Aquel ‘pelopincho’ de Julia Otero en 3×4: cómo nació y quién pensó el peinado más impactante de la historia de la televisión

Hablamos con Lluis Llongueras, coautor del inolvidable corte de pelo junto a la propia periodista, quien estaba dispuesta a las propuestas más arriesgadas.

JMN (Cover/Getty Images)

Cuando el fallecido mago de la televisión Sergi Schaaff decidió poner a Julia Otero al frente de 3×4 como sustituta del primer presentador del programa, el incombustible Jordi Hurtado, sabía que hacía una apuesta fuerte: esa mujer hasta entonces prácticamente desconocida para el gran público español (que ya la había visto un año antes en un programa de debate en el segundo canal de Televisión Española y escuchado en la radio, pero no había tenido su rostro de forma tan cotidiana en el primer canal) sería la encargad...

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Cuando el fallecido mago de la televisión Sergi Schaaff decidió poner a Julia Otero al frente de 3×4 como sustituta del primer presentador del programa, el incombustible Jordi Hurtado, sabía que hacía una apuesta fuerte: esa mujer hasta entonces prácticamente desconocida para el gran público español (que ya la había visto un año antes en un programa de debate en el segundo canal de Televisión Española y escuchado en la radio, pero no había tenido su rostro de forma tan cotidiana en el primer canal) sería la encargada de reproducir el éxito que el espacio había tenido antes en la televisión catalana. Schaaff, que, como creador también de El tiempo es oro, Si lo sé no vengo o Cifras y Letras, sabía una cosa o dos de televisión, no se equivocó: Julia Otero llevó al concurso al total éxito de audiencia y se convirtió ella misma en un icono cuya seña de identidad era un peinado extravagante pero hipnótico, consistente en una media melena absolutamente recta coronada por un flequillo palmera apto solo para las muy atrevidas que después evolucionó en otras variantes que incluían coleta alta también rematada en palmera.

El peinado era tan reconocible que todavía hoy se sigue asociando a la imagen de la presentadora, aunque ya no lo luzca desde hace décadas. Pero, ¿cómo nació y dónde? La respuesta hay que ir a buscarla en la avenida Pau Casals de Barcelona, donde el estilista Lluis Llongueras regentaba el salón desde el que montó su imperio y del que Otero era clienta habitual: “Era buena clienta y amiga de muchos años y los dos estábamos siempre de acuerdo en lo que resultaba más novedoso y favorecedor”, cuenta el estilista catalán a S Moda. Subraya la premisa que quizá hizo posible un peinado tan arriesgado: “Es una de las clientas con las que he tenido más afinidad. Todo el equipo le tenía en mucha estima y nunca creó un problema”. Es decir, el día que vio como el pelo que cubría su frente se convertía en una florida palma no montó en cólera, sino todo lo contrario. “Aquel estilo era muy valiente y nació observando su cara, muy atractiva, pero también su personalidad. Lo improvisamos juntos y fue un boom precisamente gracias a que lo llevaba ella. Por eso fue fácil conseguir que fuera el pelo más admirado. Durante mucho tiempo después muchas mujeres jóvenes lucieron estilos similares o parecidos”.  [Actualización: Julia Otero ha desmentido en declaraciones a La Sexta en el día del fallecimiento de Llongueras que la narración que el propio peluquero hizo a este medio de la invención del peinado de la periodista sea cierta].

Como ha contado Elisenda Roca, otra de las grandes presentadoras que triunfaron en la “Factoría Schaff”, el director no buscaba solo imagen en los rostros que escogía: “Como hombre inteligente que era buscaba inteligencia y así encontró comunicadoras como Julia, inteligente y con sentido del humor, además de sentido de la televisión. Eran tal para cual”, explicó en una entrevista a EL PAIS hace un año, cuando ella misma regresó a Cifras y Letras. Roca rememoró que a ella también se le hicieron sugerencias estéticas: que se alisara el pelo y se pusiera unos característicos enormes pendientes.

Cuando Julia Otero abandonó 3×4, después de dos años de andadura en el programa, tomó su relevo Isabel Gemio, cuya melena garçon era también inmediatamente reconocible, aunque no tan impactante como la de Otero. “Yo seguí peinándola”, cuenta Llongueras. “Fueron bastantes años en los que hizo buenísimos programas de televisión y no le gustaba repetir peinado”. Así fue como acabó perdiendo la cresta.

¿Sería posible hoy en día convertir un peinado en una fenómeno nacional desde la televisión pública? Llongueras lo tiene claro: “Actualmente es más difícil porque en televisión se ven miles de jóvenes que llevan de todo y con las redes sociales eso se multiplica. Es casi imposible que exista un peinado vencedor como fue el de Julia”.

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