Así es la estética ‘Old money’: lo último en TikTok es vestirse como un Kennedy
La generación Z está redescubriendo la moda «preppy» y está cambiando los símbolos de estatus. Es el principio del fin de la década Kardashian.
Quien todavía crea que TikTok es un lugar donde la gente sube vídeos bailando es que está fuera de onda o, lo que es lo mismo, como poco es un early millennial. De un tiempo a esta parte esta red social se ha convertido en un pozo perfecto para la nostalgia recreando una y otra vez la llamada Y2k, que emula todas las tendencias de ropa y música de los primeros años 2000. Lo último es una vuelta de tuerca al estilo pijo, y sí, abundan los vídeos de chicas y chicos enseñando camisas Oxford...
Quien todavía crea que TikTok es un lugar donde la gente sube vídeos bailando es que está fuera de onda o, lo que es lo mismo, como poco es un early millennial. De un tiempo a esta parte esta red social se ha convertido en un pozo perfecto para la nostalgia recreando una y otra vez la llamada Y2k, que emula todas las tendencias de ropa y música de los primeros años 2000. Lo último es una vuelta de tuerca al estilo pijo, y sí, abundan los vídeos de chicas y chicos enseñando camisas Oxford blancas, mocasines y polos pero a poco que uno observe con atención es fácil apreciar que 20 años después esta estética tiene un nuevo contexto y una nueva intención. Tampoco guarda ya el mismo nombre: ahora se llama Old money y también está en Instagram.
¿Cómo distinguirla? Básicamente consiste en emular el aspecto, ropa y vida de los ricos estadounidenses de toda la vida –esas familias que conseguían pasar la fortuna de una generación a otra–, una clase social de élite con un estatus casi igual al de la aristocracia. También se les llama WASP (protestantes anglosajones blancos, de aspecto atlético y bolsillo lleno), dark academia o sloanies. Se ponen americanas azul marino, jerséis de cuello vuelto, tacones bajos, perlas, bolsos de diseñador sin logo y pañuelos de seda, y visten de beige, marrón, azul claro o marino, blanco y el negro. Ellas nunca combinan zapatillas deportivas con falda y ellos las pueden llevar con pantalones de lino o algodón a fiestas de verano. Las chicas por encima de 15 años deben tener un vestido negro: las que han cumplido ya 21 tienen que rotar ya varios. Llevan sudaderas de Harvard solamente si han ido a Harvard. Gastan en cashmere y cuidan la ropa pero no les obsesiona la perfección. Eso sí, en verano visten mucho de blanco y tiene que estar inmaculado. Pasean en velero, veranean en Europa y van a universidades de la Ivy League. Han alimentado la iconografía popular durante décadas: son Dickie Greenleaf y su novia Marge Sherwood en El Talento de Mr. Ripley, los Buchanan en El Gran Gatsby, Serena van der Woodsen y Blair Waldorf en Gossip Girl o la familia Malfoy en Harry Potter. Tienen el aspecto de todos los modelos de los anuncios vintage de Ralph Lauren. Existen y en la vida real se apellidan Kennedy, Kelly, Vanderbilt, Rockefeller, Hilton o Hearst.
En TikTok esta estética del rico discreto cimienta un estatus gastando mucho (y enseñándolo) en bienes inmateriales. Es pagar 30 dólares por una clase de SoulCycle (una especie de “spinning para el alma”), leerse un artículo del New Yorker o llamar a un bebé Prosper, Callum, Eloise, Keaton, Vernon o Montgomery (según los muchos TikToks de nombres de bebé «old money» que existen). Reproduce el privilegio de una manera en la que pavonearse en el lujo nunca podría hacer. Por eso excede a la ropa y en este hashtag es fácil encontrar grandes (muy grandes) jardines, flores frescas, caballos, canchas de tenis, piscinas grandes (privadas), coches antiguos o retratos de familia. Old money es una respuesta al California rich (visualiza una Kardashian y encontrarás a su efigie): en ambos uno se viste con aura de millonario pero mientras el último trata sobre el exceso, el logo y la ostentación, el primero entiende la clase como algo mucho más refinado (pero igualmente evidente, claro). Los Ángeles frente a Nueva York es el nuevo «viejo rico versus nuevo rico». Como reza el dicho: el dinero habla, la riqueza susurra.
No es la primera vez que los centennials (la generación que domina TikTok) aúpa una estética que surge del rechazo a otra. Ya en 2019 crearon a «la chica VSCO», un híbrido entre una surfista y una adolescente de los años noventa en oposición a los selfies de labios con relleno y maquillaje contouring de las influencers. La chica VSCO era más relajada, sí, pero no se equivoquen: etiquetaba marcas de ropa caras sin parar y era igual de aspiracional. La tendencia que inspira ahora nace también como respuesta: el preppy nació en ese cambio de siglo como antítesis al «trashion» del chandal y los logos que tanto vendió Paris Hilton. Quien, curiosamente, nació en una de las familias más old money que existen.