Los trucos de la abuela
Si se tiene en cuenta que nació a principios del siglo XX, la industria cosmética es relativamente joven. Antes las mujeres se cuidaban con los escasos productos disponibles en el mercado o creando sus propias recetas.
01. CUESTIÓN DE CLASE ALTA
La idea de estar guapa tiene un pasado muy poco democrático, ya que antiguamente se reservaba a los nobles. «Muchas fórmulas tienen su origen en Grecia, Roma y Egipto. Ha sido la industria cosmética la que ha puesto los productos al alcance de todos en los tiempos modernos. Esto ha sido posible porque se recurrió a materias primas baratas, muchos subproductos de la industria del petróleo», apuntan Claudina Navarro y Manuel Núñez, autores, junto a Jordi Cebrián, de El libro de la cosmética natural (Proyecto Natur). Ester Aranda, del...
01. CUESTIÓN DE CLASE ALTA
La idea de estar guapa tiene un pasado muy poco democrático, ya que antiguamente se reservaba a los nobles. «Muchas fórmulas tienen su origen en Grecia, Roma y Egipto. Ha sido la industria cosmética la que ha puesto los productos al alcance de todos en los tiempos modernos. Esto ha sido posible porque se recurrió a materias primas baratas, muchos subproductos de la industria del petróleo», apuntan Claudina Navarro y Manuel Núñez, autores, junto a Jordi Cebrián, de El libro de la cosmética natural (Proyecto Natur). Ester Aranda, del Instituto de Belleza Aranda, en Gijón, que abrió sus puertas en 1972, recuerda que antes no se visitaba tanto el salón: «Solo iban mujeres con un gran poder adquisitivo. Las limpiezas de cutis se hacían una vez al año, en parte porque los productos que se utilizaban eran muy fuertes. La celulitis se combatía con masajes muy duros, que dejaban moratones, y, como había tan pocos productos y tratamientos, se improvisaba todo el tiempo».
02. PROFESIONALES AUTODIDACTAS
Yolanda López, directora de maquillaje y peluquería de la antigua pasarela Cibeles (ahora Mercedes Benz Fashion Week) desde su primera edición, utiliza muchas de esas recetas aprendidas de las mujeres mayores de su familia. «Mi abuela descubrió que para las manchas solares lo mejor era el bicarbonato con limón, y yo me quité una con ese sistema. También utilizaba ceniza para tapar las canas, y mi madre se retocaba las raíces blancas con un lápiz de cejas». Por entonces, la ingeniería casera suplía a la maquinaria actual. «Para hacer una limpieza de cutis ponía a cocer manzanilla e iba mojando la cara con toallitas calientes para dilatar los poros. No teníamos jacuzzi e improvisábamos metiendo en la bañera un compresor de aire que producía burbujas», explica Ester Aranda. El resultado era el mismo, pero montar esos artilugios llevaba mucho trabajo.
03. ERRORES Y ACIERTOS DEL PASADO
Aunque con tecnología avanzada y fórmulas depuradas, muchas ideas de antaño se están recuperando. Sylvie Durcudoy, directora de comunicación de Dior, subraya la vuelta de los aceites para la cara, el cuerpo o el pelo en casi todas las firmas de belleza. También la teoría de que lavarse el pelo a diario es desaconsejable porque destruye el pH natural del cabello es muy vintage, pero «muchas modelos creen firmemente en esta máxima», comenta López. Así mismo, han pasado a mejor vida las pieles con efecto mate de los 50, conseguidas con polvos compactos que secaban la piel, y las caras brillantes de las mujeres mayores, cuando la vaselina era la única fórmula antiarrugas.