Prevenir las manchas y estimular tu propio colágeno: los beneficios (además de la limpieza) de una buena exfoliación
Desde eliminar la suciedad a fondo hasta que penetren mejor los tratamientos, pasando por otros como que es el secreto de un buen bronceado.
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Exfoliar la piel lleva años siendo un paso clave en la rutina de muchas mujeres. Por un lado, porque tras su aplicación la piel se siente inmediatamente mejor, pero también y sobre todo porque, con ella, se consigue un momento de relax y frescor de lo más placentero y liberador. Sin embargo, no siempre exfoliamos la piel el número de veces que deberíamos ni en las ocasiones adecuadas. Y, lo que es más, casi nunca somos conscientes de la forma en la que una buena exfoliación funciona sobre nuestro cuerpo y de los múltiples objetivos que podemos cumplir aplicándola en el momento preciso.
¿Cómo funciona sobre la piel?
Más allá de llevar a cabo una limpieza más profunda de lo habitual -su uso más conocido-, una exfoliación bien realizada afecta a la capa más superficial de la piel consiguiendo un efecto único. Así lo explica Virginia Sánchez, Directora Médica de Clínicas Dorsia, a S Moda: “La piel está formada por diferentes capas que se renuevan aproximadamente cada cuatro semanas. La capa más superficial de la piel, llamada capa córnea, está formada por las células más viejas, las cuales ya no contienen núcleo y pueden considerarse como células muertas. Estas células (llamadas corneocitos) se van desprendiendo de forma natural de la piel. Dependiendo de diferentes variables como la zona del cuerpo, los tratamientos cosméticos aplicados, la alimentación o incluso la estación del año, el tiempo que tardan los corneocitos en desprenderse de la piel puede variar».
Y aquí viene la gran labor de este cosmético y el ritual que lo acompaña: «Los tratamientos exfoliantes de la piel sirven precisamente para acelerar el desprendimiento de esas células más superficiales de la capa córnea”, añade Sánchez.
Tipos de exfoliación
¿Son todas las exfoliaciones, también reconocidas por el concepto peeling (en inglés), iguales? La respuesta es no. Aunque sí se recomienden para los mismos objetivos, según el área a tratar y las técnicas utilizadas para aplicarla, pueden ser de diferentes tipos:
Física o mecánica
“Se realiza a nivel superficial mediante cosméticos que contienen gránulos que, aplicados mediante un masaje, ayudan a desprender los corneocitos”, señalan desde Clínicas Dorsia. Es la que conocemos de forma mayoritaria y podemos llevar a cabo en nuestra propia casa: “Podríamos llamarla microexfoliación, porque solo elimina las células muertas de las capas más superficiales de la epidermis y se puede conseguir de manera mecánica mediante suaves masajes de arrastre con cosméticos con microesferas, esponjas rugosas, guantes de crin o aparatos de uso doméstico, como los cepillos”, señala Miguel Sánchez Viera, dermatólogo miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología). Pero también se puede realizar a nivel más profundo, con un láser ablativo o semiablativo, aplicado por profesionales», añade Virginia Sánchez.
Química
Muy de moda en los últimos años en los que el mundo cosmético ha generado un interés creciente y en el que se ha popularizado el uso de los AHA’s o alfahidroxiácidos en nuestra rutina facial habitual. “Un peeling químico se lleva a cabo con sustancias químicas que, aplicadas en la superficie de la piel, ayudan a eliminar su capa más superficial estimulando su renovación y la creación de nuevo colágeno”, explican desde Dorsia. “Se realizan con diferentes tipos de ácidos -glicólico, láctico, salicílico… etc.- que actúan de forma enzimática y deshacen el “cemento” intercelular separando las células que se mantenían unidas”, añade el doctor Sánchez Viera.
8 objetivos cumplidos
La fama que ha conseguido como proceso de belleza indispensable no es baladí ni casualidad. Hay algo en la exfoliación que la hace fundamental y la convierte en uno de los tratamientos más demandados en los centros de estética: su capacidad de cumplir una gran cantidad de objetivos con tan solo una aplicación. Estos son los que conseguirás.
1. Una limpieza profunda: el primer y más reconocido beneficio de un peeling. Barrer la piel seca ya desprendida y otros desechos que puedan quedar en la piel a diario después de la limpieza habitual, evita que éstos obstruyan los poros, lo que, por consiguiente, evita la formación de espinillas y puntos negros.
2. Prevenir manchas y acné: ser constante en la aplicación de exfoliaciones ayuda a descomponer la piel muerta y, al mismo tiempo, suaviza la textura de la piel haciendo que se vea más uniforme con el tiempo y eliminando poco a poco las capas con ese extra de pigmentación y suciedad.
3. Estimular la circulación y síntesis de colágeno: al tratarse de un proceso de renovación celular, hace que las células frescas y sanas se mantengan en la superficie, mientras elimina las muertas. Así, produce una mayor síntesis de colágeno -la sustancia que mantiene firme nuestra piel- y aumenta la luminosidad de la piel.
4. Mayor penetración de los tratamientos: mantener los poros sin obstrucciones permite que los productos para el cuidado de la piel penetren de manera más profunda y efectiva. Cuando algo rico en ingredientes nutritivos penetra más profundamente, puede funcionar de manera más efectiva.
5. Evitar la sequedad de la piel: rodillas, codos y talones de pies, más secos y agrietados por el calor, mejoran notablemente con este tipo de tratamiento que elimina la capa dañada de la piel.
6. Mejorar al máximo el bronceado: cuando la piel se ve más lisa y uniforme después de eliminar las células muertas, el bronceado es más homogéneo. «Además, si durante los meses de verano también te acostumbras a realizar una exfoliación semanal, conseguirás que el bronceado permanezca por más tiempo», afirma Mar Sieria, farmacéutica y fundadora de Sarah Becquer.
Y, si todos estos se logran con una sola aplicación -facial y/o corporal-, algo muy similar ocurre si se aplica en zonas más concretas del cuerpo cuyos tratamientos exfoliantes van ganando cada día más adeptos: son los labios y el cuero cabelludo.
7. Labios hidratados y jugosos: los exfoliantes labiales, siempre hidratantes, proporcionan un plus de suavidad y flexibilidad a la piel del labio y eliminan las pieles secas y escamadas.
8. Cuero cabelludo sano: una limpieza profunda que no altera el equilibrio de la piel de la cabeza, pero que sí ofrece diversos beneficios. Nos los explica Modesta Casinello: «Además de eliminar residuos e impurezas ofrece hidratación, volumen, normaliza la caída y mejora la microcirculación, la base de un cuero cabelludo saludable. Ofrece una rápida sensación de pelo limpio y fresco».