La ojera es bella (y así de resplandeciente luce en la pasarela)
Una adolescente sube a TikTok un vídeo marcando sus ojeras. Se vuelve «viral». Meses después, diseñadores y make up artists deciden glamourizarlas con colores vivos y aplicaciones joya. Así es el fenómeno de las «ojeras bonitas».
Según el New York Times la Gen-Z lleva un tiempo cambiando el antiojeras por productos de maquillaje marrones para acentuar la sombra bajo los ojos, en lugar de esconderla. “¿De verdad los adolescentes envidian nuestras ojeras?”, se preguntaba también The Cut. Teniendo en cuenta que son la expresión más evidente de agotamiento (aunque esto solo sucede con las azuladas, que aparecen po...
Según el New York Times la Gen-Z lleva un tiempo cambiando el antiojeras por productos de maquillaje marrones para acentuar la sombra bajo los ojos, en lugar de esconderla. “¿De verdad los adolescentes envidian nuestras ojeras?”, se preguntaba también The Cut. Teniendo en cuenta que son la expresión más evidente de agotamiento (aunque esto solo sucede con las azuladas, que aparecen por la dilatación de las venas de la zona como resultado del cansancio; las otras, las oscuras, se deben a una excesiva producción de melanina determinada por la genética) es normal que hasta ahora todos los artículos y tutoriales que pudiéramos buscar en Google sirvieran para eliminarlas, borrarlas y camuflarlas. Que si pigmento amarillo para las primeras, que si anaranjado para las segundas.
La nueva tendencia parte de la idea de que las ojeras deben normalizarse, ya que son algo que todos tenemos en algún momento de la vida. El fenómeno de las ojeras bonitas se puso en marcha cuando una chica de 19 años llamada Sara Carstens subió a TikTok un tutorial sobre cómo enfatizar las suyas que acabó haciéndose viral. La moda de entronizar cierta derrota desde la estética no debería sorprendernos: en la década de los noventa que ahora tanta nostalgia provoca se llegó a glorificar el aspecto enfermizo asociándolo al grunge y a otras tendencias del momento, con Kate Moss en aquellas fotos tan cool de Corinne Day y Davide Sorrenti, convertida en la imagen del heroin chic con unas ojeras muy pronunciadas y todo terrible que implicaban.
Hoy la ojera gana una nueva perspectiva y su romantización trae consigo una connotación mucho más luminosa. Un mensaje de aceptación que evoluciona ahora al escapismo: en el último mes de pasarelas, en el que firmas y diseñadores han presentado sus propuestas para la primavera de 2022, es imposible no apreciar el maravilloso maquillaje con el que han puesto un nuevo foco en la mirada. Los “pop eyes” tienen un 102% más presencia que en la primavera de este año, con preciosas versiones en MSGM, Proenza Schouler, Del Core, Rodarte, Lanvin, Valentino, Prabal Gurung o Marrknull, según cualifica Tagwalk. En muchas de estas firmas las cuencas inferiores de los ojos aparecen decoradas con tonos alegres, diseños geométricos e incluso aplicaciones brillantes, un maquillaje de evasión que habla de ganas de celebración, de fantasía, de optimismo.
El vídeo de Carstens ha dado también el salto a otras plataformas como Instagram y de ahí la idea ha ido evolucionando en algo cada vez más bello: reconocidos Make Up Artists como Lisa Bultler, Lucia Pieroni o, en nuestro país la gurú del maquillaje Noemí Nohales están explorando las nuevas fronteras del pincel bajo los ojos. «Necesitamos color y maquillajes que nos acerquen a todo lo que ha estado ausente en los últimos tiempos, como los festivales, son una forma de libertad y expresión», explica Nohales. Con colores llamativos y fluorescentes y trazos artísticos, esta nueva manera de utilizar el delineador provoca una belleza optimista, festiva y radiante que funciona como un termómetro del estado anímico general. Nace así un tercer tipo de ojeras que se realzan, se celebran y se embellecen.
A la hora de lanzarse, lo más importante para que quede bien es «preparar la piel y dejar un rostro bonito, así será más favorecedora esta fantasía. También hay tener en cuenta la gama de color (los tonos neutros siempre son menos arriesgados) y saber que las líneas finas o muy difuminadas suelen quedar mejor a todos tipo de rostro«, añade Nohales. Además de cierta dosis de atrevimiento, hay que conocerse: «Es fundamental conocer el estilo y el visagismo de cada persona. Habrá quienes que no se vean favorecidas con la línea inferior por su forma del ojo. En ese caso podríamos adaptarlo dibujando solo la línea inferior hacia el rabillo del ojo en dirección a la sien o el pómulo». ¿De verdad podríamos llevarlo? «Una aplicación real para el maquillaje de la calle podría ser marcar la parte inferior del ojo con alguna sombra o lápiz colorido o irisado. También existen plantillas adhesivas muy fáciles de aplicar, y las hay con mucha variedad, desde brillantes hasta diferentes formas o dibujos», añade esta experta.
Las lágrimas-joya: una propuesta de Etro.
La mirada de Etro, creada por la Make Up Artist Lisa Butler, lleva la inspiración bohemia al maquillaje. Las ojeras de las modelos llevaban pedrería que reflejaba la luz y tachuelas que iluminaban el área debajo de los ojos.
El underliner geométrico: visto en Daniela Gregis.
Las modelos de Daniela Gregis llevan la propuesta con un enfoque más gráfico: tres audaces trazos azules delinean y subrayan el área bajo los ojos. Este nuevo delineado no requiere tanta técnica como el eyeliner tradicional, de hecho, cuanto más naturales queden los trazos, mejor.
Rosa y en la ojera: el nuevo delinador de Rochas.
En Rochas, Lucia Pieroni usó un pincel para pintar garabatos de color rojo, rosa neón y azul oscuro que comenzaban a los lados de la nariz y se extendían hasta las esquinas exteriores de los ojos, abrazando toda la cuenca inferior. El resultado es brillante, favorecedor y emana alegría.
En verde lima: visto en Del Core.
En Del Core, las bolsas debajo de los ojos de las modelos brillan en azul eléctrico y verde lima, una manera de revertir el típico tono grisáceo-marrón de las ojeras. Las esquinas interiores se acentuaron con tonos lavanda y coral para crear un ojo ahumado inverso que gritaba «primavera».