Ni artificial ni con efecto ‘Trump’: cómo usar un autobronceador para que quede natural
El moreno sigue de moda, pero no a costa de la salud de la piel. Baja el uso de las cabinas de rayos UVA y sube el del autobronceador. Varios expertos explican cómo sacarle partido.
Volvemos a pisar la calle. A tener ganas de sol y de broncearnos. Es así desde que Coco Chanel popularizara la piel morena allá por los años 20, aunque con sus ideas y venidas. El problema es que ahora, después de tanto tiempo recluidos, la piel está al mínimo de defensas, y broncearse según los dermatólogos, es una temeridad. Esto, unido a que el uso de cabinas de bronceado artificial está en declive por lo que dicen los estudios del ...
Volvemos a pisar la calle. A tener ganas de sol y de broncearnos. Es así desde que Coco Chanel popularizara la piel morena allá por los años 20, aunque con sus ideas y venidas. El problema es que ahora, después de tanto tiempo recluidos, la piel está al mínimo de defensas, y broncearse según los dermatólogos, es una temeridad. Esto, unido a que el uso de cabinas de bronceado artificial está en declive por lo que dicen los estudios del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y del Instituto Nacional del Cáncer, ha incrementado el uso del autobronceador, desvinculándolo de la idea de que queda “falso” y poco natural.
Ligar bronce en 10 minutos dentro de una lámpara de UVA se llevó mucho en los 90, y su descenso no ha tenido lugar hasta hace escasos años. Según la dermatóloga Aranxa Arana, de Face Clinic y la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), hasta la mitad de los melanomas (el cáncer más mortal de piel), especialmente en jóvenes, puede estar relacionado con el uso de estas máquinas. “Las personas que las han usado antes de los 35 años presentan un 60% más de riesgo de desarrollarlo”, añaden desde la AEDV. Y sí, el uso cae, pero 7 millones de mujeres y 2 millones de hombres siguen oscureciendo su piel de esta forma, dice la Encuesta Nacional de Salud. Todavía hay trabajo por hacer, como reconoce la dermatóloga Ana Molina, del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid. “Si buscamos en Google Trends*, la curva de interés por el bronceado va en aumento desde 2004, pero el interés por las cabinas está aminorando, mientras que la curva del autobronceador aumenta”, explica la experta. Está claro que si darse rayos UVA es malo y tomar el sol con la piel bajo mínimos inmunológicos también, si queremos lucir tono tendremos que tirar de autobronceador.
¿Qué tiene un autobronceador?
“Su composición es DHA (dihidroxiacetona), un hidrato de carbono que se obtiene generalmente de la caña de azúcar. Esta sustancia reacciona con el estrato córneo de la piel, la capa más superficial donde encontramos proteínas, y al reaccionar forma pigmentos oscuros que son los que le dan el color moreno a la piel”, cuenta la dra. Arana. Este proceso de reacción de la DHA con la piel tiene una duración de 45 minutos, y su efecto máximo se obtiene a las dos horas, aunque no todos permanecen en la piel lo mismo. Como explica la experta, las células se van renovando, por lo que también el autobronceado se va perdiendo con el paso de los días. La piel se regenera por completo en 35-40 días, el tiempo que se tarda en perder por completo el bronceado”. Es fundamental recordar, como explica Marián García, farmacéutica célebre en redes sociales (conocida como Boticaria García) y profesora de la Universidad Isabel I de Castilla, no caer en la falsa seguridad que puede proporcionar el autobronceador, el cual no nos protege de la radiación (tiene un SPF3, es decir, prácticamente nada) ni por tanto nos exime de aplicar un fotoprotector. Tampoco estimula la producción de melanina. Además, desde Face Clinic alertan de que es preferible no tomar el sol en las primeras 24 horas porque puede producir irritación cutánea, que está más sensible al principio.
En cabina: El autobronceado profesional, con la famosa “pistola” o mediante aplicación manual, proporciona un resultado más duradero y natural, según la dra. Arana. Antes se realiza una exfoliación en profundidad para conseguir un color uniforme, y después solo hay que hidratar la piel los días posteriores. Para retirar los restos se puede volver a realizar una exfoliación completa, y para mantener los resultados más tiempo, se puede repetir cada 10-15 días.
En gotas: Especialmente diseñados para mezclarlos con la crema hidratante habitual
En crema: Se utiliza sobre todo en el rostro. Su efecto es progresivo y acumulativo.
Spray o toallitas: Es muy práctico y fácil de aplicar porque se seca rápidamente, por lo que permite vestirse enseguida sin manchar la ropa. También es una buena idea para pequeños retoques tras el tratamiento en cabina.
Las nuevas fórmulas
Ni manchan, ni huelen, ni nos dejan a ronchas. Eso es cosa del pasado. “Hemos acabado con el olor fuerte que dejaba el DHA al oxidarse y el tono anaranjado y ya no toca esperar antes de vestirnos como antes, pero aun así, hay ciertas reglas básicas: exfoliar antes e hidratar después”, aconseja Boticaria García.
Lo de exfoliar (lo ideal es un día antes) tiene como fin eliminar las células muertas y partir de una base uniforme, gesto que conviene realizar a los 4 días para seguir con esa homogeneidad; y el objetivo de hidratar es que el efecto sea más duradero. “La eliminación del vello, si tiene que hacerse, también debería ser el día previo porque así se cierran los poros”, añade la dermatóloga de Face Clinic. Si aparecen irregularidades en el tono será por la mala aplicación cuando nos olvidamos de aplicarlo en algunas zonas o nos ponemos de más en otras. “Si el producto se va eliminando y no se reaplica pueden aparecer áreas más oscuras, por lo que se debe realizar una exfoliación nuevamente para arrastrar las células muertas y así el exceso de pigmentación irregular”, añade Arana. Las zonas hiperpigmentadas o con piel más gruesa, como los codos o las rodillas, pueden quedar más oscuras, algo que podemos evitar protegiéndolas previamente con una fina capa de vaselina. “Es importante aplicarlo antes de dormir para levantarnos con el tono subido, aunque aconsejo dormir con ropa ancha y de colores oscuros, así no mancharemos la ropa. Igualmente, el formato spray se seca con mayor rapidez y ensucia menos”, termina la experta.
¿No te acabas de atrever con el autobronceador?
Prueba, como sugiere Ana Molina, a mezclarlo con crema hidratante para obtener un resultado más uniforme. Eso sí, si usas mascarilla, conviene poner especial atención a la reaplicación cuando sea necesaria. “Esta puede producir un incremento de la sudoración y ocasionar que el moreno se desvanezca más rápido y parezca irregular, pues dicho sudor aumenta el ritmo de renovación de las células cutáneas”, apunta la dermatóloga Aranxa Arana. No se ha ganado aún la guerra de los dermatólogos contra el bronceado, como reconoce Ana Molina, pero “aunque el moreno siga de moda, al menos estamos intentado conseguirlo mediante estrategias más saludables”, reconoce Ana Molina.
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