25 fotos

Así ha refinado su estilo Meghan Markle con los años

De estrella emergente en Hollywood a miembro de la realeza y reina de la elegancia contenida: la evolución del estilo de Meghan Markle.

El 27 de noviembre se cumple un año desde que Meghan Markle y el príncipe Enrique de Inglaterra anunciaran su compromiso. Desde entonces, con boda mediante, ella se ha convertido en icono de estilo y miembro asiduo a cualquier lista de 'mejor vestidas'. Una imagen muy alejada de la que mostraba en 2006 (en la imagen). ¿Cómo ha sido su transformación?
En el año 2007, la californiana era una aspirante a actriz y combinaba sus estudios con papeles secundarios en series y telefilmes.
Entonces no contaba con la ayuda de ninguna estilista y sus apariciones no estaban tan pulidas como hoy: los vestidos de varias tallas más se quedaron en California. Ahora no aparece con ninguna prenda que no le siente literalmente como un guante.
Algunos de sus 'excesos' de belleza de la época: sombras de ojos hasta la ceja o abusos del corrector.  
Las plataformas (hasta las más sutiles) han desaparecido hoy de su armario.
Ahora ha alargado varios centímetros el largo de sus faldas, pero en el 2013, en los Music Video Awards, escogió un escueto minivestido que podría haber salido del armario de Kendall Jenner.
En Hollywood dejó cualquier acabado artificial: pelo extra liso o colorete subido.
Tampoco la hemos vuelto a ver con grandes piezas de bisutería. Ahora prefiere joyas pequeñas y discretas.
Solía decantarse por elecciones de piezas demasiado evidentes como el Speedy de Louis Vuitton, su bolso de cabecera. Una costumbre que ha desterrado por completo en su primer viaje oficial como duquesa, apostando por firmas que ha sorprendido incluso a los más entendidos en moda.
El estilo de la actriz empieza a mostrar altas dosis de intencionalidad desde que se muda a Canadá para rodar Suits. Allí conoció a una de sus mejores amigas, Jessica Mulroney, que ahora ejerce de estilista en la sombra, y que ha construido poco a poco el 'estilo Meghan'.
En 2014 su estilo se había transformado completamente: al de una actriz emergente dispuesta a hacer guiños a la industria de la moda (en la imagen: de Burberry). Pero los looks informales de los que presumía entonces también se han esfumado.
Mulroney se encargó también de acercar a Markle a la industria de la moda. En la imagen, en 2015, asistiendo al desfile de Wes Gordon en Nueva York con un look que haría las delicias de cualquier fotógrafo de street style. 
Una de sus primeras apariciones tras anunciar su compromiso: su viaje a Irlanda del Norte. Allí lució un conjunto de suéter de Victoria Beckham, falda de Greta Constantine y bolso de Charlotte Elizabeth. El abrigo, de la firma canadiense Mackage, se agotó poco después.
Los abrigos clásicos, de cortes atemporales y materiales de primera calidad han sido su fuerte durante los meses de invierno. En la imagen, el día de Navidad, con uno de Sentaler que colgó el cartel de 'agotado' inmediatamente. Aún hoy, casi un año después, cuesta encontrar talla del modelo que se vende a 925 euros.
En su primera visita a Escocia quiso lanzar un guiño con un abrigo de tartán de Burberry. ¿Su toque? Combinarlo con un bolso cruzado, de Strathberry, rompiendo con la tradición de su cuñada Kate, que no prescinde de un clutch en el que ocupar las manos.
¿En la melena? Acabados informales en recogidos u ondas que combina con maquillajes muy naturales, enfatizando la mirada. Para los labios reserva colores neutros. ¿Su favorito? El tono Very Victoria de Charlotte Tilbury.
Las plataformas han desaparecido de la vide de Markle. Hoy calza, prácticamente como uniforme, salones en negro o nude. ¿Los favoritos? De Aquazzura o Manolo Blahnik.
Al igual que Kate, Meghan hace guiños a Lady Di: para celebrar el día de la Commonwealth el pasado marzo escogió abrigo y vestido de Amanda Wakeley y salones de Manolo Blahnik. Su tocado, de Stephen Jones, es similar a muchos de los lucidos por la madre del príncipe Enrique (que también recurría a las creaciones del sombrerero).
En sus actos como miembro de la realeza suele decantarse por vestidos. Cuando luce pantalón lo hace con trajes de chaqueta que no restan formalidad.
En su gira por Oceanía aterrizó en Tonga con un vestido de Self-Portrait en rojo, del mismo color que la bandera del país. La duquesa -y su estilista Mulroney- es fan de este tipo de guiños.
Nada de joyas demasiado grandes y llamativas, exceptuando la tiara del joyero real que llevó en su boda. Meghan Markle hoy prefiere completar sus looks con pequeños pendientes (preferiblemente de diamantes) que aportan luz. Entre sus firmas más usadas: la canadiense Birks (los pendientes de la imagen), Ecksand, Natalie Marie, Missoma, Catbird, Pippa Small...
En las uñas: manicura impecable que, como mucho, cede al nude. 
Aunque sus tonos favoritos son neutros, este verano la hemos visto con una paleta más arriesgada. Es el caso de este vestido de Brandon Maxwell que combinó con salones nude de Manolo Blahnik.
Givenchy, firma responsable de su vestido de novia, se ha convertido en nombre de cabecera en su armario. Es una simbiosis: la duquesa se asegura apariciones impecables y la maison se reposiciona hacia un estilo mucho más femenino. La francesa ha dado un volantazo con Clare Waight Keller, directora creativa desde hace un año, buscando alejarse del estilo punk del que hacía gala Riccardo Tisci, su predecesor.
Para su visita a Melbourne escogió un vestido cruzado de Dion Lee y joyas de Shaun Leane. El loook, uno de los últimos de la duquesa de Sussex, resume a la perfección las claves del estilo Meghan hoy: cortes sartoriales, joyas minimalistas, melena informal y salones de tacón para estilizar el conjunto.