Del truco del aceite a las cremas de deportista: cómo pasar de zapato a las sandalias sin las temidas rozaduras en los pies
Ampollas, rozaduras, heridas y mucho dolor. El viacrucis que supone estrenar calzado de verano después de meses de cordón y calcetín se puede prevenir con estos prácticos remedios.
Solo hay una cosa peor que pasar todo un día de calor con las botas puestas, los zapatos Oxford anudados o las zapatillas del invierno a cuestas, y es estrenar sandalias y que te hagan una fastidiosa, punzante y dolorosa rozadura. Quienes conozcan la sensación sabrán de lo que hablamos, un picor y ardor intensos que te hacen sentir como si a cada paso que damos estuviéramos poniendo limón o sal sobre una herida, un viacrucis que no termina al llegar a casa y descalzarse sino que continúa al día siguiente cuando tenemos que volver a salir de nuevo de casa. Sin embargo, es una realidad ...
Solo hay una cosa peor que pasar todo un día de calor con las botas puestas, los zapatos Oxford anudados o las zapatillas del invierno a cuestas, y es estrenar sandalias y que te hagan una fastidiosa, punzante y dolorosa rozadura. Quienes conozcan la sensación sabrán de lo que hablamos, un picor y ardor intensos que te hacen sentir como si a cada paso que damos estuviéramos poniendo limón o sal sobre una herida, un viacrucis que no termina al llegar a casa y descalzarse sino que continúa al día siguiente cuando tenemos que volver a salir de nuevo de casa. Sin embargo, es una realidad que el verano -al menos el atmosférico- ya está aquí y en estos días en los que suben las temperaturas parece inevitable hacer el cambio de calzado. Para todos aquellos con piel sensible, historial de ampollas o pies susceptibles de escoceduras hemos elaborado esta guía de consejos prácticos, fáciles y aprobados por expertos de la salud podal.
Antes: hidrata y vencerás
«En esta época en la que empieza el calor y el cuerpo nos pide un cambio de calzado es verdad que podemos encontrarnos con el problema de rozaduras, ampollas, etc., porque venimos de llevar calzado cerrado en invierno con calcetines o medias que protegen nuestra piel, y por lo tanto en cuando los ponemos al aire con sandalias es muy probable que tengamos rozaduras indeseadas. Esto un problema que podemos evitar si tenemos unos pies hidratados regularmente, si es diariamente mejor. En las clínicas Margaret Dabbs London le damos mucha importancia a una buena hidratación de los pies mediante un producto adecuado», explica Tamara Iglesias, directora de Podología de Margaret Dabbs London, la clínica coruñesa de la prestigiosa podóloga británica.
Ángel María García, fundador de Biocosmetic, distribuidor en España de la marca sueca del cuidado de los pies Pedicare, está de acuerdo con esta máxima: «La falta de hidratación de la piel merma su elasticidad y su capacidad de protección ante la fricción de un material como el calzado sobre ella. Por eso es muy importante cuidar la piel de los pies durante todo el año. Hidratándolos tantas veces como sea necesario dependiendo del tipo de actividad cotidiana que hagamos y el calzado que utilicemos».
El truco del aceite
Una piel hidratada es una piel menos propensa a las heridas por roce, con lo que es buena idea seguir una rutina previa al estreno de sandalias. Curiosamente, podemos reutilizar el aceite corporal e incluso facial para conseguir una piel mejor preparada también en los pies: “Para que un cambio de calzado o el destape no se note en la salud de nuestra piel lo ideal será mantener una rutina de cuidado. En este caso, además de acudir a utensilios como limas exfoliantes o a una buena pedicura, aconsejo acudir a productos que garanticen la nutrición y elasticidad de la piel. Para ello, podremos usar productos de cuidado corporal ricos en aceites regeneradores, pero también, incluso, nuestro aceite facial. Después de la ducha, será ideal”, cuenta Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza y experta en hidratación corporal.
Polvos sí, talco no
«Si tenemos unos pies que tienden a la sudoración o vamos a estar en una lugar cálido y húmedo aconsejamos usar unos polvos para los pies antes de poner las sandalias para reducir la sudoración. Es muy importante que no contengan talco ya que puede bloquear los poros», explica la podóloga Tamara Iglesias, que recomienda dos productos sin talco y con ingredientes naturales para evitar rozaduras: Margaret Dabbs London Foot Powder y Margaret Dabbs Foot Lotion.
Sticks, lociones y cremas de deporistas
Uno de los productos más vendidos en farmacias para evitar las ampollas y rozaduras en los pies es Compeed Stick Anti-fricción, que reduce los roces, es invisible, muy fácil de aplicar y evita la aparición de ampollas. Como explican en la marca, es ideal para un calzado incómodo y pies que se hinchan con temperaturas altas, lo que produce que los zapatos que utilizamos normalmente se puedan volver molestos. Otra de sus ventajas es que puedes tenerlo abierto 36 meses, por lo que se puede guardar de un verano para otro. En la sección deportiva de muchas grandes cadenas, también, se pueden encontrar productos específicos como la crema Anti Friction Aptonia de Decathlon, resistente al sudor y agua; la loción curtidora para pies de Tano, especial para preparar los pies para recorridos de larga distancia (incluso para el Camino de Santiago); o la crema anti-roces Nok que minimiza las irritaciones y enrojecimientos, y que puede utilizarse en pies, dedos, ingles, entrepierna, axilas, pezones o cuello.
Ablanda las sandalias con Nivea
Este es uno de esos remedios trasmitidos de una generación tras otra que nadie sabe muy bien cómo comenzó pero que funciona. Aplicar la crema Nivea clásica, la de la lata azul, es un truco muy recurrente para suavizar la piel de los zapatos, algo que funciona también cuando necesitamos ablandar las tiras de unas sandalias de cuero.
Desodorante multifunción
El calor también provoca que los pies suden más y que proliferen las infecciones, advierte Tamara Iglesias. “Lo que ocurre con la sudoración es que puede hacer que el pie se desplace más, motivando más los posibles roces. Para evitarlo, usar nuestro desodorante diario en los pies puede ser una buena idea, pero además de ello, aconsejo mantener los pies muy cuidados. Si la piel de los pies la mantenemos hidratada y suave, será menos propensa a roces, ya que estará fortalecida. Es fundamental hidratarla, incluso dos veces al día. Después de ducharnos, y a la vuelta, después de un lavado con agua fría que, además, evitará la congestión y las posibles ampollas”, aconseja Ana Yuste, experta en salud podal y directora técnica de Aromatherapy Associates.
No compres sandalias hasta las cuatro de la tarde
Según reveló en una ocasión el famoso podólogo de Hollywood, el Dr. Sanford Weitzbuch, existe un momento óptimo para probarse zapatos nuevos. Weitzbuch aconseja hacerlo lo más tarde posible, ya que la circulación sanguínea varía y los pies se van hinchando conforme pasa el día. Así que su recomendación es ir de compras más tarde de las cuatro de la tarde para que el calzado te quede bien por las mañanas y siga siendo cómodo según pasan las horas. “Es un consejo muy acertado, ya que nos aseguraremos de adquirir aquel calzado que nos sirva a todas las horas del día y evitaremos aspectos negativos como los roces”, anima Ana Yuste.
Antes de las sandalias, pedicura
Una pedicura antes de hacer el cambio de calzado puede ayudar para evitar este tipo de dolores o roces. “Puede ayudar bastante, desde luego. Al final, consiste en poner a punto la piel y no solo de forma estética, sino a nivel de salud. De todas maneras, creo mucho más en la continuidad. Si mantenemos con previsión nuestros pies a punto, no debería costarnos hacer el cambio a las sandalias”, apunta Estefanía Nieto.
Y en casa, exfoliación
Muchos especialistas apuntan a los beneficios de este ritual: «Siempre es recomendable una exfoliación suave antes de cambiar de calzado, para retirar las células muertas y sanear el pie», señala Ángel María García. «La podemos realizar con una lima ergonómica o con un producto especifico para ello. Si tenemos algún problema que no podamos tratar en casa, deberíamos visitar a nuestro podólogo o pedicurista para que nos aconseje. No debemos dejarnos influir por personas no autorizadas que difunden consejos sin base científica en redes sociales».
Utiliza SPF
Tendemos a pensar en las zonas clásicas de fricción (dedos pulgar y meñique, talones) cuando vamos a ponernos sandalias y es frecuente olvidar proteger el empeine: los primeros días expuesto al sol la piel de esta zona puede sufrir con los rayos UVA y quedar más sensible y desprotegida ante tiras y correas de sandalias. Tamara Iglesias aconseja siempre aplicar un factor de protección, no solo aquí sino también en el dorso de los pies y los dedos.
Yoga para pies
«Hacer ejercicios de estiramiento en los tobillos y el pie. Hacer flexiones de tobillo, rotaciones e intentar abrir y cerrar los dedos ayudan a activar la circulación», recomienda Tamara Iglesias.
Al llegar a casa, piernas arriba
El punto anterior nos lleva a este: El calor produce que los vasos sanguíneos se dilaten por lo tanto el retorno venoso es mucho más lento provocando hinchazón en los pies y tobillos, explica Tamara Iglesias. «Esta hinchazón indeseada puede provocarnos rozaduras en la piel del pie.»Masajear los pies y las piernas de abajo hacia arriba para ayudar a la circulación de retorno y en cuanto la situación lo permita, túmbate y levanta las piernas lo más que puedas y haz rotaciones de tobillos», aconseja la podóloga Tamara Iglesias.
Un masaje que alivia
Ángel María García recomienda un ritual sencillo de seguir en casa: «Un baño de pies con agua tibia, nunca caliente, con un jabón adecuado y refrescante en primer lugar. El lavado y secado de pies es el principio para conservarlos saludablemente. Debemos elegir una crema especifica de masaje que se deslice fácilmente y nos ayude a relajar la musculatura del pie, realizar un masaje en sentido ascendente siempre es muy beneficioso y deberíamos realizarlo todas las noches antes de dormir para levantarnos con los pies mucho más descansados e hidratados».
Frío, frío, frío
El frío tiene un poder de descongestión y en este caso podemos utilizarlo en varias direcciones. Primero, para desinflamar nuestros pies: tal y como recomienda Tamara Iglesias, «son aconsejables los baños de contraste de agua fría y caliente, siempre acabando en frío». Pero además el frío puede ayudarnos a ceder ligeramente nuestras sandalias.
Ángel María García también recomienda hacer uso del frío: «El calor ejerce un efecto vasodilatador, consigue que las venas de la circulación de retorno se engrosen y por tanto disminuye su importante función de retorno venoso. Los pies se hinchan y la talla de zapato de invierno no nos resulta tan cómoda. Las cremas de efecto frío son calmantes de forma inmediata, no obstante, si tenemos finalmente un problema circulatorio debe ser un médico quien nos prescriba el tratamiento preciso».
Un truco casero para ensanchar sandalias que nos aprietan consiste en llenar de agua hasta la mitad una de esas bolsas para congelar alimentos. Después, la introducimos en las sandalias y las guardamos en el congelador. Cuando el agua se congele la bolsa aumentará de tamaño y cederá ligeramente las tiras de las sandalias. Este es un efecto temporal, con lo que se aconseja utilizarlas justo después para que tomen la forma de tus pies.
Anatomía de la sandalia ideal
Aunque la elección del diseño es tan personal como pies hay en el mundo, toda buena sandalia debería proporcionarnos ciertas cosas, asegura Tamara Iglesias: «Una sandalia tiene que darnos seguridad, y tiene que recoger el pie en el ante pie y en el tobillo. Debe tener una horma que distribuya el peso entre el talón, el arco y la planta del pie. Una sandalia totalmente plana puede causar tanto daño como una con tacón. Hay mucha patología relacionada con el uso de calzado muy plano y al terminar el periodo estival vemos en consulta muchas fascitis plantares ocasionas por el uso excesivo de chanclas o sandalias muy planas. La suela y la plantilla tienen que tener el grosor adecuado para absorber el impacto cuando caminamos. El material de la plantilla y de tiras de la sandalia tiene que ser natural (piel , algodón….)», aconseja esta experta. Asegura que las sandalias que estrenemos nos tienen que gustar pero también que para escoger las correctas debemos valorar cuánto tiempo las vamos a llevar puestas y cuánto vamos a caminar.
Ángel María García anima «a elegir un calzado que se adapte a nuestro pie de forma paulatina, pasar del zapato cerrado a uno más fresco incluso usando calcetines ligeros». Esto nos lleva al siguiente punto.
Invoca a Miuccia Prada
O lo que es lo mismo, si ves que el daño ya está hecho y que tardarás unos días en recuperar la pie, lleva tus sandalias con calcetines. Si recibes algún arqueo de cejas siempre podrás asegurar que esta combinación es uno de los hitos recurrentes de Miuccia Prada, que lleva veinte años insistiendo en ello. La diseñadora italiana, considerada la creadora del -fabuloso- uniforme de la mujer intelectual (en un equilibrio impecable entre la extravagancia y la normalidad), ha probado todas las mezclas posibles en este terreno: zapatos negros de tacón y plataforma con calcetín blanco en 2011, medias con zuecos y sandalias en 2015, calcetines deportivos con calzado elefante en 2018… Prada no ha estado sola en esto y otras firmas, desde Miu Miu a Gucci o Simone Rocha han combinado sandalias y calcetín en diversos desfiles. Ejemplos de prescriptoras de moda adaptando este estilismo a la calle no faltan, desde la alemana Veronika Heilbrunner pasando por la británica Alexa Chung, o las seguidas «influencers» nórdicas, como Emili Sindlev, Pernille Teisbaek o Thora Valdimars.