Obsesionadas con la eterna juventud

Muchas mujeres incapaces de hacer frente a la edad entran en una espiral de tratamientos que las convierten en guerreras de la lucha contra el tiempo. Una adicción que solo se cura con terapia.

Cordon Press

Ya existe un término que define la incapacidad de hacer frente a la edad: permayouth. Una palabra acuñada por la psicóloga británica Eileen Bradbury, experta en tratar traumas relacionados con operaciones de cirugía estética o cicatrices. «Las intervenciones no invasivas, como el bótox o el ácido hialurónico, se han disparado, pero llevamos siglos heredando una obsesiva preocupación por la belleza. Las mujeres siempre han querido parecer más jóvenes porque ser joven significa ser fértil», señala.

Los dos grandes factores que diferencian a la socieda...

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Ya existe un término que define la incapacidad de hacer frente a la edad: permayouth. Una palabra acuñada por la psicóloga británica Eileen Bradbury, experta en tratar traumas relacionados con operaciones de cirugía estética o cicatrices. «Las intervenciones no invasivas, como el bótox o el ácido hialurónico, se han disparado, pero llevamos siglos heredando una obsesiva preocupación por la belleza. Las mujeres siempre han querido parecer más jóvenes porque ser joven significa ser fértil», señala.

Los dos grandes factores que diferencian a la sociedad actual son la cantidad de tratamientos disponibles y que estén al alcance de (casi) todos. Y en esa espiral obsesiva por la eterna juventud aparecen problemas que suelen compartir los pacientes de Bradbury, la mayoría mujeres. «Disminuye la autoestima, aumenta la ansiedad, se comparan con otras, se obsesionan con pequeños defectos, se aíslan socialmente». También el origen del problema suele coincidir. «Puede empezar por el fin de una relación o al ver una foto y pensar “¡cómo he cambiado!”. Si el problema es hacerse mayor, la solución es no hacerse mayor».

El fin de la pareja está también en el origen de las obsesiones de muchos pacientes de Nick Lowe. Dermatólogo, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles, es uno de los 50 especialistas que forman el Psychodermatology Group, grupo londinense que trata a los yonquis de los retoques. «No hay juventud eterna, pero la gente la sigue buscando por inseguridades derivadas de rupturas o problemas en la infancia».

¿Cómo empieza esta obsesión en los hombres? «Cuando se quedan sin trabajo o se sienten amenazados por compañeros más jóvenes», subraya Bradbury. Lo que los diferencia de las mujeres es que llevan los tratamientos en secreto. «Ellas pierden mucha confianza con la menopausia», añade Lowe, quien observa en la sociedad actual una franja de 20 años en la que se confunde la edad de las mujeres, de modo que una de 50 puede parecer de 35 y al contrario. «Pero las de 35 que parecen mayores no lo hacen de forma intencionada. Su piel se resiente por fumar mucho, exponerse al sol, malas dietas, estrés…».

Cordon Press / GTresonline

La obsesión por la eterna juventud se cura con terapia. «Tratamos a pacientes con trastorno dismórfico corporal. Detectamos los primeros síntomas cuando no están satisfechos porque hay poco que mejorar. Tienen que romper ese círculo con ayuda psicológica».

«El gran enemigo es el espejo». La presión social es más poderosa que la de uno mismo. «Si vivieras en una isla desierta, ¿te preocuparía verte envejecer?», se pregunta Bradbury. Los cirujanos plásticos venden otra realidad. «El gran enemigo es el espejo, no la sociedad. Muy poca gente se opera porque otro se lo dice», opina Víctor García, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética. «El modelo socialmente aceptado es el de la juventud, y más en un país como España donde, por el clima, enseñamos el cuerpo».

Según datos de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery, en España hay 567 cirujanos plásticos que realizan 142.300 operaciones anuales. Esto nos convierte en el decimosegundo país en número de intervenciones en el mundo. EE UU, Brasil y China son los primeros. Pechos, vientre, muslos, nariz y cintura es lo que más preocupa a las españolas. Nariz y pelo son las bestias negras de los españoles.

La tendencia actual es la medicina estética preventiva: corregir defectos y rellenar arrugas. Lo natural triunfa, sobre todo desde el boom de los procedimientos no invasivos. Para Isabel de Benito, de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, la cirugía de rejuvenecimiento facial ha hecho posible que los 50 años se conviertan en 40. «Ya no son tratamientos estándar como antes, cuando todas las caras parecían la misma, sino personalizados para tratar problemas concretos».

El rejuvenecimiento facial funciona en España a partir de los 40 años. Por debajo de esa edad suelen hacerse las operaciones estrella en nuestro país: aumento de mamas y liposucción. «Pocas veces le digo “basta” a un paciente porque demande cirugías reiteradas. Normalmente son razonables y saben lo que deben hacerse», insiste De Benito. Pedro Jaén, jefe de Dermatología del hospital Ramón y Cajal, advierte: «Hay que tener cuidado porque las crisis personales pueden llevar a buscar las imperfecciones más imperceptibles, y si los médicos no los paran, los pacientes pierden la perspectiva». La pierden y terminan repitiendo la famosa frase de Cindy Crawford: «Ojalá me pareciera a Cindy Crawford».

Algunos datos

El 70% de las mujeres encuestadas en Europa por la farmacéutica Merz Aesthetics dice sentirse más segura con la edad. El 93% de las estadounidenses se siente presionada por parecer más joven y también desea serlo, según confiesan a la revista Allure. El 34% de las españolas se cambiaría la sonrisa y la nariz. Para ellas, el top 3 de belleza es una piel sana, un pelo bonito y un look natural.El 89% de las europeas tiene más confianza en sí misma cuando se siente más guapa.

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