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Manual solar: por qué deberías utilizar fotoprotector los 365 días del año (y cómo escoger el adecuado)

¿Cómo afecta la radiación solar en nuestra piel? ¿Qué factores debemos tener en cuenta a la hora de escoger un fotoprotector? ¿Qué significa exactamente el SPF? De la mano de la Dra. Susana Puig, responsable del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona y directora de la Cátedra UB-ISDIN Live Young, impulsada por la marca de fotoprotectores ISDIN, resolvemos todas vuestras dudas en materia de fotoprotección para disfrutar bien del sol.

No es la edad, es el exposoma. El 80 % del envejecimiento de la piel se debe a factores externos: factores ambientales, hormonales y conductuales con los que convivimos a diario y afectan a la salud y el aspecto de nuestra piel. De entre todos ellos, el sol es el más conocido y el más perjudicial. «La radiación solar y, en especial, la radiación ultravioleta, es la principal responsable del fotoenvejecimiento, provocando, fundamentalmente, las quemaduras solares, la pérdida de firmeza y elasticidad que condiciona la aparición de las arrugas, manchas hiperpigmentadas y el adelgazamiento de la piel», explica la Dra. Susana Puig, responsable del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona y directora de la Cátedra UB-ISDIN Live Young, impulsada por la marca de fotoprotectores ISDIN para encontrar soluciones innovadoras con las que prevenir el daño de la piel. El objetivo de la Cátedra UB-ISDIN LIVE YOUNG es abrir nuevas líneas de investigación para encontrar soluciones innovadoras para prevenir el envejecimiento de la piel por factores internos y externos (exposoma).

El fotoprotector facial ISDIN Fusion Water es un clásico de la marca, de alta protección solar y un acabado mate y sedoso.  Destaca por su textura ultraligera que no irrita los ojos

Para la Dra. Puig, experta mundial en cáncer de piel, el mayor reto al que se enfrentan los profesionales, es mejorar nuestras costumbres en relación al sol, concienciarnos de que debemos evitar las exposiciones prolongadas y convertir los fotoprotectores en nuestro gran aliado de belleza a diario. ¿Suspendemos en cultura solar? «En los últimos años ha mejorado el conocimiento sobre los riesgos de la exposición al sol, pero lo más difícil es el cambio de hábitos. Diversos estudios han demostrado que las mujeres aplican el fotoprotector en la playa a sus hijos en el momento que llegan, después se lo aplican a sus parejas y por último, más de 30 minutos después de llegar a la playa, se lo aplican ellas», responde la Dra. Puig, que denuncia también las quemaduras solares en primavera  “ya que son un factor de riesgo muy importante para el posible desarrollo del cáncer de piel”.

Dra. Susana Puig, responsable del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona y directora de la Cátedra UB-ISDIN Live Young

Para frenar el daño acumulado en nuestra piel, lo primero es poner nombre a lo que debemos enfrentarnos. Porque el espectro de radiación es amplio y nos afecta, en mayor o menor medida, durante todo el año. Por un lado, tenemos los rayos UVB, más enérgicos y perjudiciales en cuando llega el calor del verano, presente sobre todo en las horas centrales del día: «a corto plazo puede provocar quemaduras solares y, a largo plazo, envejecimiento prematuro y cáncer de piel», advierte la experta, resaltando la capacidad de las radiación UVB en producir mutaciones directamente en el ADN de nuestras células de la piel.

Por otro lado, está la radiación UVA,  menos energética que la UVB pero presente todos los días del año y que atraviesa los cristales además de presentar un poder de penetración mayor, llegando hasta la dermis. «Produce pigmentación a corto plazo –con el tiempo también puede desencadenar cáncer de piel–, y está directamente relacionada con el envejecimiento, las manchas y las arrugas», puntualiza la Dra. Puig. Por último no debemos olvidar también la Luz Azul Solar que junto al UVA causa el envejecimiento prematuro y las manchas en la piel, en todos los fototipos pero especialmente en los fototipos altos o piel más oscura genera una hiperpigmentación o manchas más intensas y duraderas.

Un complejo glosario solar del que podemos extraer una lección: no hay mejor cosmético antiedad que un fotoprotector. «Actúan como un filtro protector frente a las radiaciones dañinas que alcanza nuestra piel. A mayor índice de fotoprotección o SPF, mayor grado de protección solar», puntualiza la Dra. Puig, que propone adaptar el grado de de fotoprotección según la época del año, la actividad que vamos a realizar o el tiempo de exposición, pero siempre realizando una fotoprotección a diario.

ISDIN Fusion Water ofrece una alta protección SPF50 UVB y UVA, ideal para usar a diario tanto en el disfrute del sol como al aire libre.

El fotoprotector que mejor se adapta a nosotras

Lo primero que debemos hacer a la hora de escoger un fotoprotector es «escoger un factor de protección alto (SPF 50 o 50+) y después elegir la textura que nos guste para usarlo a diario», explica la Dra. Susana Puig. ¿Influye la textura en su calidad? Las texturas más cremosas permiten una mayor cantidad de producto pero tienen una peor absorción dejando la piel más pegajosa, mientras que las texturas más fluidas se extendienden mejor y así permiten cubrir toda la superficie. Su rápida absorción facilita que la replicación sea más apetecible por el usuario. «La mejor textura, es la que nos permite una buena aplicación del producto», resuelve la experta.

En torno al SPF también existe mucha confusión. ¿Qué indica exactamente? «Aunque tradicionalmente se hablaba de mayor tiempo de exposición sin que aparezca las quemaduras, esto da lugar a confusión a los usuarios y por eso desde la Comisión Europea y la OMS recomienda que se utilice el SPF como un indicador del grado de protección, es decir, según el SPF la protección puede ser baja, media, alta o muy alta. Otro punto muy importante a tener en cuenta es que habitualmente los consumidores emplean en muchos casos solo la tercera parte de la cantidad del producto con la que se realiza los test de laboratorio para evaluar el SPF y, por lo tanto, la capacidad de protección ante las quemaduras, disminuye drásticamente», explica la dermatóloga, que añade otros factores a tener en cuenta en la ecuación para elegir el fotoprotector adecuado a cada piel como el tono de la piel –que implica la facilidad en broncearnos o quemarnos–, los antecedentes familiares de cáncer cutáneo u otras patologías de la piel. «Globalmente recomendaría un SPF de 30 para la mayoría de la población y un 50 o 50+ para las pieles claras que habitualmente se queman, personas con una alta exposición solar a diario y pacientes de riesgo», resuelve.

Gracias a la tecnología Wet Skin, ISDIN Fusion Water puede aplicarse sobre piel mojada sin alterar sus propiedades fotoprotectoras.

De entre la nomenclatura que hay en un fotoprotector, la experta prefiere poner el foco en el SPF. «Nos indica el grado de fotoprotección frente a la radiación UVB. Para la protección UVA, se especifica en un circulo cuando esta es superior a un tercio de la protección UVB «, explica. Y como la mejor crema solar será la que más responda a nuestras necesidades, la Dra. Puig recomienda fórmulas adaptadas a nuestro tipo de piel. Si la tenemos con tendencia acnéica, lo mejor es apostar por fórmulas no grasas, no comedogénicas o incluso que controlen el nivel de sebo; mientras que las pieles atópicas deben escoger fotoprotectores que sean hidratantes, no irritantes y que hayan sido testado específicamente en este tipo de piel. Y en general, «un excipiente que nos resulte agradable, muy fácil de aplicar y que pueda extenderse de forma correcta«. 

Solo nos quedaría una duda por resolver, ¿cómo lo debemos aplicar? «Generosamente y cubriendo bien toda la piel expuesta. Si realizamos actividad al aire libre hay que reaplicarlo cada 2 horas y si nos bañamos, sería recomendable reaplicarlo tras el baño y secado con una toalla». La cantidad suficiente para aplicar Isdin Fusion Water SPF 50 en el rostro son dos líneas extendidas en dos dedos.

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