Granitos, irritaciones y hasta heridas: así hay que cuidar la piel cuando se usa mascarilla
Los expertos explican cómo prevenir (o tratar, cuando ya han aparecido) las llamadas cicatrices del coronavirus.
Desde hace unos días la mayoría de los españoles hemos comenzado a experimentar lo que significa llevar una mascarilla de protección puesta: necesaria, pero incómoda. Muchos ya habíamos visto circular por redes sociales las fotos de sanitarios y trabajadores de primera línea después de sus largos turnos de trabajo, con las marcas que reflejaban la intensidad de sus horas. Un estudio publicado en el Journal of the American Academy of Dermatology informa de una c...
Desde hace unos días la mayoría de los españoles hemos comenzado a experimentar lo que significa llevar una mascarilla de protección puesta: necesaria, pero incómoda. Muchos ya habíamos visto circular por redes sociales las fotos de sanitarios y trabajadores de primera línea después de sus largos turnos de trabajo, con las marcas que reflejaban la intensidad de sus horas. Un estudio publicado en el Journal of the American Academy of Dermatology informa de una contundente tasa de daño de la piel entre los trabajadores de primera línea en Hubei (China). El 97% de ellos tuvo problemas dermatológicos causados por las medidas de protección: es decir, prácticamente todos. Los más habituales: piel seca (más de un 70%), descamación, extrema sensibilidad, picazón, eritema (enrojecimiento debido a la ruptura de los vasos sanguíneos) o pápulas (granos). El puente nasal, donde descansa la mascarilla, era el área más común de irritación.
“Sí, estamos viendo dos tipos de reacciones relacionadas con el uso prolongado de la mascarilla: dermatitis y acné, las más severas suelen darse en el personal sanitario que más horas lleva este tipo de protección”, nos confirma la doctora Lidia Maroñas, dermatóloga del Hospital 12 de Octubre y miembro de la Clínica Dermatológica Internacional. Más allá de un empeoramiento de la piel causado por la situación de estrés general (el confinamiento y la incertidumbre han incidido en dermatitis seborreas y rosáceas), esta especialista detalla dos grupos de daños, también en quienes han comenzado ahora a utilizar la mascarilla: las lesiones por roce (dermatitis irritativa, erosión o pequeña úlcera) y los rebrotes de procesos de acné. En el caso de los granitos, su reaparición se debe al roce de la mascarilla pero también a la oclusión que provoca en los poros: “La piel no puede respirar bien y el exceso de sudoración se queda en la zona peribucal, la más proclive a este tipo de brotes. Estamos viendo casos de acnés un poco inflamatorios, como descamados”, explica esta doctora. La buena noticia es que, siguiendo estas recomendaciones, se puede controlar la situación.
Qué hacer ANTES de ponerse la mascarilla
Como no es posible prescindir del uso de la mascarilla en este momento, hay dos consejos importantes según esta dermatóloga: “1) Hidratar la piel, todos los días, mañana y noche; y 2) Aquellas personas que utilizan cosméticos antiedad y vayan a utilizar mascarillas de manera prolongada, deberían minimizar el uso de ácidos como el glicólico o el retinol, porque pueden hacer que la piel esté más sensible y sea más fácilmente irritable”. Desafortunadamente, ahora no es el momento de experimentar con un cosmético más intensivo.
Vaselinas, barras protectoras y otros trucos de protección
“Inmediatamente antes de ponerse una mascarilla, lo recomendable es utilizar algún producto que disminuya la fricción o el roce, y que aumente el aire entre la piel y el protector”, nos explica Lidia Maroñas. “Existen diversos tipos de productos, como la vaselina pura no perfumada, que se puede aplicar en las zonas más prominentes de la cara (tabique nasal y pómulos), las que más molestias suelen presentar. También funcionan muy bien los parches de silicona, sobre todo en el personal que va a pasar 12 horas con una mascarilla o un EPI, porque ejercen un refuerzo mayor. Por último están los sticks anti rozaduras, como el roll-on de La Roche Posay o el del laboratorio Compeed, que consiguen que la mascarilla se deslice sobre la piel sin rozarla y alivian la excesiva presión”, explica.
Colocarla bien
La idea es intentar aumentar el espacio de aire entre la piel y la mascarilla, mientras la usamos correctamente. “Debe quedar bien ajustada en la zona de la nariz y en los pómulos, pero para evitar la aparición de granitos deberíamos asegurar que la zona peribucal, alrededor de la boca, tenga el menor contacto posible con el tejido”.
Mejor sin maquillaje
Los expertos recomiendan a las personas que vayan a pasar muchas horas con una mascarilla puesta que consideren omitir maquillajes como bases y correctores, al menos en la zona que va a quedar bajo la mascarilla. El primer motivo es que si el producto que utilizamos no es no comedogénico, podría obstruir los poros y provocar brotes de acné. El segundo motivo es que la máscara puede arrastrar el maquillaje, provocando una oclusión de las glándulas sebáceas y empeorando la situación.
Utiliza tónico
Si nuestra intención es prevenir afecciones de la piel, deberíamos intentar mantener sus bacterias a raya. La famosa facialista de Hollywood Renée Rouleau comentaba estos días en Byrdie que la manera más sencilla y más rápida de conseguirlo es aplicar un tónico suave y antibacteriano, con un disco de algodón, en la zona donde reposa la mascarilla, varias veces al día. Así mantenemos la piel limpia en las zonas más expuestas.
Hidrata mucho la piel
Una piel limpia absorbe mejor cualquier cosmético que venga después, y una piel hidratada siempre será más elástica y más fuerte ante las agresiones. El motivo está en que la barrera de protección de la piel es hidrolipídica, lo que significa que le ayuda a retener la humedad necesaria para estar sana. Lidia Maroñas insiste en que la rutina de hidratación es especialmente importante cuando se va a utilizar una mascarilla y que no debería descuidarse ni por la mañana ni por la noche. Los principios activos reconocidos por su alto poder hidratante son la vitamina C y el ácido hialurónico.
Qué hacer DESPUÉS de quitarse la mascarilla
Tan importante es cuidar la piel antes y durante el uso de la mascarilla como después. Estos consejos pueden ayudarte a mantener la piel más sana:
Lávate con un limpiador muy suave
Dicen los dermatólogos que lo más importante para prevenir la irritación y los brotes es mantener la piel limpia e hidratada. Y aunque podríamos pensar que un limpiador intensivo (incluso un exfoliante) va a ser lo más efectivo, en realidad lo recomendable es utilizar un limpiador con un pH equilibrado que elimine los residuos de grasa, suciedad y bacterias pero que al mismo tiempo sea suave con la piel. A la hora de elegir un limpiador, hay tres características clave: que no tenga fragancia, que no sea comedogénico y que no irrite la piel.
Los limpiadores faciales fuertes pueden alterar la capa externa de la piel y provocar sequedad e inflamación. Esto hará que sea más probable desarrollar irritación tras colocarte la mascarilla. Dos ejemplos de farmacia: el agua micelar Sensibio H2O de Bioderma (que actúa con micelas, con lo que limpia de una manera eficaz pero muy delicada) o el gel limpiador Ultra-Rich Cleansing Gel de Ducray (formulado para limitar la reaparición de las lesiones de los eczemas, restaura la barrera cutánea alterada y corregir la sequedad: alivia el picor y disminuye la intensidad de los signos de la inflamación).
Hidrata muy bien la piel (otra vez)
Algunas hidratantes intensivas pueden proporcionar un alivio rápido tras el uso de la mascarilla. Los clásicos Aquaphor de Eucerin (cuya pomada reparadora formulada sin agua, a base de parafina, con pantenol y bisabolol y glicerina acelera la regeneración cutánea en situaciones de extrema sequedad, piel dañada o irritada) o la Crema Hidratante de CeraVe (que mezcla ácido hialurónico con ceramidas para mantener la humedad hasta 24 horas) son un buen ejemplo.
Las zonas de mayor impacto, como la nariz y los pómulos, se pueden aliviar con apósitos hidrocoloides, muy eficaces para la cicatrización de heridas. Para las rojeces se recomienda utilizar un gel de árnica (recomendación habitual tras tratamientos médico estéticos por su eficacia ante la quemazón cutánea). Y ante los brotes de acné lo más indicado es seguir el tratamiento tópico habitual o, en los casos más severos, consultar a un especialista para un tratamiento en pastilla, tal y como recomienda la doctora Lidia Maroñas.
Qué hacer si ya tienes daños
Si hay erosión, tratamiento médico
En principio son tres los tipos de dermatitis que suelen producirse: de contacto, por los materiales que componen las mascarillas; irritativa, en puntos de presión como la nariz y las orejas: y, la relacionada con la humedad alrededor de la boca por el aliento o la saliva. “Si hay erosión, hay que seguir un tratamiento médico: lo primero es consultar a un especialista, que en función de la intensidad y del tipo de agresión pautará desde un producto regenerante como una crema hidratante o un aceite reparador con rosa mosqueta. Si ha aparecido una pequeña úlcera habrá que seguir un tratamiento médico que probablemente combinará antiinflamatorios tipo corticoides con antibióticos tópicos para evitar que se sobreinfecte”, explica la doctora Maroñas.
Si la afección no es grave
La recomendación es utilizar cosméticos que incluyan principios activos antiinflamatorios que rebajen la congestión de la piel, como la niacinamida (un derivado de la vitamina B3 conocido por su poder calmante y por reducir la hiperpigmentación, combatir los signos del envejecimiento y ayudar a mantener la hidratación de la piel), la cúrcuma (especialmente indicada para pieles grasas, ya que es un buen cicatrizante y reduce la secreción de grasa causada por las glándulas sebáceas) o el ácido azelaico (que se usa para eliminar los síntomas provocados por la rosácea, una enfermedad que afecta a la piel y que causa enrojecimiento, rubor y espinillas en el rostro).