El tratamiento capilar que busca equipararse a un facial
“El cuidado capilar es el nuevo cuidado facial”, dicen desde la firma francesa Sisley y lo ratifican con este singular tratamiento en cabina.
Decía Nora Ephron que ir a la peluquería es “más barato que el psicoanálisis y mucho mejor para el ánimo”, así que la escritora se habría derretido al descubrir la evolución actual del segmento. Aunque la última incorporación va más allá del concepto tradicional de peluquería y busca, además de resultados sobre el cabello, equiparar sus efectos de bienestar y relajación a los que pueden producir un tratamiento corporal o facial. Al fin y al cabo, la cabeza cuenta con miles de terminaciones nerviosas dispuestas a ser estimuladas con un majase.
De masaje hay mucho en Le Grand Soin Cheveux...
Decía Nora Ephron que ir a la peluquería es “más barato que el psicoanálisis y mucho mejor para el ánimo”, así que la escritora se habría derretido al descubrir la evolución actual del segmento. Aunque la última incorporación va más allá del concepto tradicional de peluquería y busca, además de resultados sobre el cabello, equiparar sus efectos de bienestar y relajación a los que pueden producir un tratamiento corporal o facial. Al fin y al cabo, la cabeza cuenta con miles de terminaciones nerviosas dispuestas a ser estimuladas con un majase.
De masaje hay mucho en Le Grand Soin Cheveux Régénérant, Restructurant de Sisley, un protocolo de hora u hora y media que mima el cuero cabelludo como si fuera el rostro y que solo puede realizarse en los centros de la casa (en España, en la Maison Sisley de Madrid, Claudio Coello 26): “El método que utiliza la terapeuta combina movimientos de acupresión y shiatsu, basados en técnicas japonesas”, explican desde la enseña. Unas manos que trabajan con los productos de la línea Hair Rituel, previo diagnóstico, y sobre un cliente que levita en posición horizontal, tumbado en una cama mullida que nadie osaría comparar con una silla de peluquería.
Un oshibori (una toalla caliente) cubre los ojos y otra en el cuello eleva la relajación, mientras se difumina una bruma de vapor a unos 50 grados, para multiplicar la acción de los productos empleados. “Así se consigue regular la temperatura y que el vapor abra la cutícula de la fibra capilar para que los principios activos penetren más y mejor”. Porque los objetivos del protocolo, más allá del relax, son trabajar en profundidad fibras capilares y cuero cabelludo, donde radica la salud de la melena. Una melena a la que cada día se presta más atención, especialmente desde el segmento del lujo, que la consultora McKinsey estima crecerá a un ritmo del 11% anual.La firma francesa se sumó a este segmento hace ya cinco años y ha conseguido colocar algunos de sus productos entre los favoritos de la categoría. Todos heredan la filosofía de la fundadora, Isabelle d’Ornano, que se adelantó a la tendencia botánica hace casi 50 años. Los tratamientos capilares se suman desde hace unos meses a la oferta de la Maison en Madrid. Eso sí, a diferencia de lo que sucede en otros locales de la enseña en el mundo, de los que el cliente sale con el pelo recién lavado y solo secado, aquí siempre se peina porque «en España no se entendería otra cosa».