La doble limpieza facial, el secreto mejor guardado de las japonesas
Los rituales de belleza orientales están a años luz de los que practicamos las occidentales. Ellas saben que el secreto está en la limpieza. Y no en una cualquiera.
Seamos honestas. Las mujeres occidentales podemos gastarnos una pasta en la hidratante más innovadora con la última molécula revolucionaria, pero si podemos nos escaqueamos de quitarnos el maquillaje por la noche (cualquier excusa vale, “estoy cansada”, “me he maquillado poco”, “desde que me di el colorete por la mañana ya no me queda nada”…) o lo reducimos a la mínima expresión (ay esas toallitas húmedas, que desde el armario del baño están diciendo “úsame, soy fácil y rápida”).
Las japonesas nos mirarían como si viniéramos de Marte. Ellas tienen clara la importancia de la limpieza de ...
Seamos honestas. Las mujeres occidentales podemos gastarnos una pasta en la hidratante más innovadora con la última molécula revolucionaria, pero si podemos nos escaqueamos de quitarnos el maquillaje por la noche (cualquier excusa vale, “estoy cansada”, “me he maquillado poco”, “desde que me di el colorete por la mañana ya no me queda nada”…) o lo reducimos a la mínima expresión (ay esas toallitas húmedas, que desde el armario del baño están diciendo “úsame, soy fácil y rápida”).
Las japonesas nos mirarían como si viniéramos de Marte. Ellas tienen clara la importancia de la limpieza de la piel. Tan clara que la hacen doble (sí, doble) y la convierten en un ritual. “Para las mujeres orientales, especialmente para las japonesas, la limpieza de la piel no se limita a eliminar las impurezas y el maquillaje, sino que se inspira en la Ceremonia Japonesa del Té, en la que para preparar una taza de té realmente perfecta hay que seguir una serie de pasos sumamente cuidadosos y elaborados en un ritual llamado Saho. El Ritual Saho guía cada acción desde la preparación, la elección del kimono, la decoración de la sala de té, elección del dulce, colocación de los productos, etc”, explica María del Mar Sanguino, directora de Formación de Sensai España, del grupo Kanebo.
No nos llamemos a error. La japonesa trabaja muchas horas (en eso nos parecemos a ellas) y cuando llega a casa no anda convirtiéndose en una geisha para desmaquillarse y ponerse el pijama, pero puntualmente, mañana y noche, reserva media hora para limpiarse y cuidarse el rostro y posiblemente ese sea el secreto de sus pieles inmaculadas, blanquísimas y llenas de luz.
Su limpieza es, en realidad, un ritual sencillo. Primero utilizan un limpiador en leche, aceite (apto para todos los tipos de pieles) o crema, y después repiten limpieza, esta vez con agua y una fórmula en gel o espuma. “La doble limpieza facial consiste en realizar dos pasos para retirar cualquier tipo de residuos de la superficie de la piel: En el primer paso retiramos todo tipo de impurezas oleosas como el maquillaje y el sebo; y en el segundo paso retiramos todas las impurezas acuosas y células epiteliales muertas”, explica Sanguino. Sensai posee una línea de limpieza e hidratación, Silky Purifiying, que sigue ese ritual Saho del té como protocolo de aplicación.
Dos de los productos de limpieza de la línea ‘Silky Puriying’ de Sensai y ‘Softening Concentrate’ de Shiseido.
¿Cuáles son los beneficios de la doble limpieza facial en comparación con la sencilla, que practicamos el resto de las mortales? “La limpieza es esencial para obtener una piel saludable y es más eficaz si se emplean limpiadores y jabones faciales que eliminan específicamente determinadas impurezas”, dice Sanguino. Los dos pasos se llevan por delante maquillaje, sebo, impurezas procedentes de transpiración, polvo y bacterias, dejando la piel preparada para los productos de cuidado que se apliquen a continuación (el orden de los cosméticos es muy importante en el ritual).
Después de la limpieza (y en un mundo perfecto), las occidentales nos aplicaríamos el tónico. Las japonesas, sin embargo, utilizan normalmente una loción equilibrante, que prepara el rostro para el tratamiento de hidratación que se aplica después (incluso, si hay tiempo, se ponen una toallita caliente sobre el rostro).
Shiseido también sigue los preceptos de la doble limpieza facial, y su línea Ibuki, reconocida con varios galardones como el IFSCC (considerado el “Nobel” de la cosmética) y pensada para mujeres de 25 a 35 años, cuenta con la loción equilibrante Softening Concentrate, que se utiliza después de la limpieza y antes del tratamiento, y es apta para todo tipo de pieles, de secas a grasas. Su fórmula con emolientes e ingredientes hidratantes, “aporta una profunda y continúa hidratación en el estrato córneo evitando al mismo tiempo su evaporación”, y esto va mucho más allá del simple tónico porque “ayuda a las células del estrato córneo a ‘memorizar’ su óptima estructura ayudando así a la piel a resistir futuros problemas”, explican desde la compañía cosmética japonesa.