Años 70: mismo mensaje, distinto lenguaje
La pasarela mitifica la década de los 70 y vuelve a editar las señas de identidad de una época que fue convulsa y estéticamente libre, y que, casi 45 años después, parece fascinar más que nunca.
En una industria, movida por su afán de novedad, en la que las tendencias se crean (y destruyen) a un ritmo vertiginoso, sorprende que temporada tras temporada los considerados jóvenes –de Hedi Slimane (de 46 años) a Nicolas Ghesquière (de 43)– sigan reinventando los 70. Sobre todo, teniendo en cuenta que para muchos historiadores ésa fue la década que olvidó el buen gusto.
Propuesta de Valentino p-v 2015.
InDigital
«Esta época tiene, para mí injustamente, muy mala prensa», cree Olivier Saillard, director del museo Palais Galliera (París). «Porque en realidad fueron a...
En una industria, movida por su afán de novedad, en la que las tendencias se crean (y destruyen) a un ritmo vertiginoso, sorprende que temporada tras temporada los considerados jóvenes –de Hedi Slimane (de 46 años) a Nicolas Ghesquière (de 43)– sigan reinventando los 70. Sobre todo, teniendo en cuenta que para muchos historiadores ésa fue la década que olvidó el buen gusto.
Propuesta de Valentino p-v 2015.
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«Esta época tiene, para mí injustamente, muy mala prensa», cree Olivier Saillard, director del museo Palais Galliera (París). «Porque en realidad fueron años muy creativos», defiende. Y si tenemos en cuenta las colecciones primavera-verano 2015 que se acaban de presentar en París, está claro que siguen siendo tan inspiradores como recurrentes. De hecho, es la fuente de la que beben (casi) todos los diseñadores. Eso sí, con enfoques y resultados distintos: de la sofisticación onírica de Valentino a la bohemia depurada de Chloé o el grafismo intelectual de Giambattista Valli. El histrionismo callejero de Saint Laurent va más lejos. La colección hasta parece versionar las variopintas piezas vintage de aquella década que hoy pueden encontrarse a la venta en mercadillos y tiendas de segunda mano de Venice Beach (Los Ángeles).
Corner de la tienda de moda vintage Tavin (en Los Ángeles).
D.R.
El mundo (de la moda) al revés. «Me fascinan las colecciones de Slimane», admite Suzy Menkes, editora internacional de Vogue. «Y lo que más me sorprende es que toda esa ropa inspirada en los años 70 parece barata, incluso chabacana […], cuando en realidad está confeccionada con tejidos de calidad», dice. ¿Por qué quiere una maison que la seda parezca nailon?, se preguntan muchos. ¿Autenticidad? ¿Provocación? «Slimane y Saint Laurent son, en esencia, iguales: almas transgresoras», advierte la bloguera experta Leandra Medine (Man Repeller).
Desfile de Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton p-v 2015.
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La etapa final de la guerra de Vietnam, la crisis del petróleo, el escándalo Watergate y la desintegración del bloque comunista marcaron el despertar de una generación (heredera de la rebelión estudiantil de mayo del 68) que defendía valores como la provocación, la agitación, la lucha antisistema y el individualismo. Para las mujeres, la moda se convirtió en una forma de protesta silenciosa: trajes masculinos, vestidos que (libres de sostenes) decían «Haz el amor y no la guerra», estampados combinados con desenfreno, motivos étnicos (que hacían alusión al movimiento de derechos civiles) y tejidos sintéticos tan democráticos como desafiantes ante las reglas del buen gusto…
Diseño de Slimane para Saint Laurent.
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La fórmula del éxito. Desde la consultora Editd, cuya cartera de clientes incluye gigantes como Asos o Gap, sentencian: «Si quieren vender, la próxima temporada las cadenas de pronto moda tendrán que llenar las perchas con prendas y accesorios setenteros». Entre las piezas más inspiradoras: «Las cazadoras con patchwork de ante y las plataformas de Saint Laurent, los vestidos de Chloé y los pantalones acampanados de Céline». Para ser modernas, las compradoras de 20 años se vestirán literalmente como sus abuelas.