Con la fuerza del agua y la luminosidad de la magnolia: la fragancia para sorprender a nuestras madres (y celebrar su personalidad única)
La nueva fragancia de Issey Miyake, L’Eau d’Issey Eau & Magnolia, se inspira en la belleza única de la naturaleza: un perfume en el que la frescura y pureza del agua se encuentra con el carácter aterciopelado de la magnolia, creando una acogedora atmósfera de matices luminosos y notas florales. Porque no hay mejor forma de celebrar el Día de la Madre que con un aroma que reivindique los vínculos y las raíces.
Nos lo advertían en la novela El Perfume: quién domina los olores, domina el corazón. No hay palabras para describirlos ni logos que griten su nombre, pero esa combinación de notas y acentos tiene una capacidad única de detonar en nuestra memoria, recuerdos, sensaciones y personas. Incluso se cree que el vínculo entre una madre y su bebé se estrecha todavía más a raíz del olor: son esas notas primerizas las que nos transmiten instintivamente seguridad, cuidados, confianza y, en definitiva, amor incondicional. Por eso las búsquedas de perfumes se disparan en fechas importantes como el Día de la Madre, porque no hay mejor forma de celebrarlo que con un aroma capaz de capturar nuestros códigos secretos y enriquecer ese universo compartido. ¿Cómo escoger el adecuado?
Inspirada en la riqueza y diversidad de la naturaleza, la nueva fragancia de Issey Miyake, L’Eau d’Issey Eau & Magnolia, es un perfume acuoso y floral en el que la pureza y frescura del agua revela las dualidades olfativas de la magnolia y, a su paso, las poliédricas facetas que hay en una mujer. Deudor de ese primer L’Eau d’Issey con el que el diseñador japonés logró capturar, hace justo 30 años, el sutil aroma de una gota de agua sobre la piel de una mujer; basta una caricia, un sutil contacto –ese delicado ritual de cuello y muñecas que tantas veces vimos realizar a nuestras madres–, para que el perfume se transforme en un aroma único, en nuestra fragancia. Un regalo floral, en otras palabras, con el que es imposible fallar.
L’Eau d’Issey Eau & Magnolia nos propone una travesía, poética y olfativa, a los orígenes del mundo. Por un lado, tenemos el agua, símbolo de pureza y frescura, del origen de todo. Por otro, la flor de magnolia, una de las plantas más antiguas, femeninas y misteriosas del mundo: florecen antes que ninguna otra, tiñendo el paisaje de ramilletes blancos y matices olfativos. Mediante una innovadora molécula llamada Aquozone®, capaz de despertar las virtudes de sus ingredientes principales y entremezclarlos en perfecta armonía, la perfumista estrella de Firmenich, Daphné Bugey, ha logrado este intenso y aterciopelado rocío floral, sostenido por el jugoso destello de la bergamota y potenciado por la madera de sándalo. Un encontronazo con el que captura, a su vez, las dualidades y dimensiones que conviven en cada madre: la feminidad y la maternidad, la individualidad y el sacrificio, la firmeza de sus convicciones y su capacidad de comprender las nuestras.
Una pieza única
Somos como nuestras madres, o al menos, un pedacito de sus ideales habita en nosotras. Del mismo modo que detrás del perfume que escogemos, se esconden unos valores determinados que nos representan. «Todo tipo de creatividad se relaciona», solía defender Issey Miyake y en este nuevo perfume, el espíritu innovador va de la mano del compromiso. L’Eau d’Issey Eau & Magnolia es una fragancia vegana, con el certificado de excelencia BIORIUS y una paleta olfativa definida por la responsabilidad social y medioambiental. La mayoría de sus ingredientes naturales se obtienen de forma responsable, para apoyar a las comunidades que lo producen, como es el caso del nerolí; mientras que otros, como los empleados en Aquozone®, proceden del suprarreciclaje.
También es una pieza única, epítome del lujo esencial que siempre ha definido a la firma. De líneas minimalistas y geométricas, L’Eau d’Issey Eau & Magnolia es una oda a la belleza e individualidad de la naturaleza, que siempre ha dado forma a sus creaciones. Cada envase está confeccionado con un 20% de vidrio reciclado PCR y rematado en un arquitectónico tapón de madera de fresno, con texturas, tonalidades y vetas diferentes, que mantienen metafóricamente la fragancia conectada con sus raíces naturales. En un vínculo inquebrantable. Porque a la hora de regalar, lo que siempre debemos tener en cuenta, es que solo hay una madre como la nuestra.