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Sabíamos que la fermentación biológica era un proceso bien implantado en la industria de la alimentación, pero ahora llega con fuerza al negocio de la belleza.
La fermentación es un proceso que, mediante la actividad enzimática y de microbios naturales, aumenta la acción de los cosméticos, que penetran mejor en la piel porque su tamaño molecular se vuelve más pequeño. Es un mercado de gran crecimiento en la industria cosmética de Corea e incipiente en España.
Sabíamos que la fermentación biológica era un proceso bien implantado en la industria de la alimentación (el yogur, el queso, el pan, el vino, la cerveza), pero no esperábamos que la cosa llegara también a la cosmética. Pero ahí está, la tendencia viene de Corea y en España ya se están...
La fermentación es un proceso que, mediante la actividad enzimática y de microbios naturales, aumenta la acción de los cosméticos, que penetran mejor en la piel porque su tamaño molecular se vuelve más pequeño. Es un mercado de gran crecimiento en la industria cosmética de Corea e incipiente en España.
Sabíamos que la fermentación biológica era un proceso bien implantado en la industria de la alimentación (el yogur, el queso, el pan, el vino, la cerveza), pero no esperábamos que la cosa llegara también a la cosmética. Pero ahí está, la tendencia viene de Corea y en España ya se están comercializando los primeros productos.
La fermentación es un proceso tan antiguo como el mundo, y en concreto en el caso de Corea, uno de sus alimentos más populares y base de la dieta nacional, el “kimchi”, se hace mediante esta técnica.
La industria de los productos fermentados nació en 2004 y hoy vive un aumento anual del 30 al 40%. Son varias las firmas cosméticas coreanas que ya despuntan, tales como Sulwhasoo, Sooryehan, SKII o Suiskin (que acaba de presentar en España su linea Biological Fermento) e incluso lineas completas de productos fermentados como SU:M37 y Sooryehan Hyo, ambas del conglomerado coreano LG Household & Health Care. Como ejemplo, ’Secret Programming Essence' es el producto más vendido de Su:m37 y está hecho de 80 plantas orgánicas que se dejaron fermentar durante 1102 días.
La ciencia de la fermentación tiene un origen sencillo pero se basa en biotecnología muy avanzada. Es un proceso de oxidación realizado por enzimas y microbios naturales, que elimina determinadas bacterias y microorganismos, en un entorno controlado y a una temperatura concreta. El efecto de éstos hace variar la composición del producto inicial, creando nuevos nutrientes.
“Los activos son fermentados mediante la acción biológica de enzimas a 36,9ºC. Esto permite además micronizar los activos, lo que aumenta notablemente su tasa de absorción, pues consigue dar un tamaño microscópico de 1/15.000 a esos activos, más pequeño que el tamaño de los poros. Esto hace que su tasa de absorción sea altísima”, explica Clara Kwon, responsable del departamento Internacional de Marketing y Brand Education de Suiskin.
Los ingredientes, que se fermentan por separado, suelen ser plantas y frutas con actividad sobre la piel y capaces de mejorar las funciones cutáneas. Por ejemplo: el extracto fermentado de leche de soja aumenta las defensas y el de la flor de loto mejora su función barrera de la piel.
“Entre los beneficios de los ingredientes fermentados destaca su capacidad de aumentar la concentración y potenciar la sustancia bioactiva. Los activos penetran mejor ya que se reduce su tamaño molecular, favorecen la eliminación de toxinas, mejoran la calidad de la piel y ayudan a conservar el producto final, reduciendo notablemente la cantidad de conservantes necesarios. Esto hace que sean ideales para pieles sensibles”, añade Kwon.
Incluso y hay estudios científicos que muestran la efectividad de estos productos. Y no, pese a la naturalidad del proceso, estos cosméticos no caducan antes y pueden durar hasta 30 meses.