantes que una fórmula tradicional, pero con niveles más altos de emolientes naturales.

Y hay más: son los mejores para limpiar al 100%. “Hay algo que no mucha gente sabe y es que hay productos como las protecciones solares que, por sus ingredientes, el jabón no retira. El paso del aceite es el único que lo elimina por completo, asegurando una piel totalmente libre de residuos y suciedad”, puntualiza la Beauty Coach de Planet Skin a S Moda. E igual que ocurre con las cremas con SPF (repetimos: obligatorias también en invierno), sucede con el maquillaje. Nos lo explica María Martínez, co-fundadora de Laconicum: “También es cierto que en invierno, y a pesar de la mascarilla, tendemos a maquillarnos algo más, a subir un poco el tono de la piel, tapar ojeras, utilizar sombras oscuras… Y un bálsamo o un aceite son los productos que mejor desmaquillan sin agredir”.

¿Y si tengo la piel grasa?

El rechazo que generan las texturas oleosas en la gente con pieles mixtas y grasas (incluida una servidora) es fundamentado y real. Sin embargo, en este caso, hay algo más a tener en cuenta: “El aceite disuelve el aceite. Por eso los limpiadores oleosos son ideales para todos los tipos de piel, incluidos los grasos o propensos al acné”, declaraba a Vogue USA el doctor Joshua Zeichner, dermatólogo del Hospital Mount Sinaí de Nueva York.

Y es que, por fortuna, la última generación de aceites limpiadores está diseñada para abordar las necesidades específicas de cada piel y para lograr una experiencia de lavado de cara cada vez más individualizada. “Han incluido ingredientes que limpian más en profundidad, como el té verde, y ahora resultan adecuados también para pieles mixtas y grasas”, explican desde Planet Skin a S Moda.

Si eres una de ellas, no solo no has de temer a este tipo de bálsamos, sino incluirlos en tu rutina de forma orgánica. De nuevo, la doble (o triple) limpieza coreana vuelve a ser la solución: “Cada tipo de limpiador tiene una función y, llevando a cabo ambos pasos, conseguiremos una piel doblemente limpia y lista para aplicar el tratamiento. El usar ambos productos -un limpiador de base oleosa y otro acuoso- es parte de la doble limpieza que debe hacerse durante todo el año. Simplemente hay que buscar los más aptos según las necesidades de cada uno”, aconsejan desde Planet Skin.

El momento relax más deseado

Los bálsamos desmaquillantes han supuesto todo un boom en la industria de la belleza en los últimos años -especial atención al ya emblemático Take the day off de Clinique y al Moringa Cleansing Balm de Emma Hardie que utilizan las celebrities-. Pero quizá este año, dadas las circunstancias, puedan ascender hasta el puesto número uno de los limpiadores faciales por una sencilla razón: nos proporcionarán ese momento relax que merecemos más que nunca.

“La piel en invierno está mucho más abierta a recibir productos untuosos, de texturas ricas, esos que en verano quizá nos pesan o nos incomodan. Ahora la piel pide confort, masaje, dedicarle un momento y que cuando finalicemos, esté relajada”, transmite María de Laconicum. Allí lo saben bien: se han especializado en cosmética nicho y en esos productos únicos que no solo aportan beneficios cosméticos, sino también sensaciones: “Si te paras a pensar qué te apetece cuando llegas del frío de la calle, piensas en agua templada, en un aceite que, con el masaje, relaje los músculos de la cara o en un bálsamo que se funda con la piel y en una suave muselina. La piel tiene unas necesidades en cada momento, también de sensaciones distintas, porque limpiarse el rostro, o realizar cualquier otro acto de autocuidado, no es un trámite, es un momento de bienestar”. ¿Confirmamos? Confirmamos.