Cuando los políticos son noticia por su pelo: del caso de Pablo Iglesias al cardado de Margaret Thatcher
El nuevo ‘look’ del ex vicepresidente ha tenido una gran repercusión. No es el único político que ha marcado la agenda con su corte de pelo.
A la hora del almuerzo, cuando los teletrabajadores se alejaban momentáneamente del ordenador para hacerse algo de comer y otros sacaban el túper en la empresa, una noticia empezó a recorrer España de móvil a móvil. Pablo Iglesias se ha cortado la coleta ¿Es broma? No, en serio, mira la foto.
Las imágenes del ya ex líder de Unidas Podemos son de Dani Gago, fotógrafo oficial del partido, y las distribuyó a continuación la formación morada por sus canales habituales. Es decir, se trató la noticia del corte de pelo como un evento político más. Al igual que todos los medios, la agencia EFE ...
A la hora del almuerzo, cuando los teletrabajadores se alejaban momentáneamente del ordenador para hacerse algo de comer y otros sacaban el túper en la empresa, una noticia empezó a recorrer España de móvil a móvil. Pablo Iglesias se ha cortado la coleta ¿Es broma? No, en serio, mira la foto.
Las imágenes del ya ex líder de Unidas Podemos son de Dani Gago, fotógrafo oficial del partido, y las distribuyó a continuación la formación morada por sus canales habituales. Es decir, se trató la noticia del corte de pelo como un evento político más. Al igual que todos los medios, la agencia EFE no tardó en emitir un teletipo con la noticia, probablemente el primero en su historia informando del cambio de look de un líder político recién retirado. Hubo profesionales de la comunicación que lo aplaudieron y otros que lo afearon: ¿qué ha pasado para que un corte de pelo se convierta en noticia?.
Xavier Peytibi, profesor de comunicación política en varios másters en la Universitat Autònoma de Barcelona, la Ramon Llull y la Camilo José Cela de Madrid entre otras, y fundador del foro Beer & Politics, cree que se trata de un fenómeno dentro del llamado politainment, la corriente que entiende la política como una rama más del entretenimiento, algo que es cada vez más perceptible en el fenómeno fan que generan algunos líderes y en la manera que algunos dirigentes con tendencia natural a ser iconos pop fuerzan convertirse en meme porque eso amplía su foco de manera exponencial.
Aunque ya había habido políticos en otras décadas cuyo pelo formaba parte de su iconografía, desde el estudiado cardado a la laca de Margaret Thatcher, el casco armadura que nunca se movía y que reflejaba toda su inflexibilidad, a las muchas vueltas que se le dio al pelo de Hillary Clinton a lo largo de su carrera, la noticia del nuevo peinado de Pablo Iglesias se ha consumido en redes con una avidez similar a la que se recibió el nuevo aspecto de Adele cuando adelgazó y ha generado probablemente mayor densidad de memes.
“Cada vez hay más personas que ven la política no como algo ideologizante sino como una cosa personalista. Todos los estudios demuestran que lo candidatos son más importantes que el partido y que todo lo que hagan fuera del ámbito político tiene interés. Si eso ya era cierto con el saxofón de Bill Clinton en el 92, imagínate ahora”. Cuando Pablo Casado se dejó barba explica, fue lo más buscado ese año sobre el líder del PP en Google”. En sus clases, el politólogo suele ofrecer otras mediciones aun más chocantes. “En 2015, lo segundo más buscado sobre Pedro Sánchez era ‘pedro sanchez mujer’ y lo tercero ‘pedro sanchez paquete’. Tengo las capturas. Podemos hacer un juicio moral, pero la realidad es lo que es”.
A una persona que prefiere no dar su nombre pero que conoció muy de cerca los inicios de Podemos, el ruido mediático de las últimas horas le recordó aquellos años. “Cuando parecía un fenómeno Beatle y todo el mundo quería saber lo que decían los líderes de Podemos, qué series veían, con quién se enrollaban”. En su opinión, el politainment no tiene nada de positivo. “Es precisamente de lo que se debería huir en una situación como la actual. No me parece interesante como comunicación política”.
Puede que toda la política sea ya entretenimiento –y algo de eso habrá que achacar en España a la programación de La Sexta y al hecho de que una parte importante de la población lleve una década dedicando las noches de los viernes y los sábados a ver entrevistas a políticos–, pero no todos los políticos son pop. En las primeras elecciones a las que se presentó Pablo Iglesias, en 2014, su cara salía en las papeletas, una efigie con la famosa coleta, para que los electores supieran reconocer al de la tele. Y es también por eso que la coleta es noticia, igual que lo fue cuando se convirtió en moño y se asoció con el peinado de la nueva masculinidad, por lo que representa y porque llega en un momento en que Iglesias deja la política partidista y vuelve al lugar de donde salió, la docencia y la comunicación. Iglesias mantuvo la coleta cuando era político en activo y se la corta ahora que vuelve a la docencia y a la tele, dos lugares en los que, paradójicamente, te dejan entrar con cualquier pinta.
Las conjeturas son muchas –pocas tan imaginativas– y todas en conjunto dejan claro que Iglesias habrá dejado de ser vicepresidente y líder de un partido nacional pero no ha dejado de ser noticia, o al menos no todavía, aunque ahora la actualidad que genera aparezca en las secciones de estilo.