Así ha conquistado el mundo el look deportivo

La fusión de moda y deporte se ha convertido en la nueva máquina de generar dinero de la industria de la moda. El mundo abraza el athleisure.

Net-a-porter

Basta con ver cómo viste la gente en la calle para saber que algo está cambiando. No solo en París o Nueva York, donde las zapatillas Flyknit de Nike o las Stan Smith de Adidas han vuelto a desplazar a los tacones en la primera fila de los desfiles. «La tendencia se ha convertido en un movimiento en sí mismo», observa Kate Phelan, directora creativa de Topshop. Los analistas llevan meses anunciando un giro en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones: las mallas son la prenda más popular –muy por delante del vaquero– entre las adolescentes estadounidenses, según un estudio de la agen...

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Basta con ver cómo viste la gente en la calle para saber que algo está cambiando. No solo en París o Nueva York, donde las zapatillas Flyknit de Nike o las Stan Smith de Adidas han vuelto a desplazar a los tacones en la primera fila de los desfiles. «La tendencia se ha convertido en un movimiento en sí mismo», observa Kate Phelan, directora creativa de Topshop. Los analistas llevan meses anunciando un giro en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones: las mallas son la prenda más popular –muy por delante del vaquero– entre las adolescentes estadounidenses, según un estudio de la agencia de servicios financieros Piper Jaffray. Las cifras hablan por sí solas: la consultora NPD afirma que el sector de la ropa deportiva ha crecido cuatro veces más rápido que la industria textil en su conjunto. Solo en EE UU, la venta de piezas femeninas de activewear aumentó un 9% en 2013 (con un volumen de negocio de 9.000 millones de euros). Y el futuro se presenta aún más alentador: la compañía de análisis de datos Trefis anuncia que el mercado sport alcanzará los 135.000 millones de euros en 2019.

The running closet

Según los expertos de Barclays, el consumidor busca camisetas técnicas y leggings. «Estos últimos son el superventas», confirma la española Jana Fernández, de la tienda therunningcloset.com. «Es donde las mujeres arriesgan más [en estampados y colores]». Para muchas, lucir estas prendas es una declaración de estilo fuera del gimnasio. «Cuando los diseñadores hicieron desfilar a las modelos con zapatillas, el mundo de la moda tomó nota. Las firmas deportivas se han adaptado a la nueva forma de vida, a la que va ligada un vestidor diferente. Hoy, la gente acepta que puedes ir con chándal, tenis y un jersey de Givenchy», nos explica Alison Loehnis, presidenta de Net-a-porter, que en julio lanzó su homólogo deportivo: Net-a-sporter.

Lululemon & Go

También Yoox se suma a la carrera: el día 15 inaugura un espacio dedicado al activewear. «Nuestros clientes son mujeres que disfrutan haciendo ejercicio y ahora lo están incorporando a su guardarropa habitual, mezclando deporte y moda», cuenta Alessandra Rossi, managing director del portal de ventas. Esta fusión de la ropa atlética con la de calle ha sido bautizada por la industria como athleisure.

Adaptar el armario. El activewear, que antes era un sector nicho, hoy es la gallina de los huevos de oro. De 2008 a 2013, las ventas de Lululemon crecieron más de 1.000 millones de dólares (unos 771 millones de euros) comercializando, sobre todo, pantalones de yoga. «Las marcas deportivas han evolucionado para adaptarse a las muevas demandas del consumidor, al que va ligado un nuevo guardarropa», explica Loehnis. Pero la respuesta va más allá de las firmas especializadas. La industria textil ha sabido rentabilizar la fascinación por el fitness a cualquier nivel, con propuestas para todos los gustos y bolsillos: de las mallas estampadas de las (relativamente nuevas) líneas deportivas de Oysho o Mango a las declinaciones gimnásticas del prêt-à-porter como los chándales de cachemir de Michael Kors (895 euros) o los de cuero de Valentino (2.500 euros).

Lululemon & Go

¿Tendencia o cambio social? Si en los 90 era el aeróbic –que hizo de los bodies, las muñequeras y los calentadores auténticas estrellas–, ahora es el turno del running y el yoga. «La tendencia sigue el deporte que está en boga en cada momento», afirma Fernández. «Sabemos que ellas cada vez son más activas. El fitness es una parte importante de su rutina», explica Loehnis. Pero también de su estilo. «Las piezas técnicas son cómodas y fáciles: en cinco segundos puedes crear un look. De hecho, hemos comprobado que muchas visten estos artículos después de hacer ejercicio. Por eso, creamos la categoría après sport, con marcas como Lucas Hugh, Adidas by Stella McCartney y Zoe Karlson».

Desfile de o-i 2014/2015 de DKNY

InDigital

Tanto es así que algunas voces escépticas ven en esta corriente el reflejo de una sociedad sedentaria que busca comodidad. Porque si en EE UU la venta de pantalones de yoga ha subido un 45% en el último año, según indican los informes de la consultora SportsOneSource, el número de yoguis solo se ha incrementado en un 4,5%. «Es un mercado que seguirá creciendo, y lo hará, en gran parte, impulsado por consumidores que nunca pisarán un gimnasio», dicen desde Barclays.

De camisetas técnicas a pantalones de chándal de piel: la línea entre moda y deporte es delgada.

Cordon Press

mytheresa.com

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