Jean Paul Gaultier se pone nostálgico y recupera los años ochenta estas navidades

Rossy de Palma, gran icono de esa década, protagoniza la campaña de los perfumes del diseñador.

Jean-Paul Gaultier fue un pionero. En sus 50 años de carrera, ha moldeado el mundo de la moda a golpe de escándalos y atrevimiento. Y todo en épocas donde sus ocurrencias se convertían en descaro y en una industria que cuida el detalle hasta lo más mínimo.

Fue en la década de los ochenta cuando el diseñador comenzó a destacar por su inconformismo. En esos años, publicó un anuncio en el diario Libération en busca de maniquíes singulares. La noticia rezaba: «Diseñador inconformista busca modelos atípicos. Personas con la cara desfigurada no abstenerse». Rompía as...

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Jean-Paul Gaultier fue un pionero. En sus 50 años de carrera, ha moldeado el mundo de la moda a golpe de escándalos y atrevimiento. Y todo en épocas donde sus ocurrencias se convertían en descaro y en una industria que cuida el detalle hasta lo más mínimo.

Fue en la década de los ochenta cuando el diseñador comenzó a destacar por su inconformismo. En esos años, publicó un anuncio en el diario Libération en busca de maniquíes singulares. La noticia rezaba: «Diseñador inconformista busca modelos atípicos. Personas con la cara desfigurada no abstenerse». Rompía así con los cánones predominantes. A la pasarela se subían diferentes tallas, razas (descubrió a Farida Khelfa, la primera modelo de origen magrebí de gran popularidad) y edades.

En 1984 creó las faldas para hombres dentro de su colección ‘Y Dios creó al hombre’. Para él, los clichés estaban para romperse, y como declaró, «un hombre no lleva su masculinidad en la ropa, sino en la mente».

En 1990 y gracias a Madonna, popularizó un diseño en el que llevaba trabajando años antes: el corsé cónico. La cantante le pidió que diseñara el vestuario para su Ambition Blonde Tour y la pieza causó furor.

Puede que, ahora que ha aparcado su carrera como diseñador, Gaultier esté revisitando todos sus hitos. En su nueva campaña así lo parece. En ella, se representa una cena llena de luz y color con aires muy ochenteros.

Rossy de Palma protagoniza la campaña.Philippe Jarrigeon

La anfitriona no podía ser otra que Rossy de Palma, musa y amiga del genio e icono de los ochenta en España. Jugando con los perfumes emblemáticos de la firma, Scaldal, Le Male y Classique, los protagonistas encienden chimeneas, hacen aparecer regalos o disfrutan de una charla distendida.

Los personajes también representan la esencia de la marca, entre ellos el mensajero, inspirado en el marinero que, si bien no inventó el estilo, ha sido el creador que mejor ha sabido hacerlo suyo.

No sabemos aún cómo serán las navidades de este año raro, pero si nos vemos obligados a reducir las reuniones a seis personas, la campaña de Jean Paul Gaultier nos puede dar una idea de cómo disfrutarla al máximo.

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