Confirmado: la modelo de la temporada es una refugiada
Adut Akech nació en Sudán y recorrió varios campos de refugiados hasta que un cazatalentos la descubrió en Australia. Su viaje continúa ahora en las grandes ligas de la moda: es la nueva favorita de Chanel y protagoniza la campaña de Zara.
Adut Akech aprendió a escribir gracias a su hermana mayor. Ella era la única de los cinco hermanos que podía asistir a la escuela, un privilegio prohibitivo en el campo de refugiados en el que vivían. «Aprovechábamos la luz del día para practicar porque por la noche solo teníamos una lámpara de aceite», confesaba a Vogue Italia en una entrevista. Ahora esta mod...
Adut Akech aprendió a escribir gracias a su hermana mayor. Ella era la única de los cinco hermanos que podía asistir a la escuela, un privilegio prohibitivo en el campo de refugiados en el que vivían. «Aprovechábamos la luz del día para practicar porque por la noche solo teníamos una lámpara de aceite», confesaba a Vogue Italia en una entrevista. Ahora esta modelo de origen sudanés utiliza sus conocimientos caligráficos para estudiar Economía a distancia mientras viaja por todo el mundo desfilando para las mejores firmas de moda. Acaba de ser elegida por Chanel como rostro para presentar la pre-colección otoño-invierno 2018/19, después de que abriera su desfile crucero y fuera la encargada de cerrar el de alta costura, vestida de novia moderna y escoltada por el mismísimo Karl Lagerfeld. Un privilegio solo reservado a las modelos más importantes del momento. Su presencia en los mejores shows de esta primavera y la próxima temporada confirman que Akech ya está en la exclusiva lista.
El camino para tal reconocimiento ha sido largo y duro. Nació en Kakuma (en la frontera entre Kenia y Uganda), un campamento de refugiados que acoge a 187.000 huidos de la guerra civil de Sudán, aunque su capacidad es de menos de la mitad. Antes de pasearse por las capitales de la moda con la soltura de una experimentada, pasó por diferentes campamentos de la ONU hasta que llegó a uno ubicado en Adelaide (Australia). Allí el destino cambió su suerte: un cazatalentos le aseguró que su futuro estaba en las grandes pasarelas. Una premonición que se materializaba con su debut para Saint Laurent en el desfile primavera-verano 2017. Desde ese momento no ha parado. Loewe, Givenchy, Valentino o Miu Miu son algunas de las firmas para las que ha desfilado esta temporada. Versace, Prada, Calvin Klein o Giambattista Valli, por no alargar más la lista, confiaron en ella en las colecciones del próximo invierno. La guinda del pastel la pone su papel en la campaña veraniega de Zara, tres portadas para distintas ediciones de Vogue y unos cuantos desfiles más en la recién celebrada alta costura. Por no mencionar su aparición en la última campaña de Versace.
«Mi piel es muy oscura, incluso para los parámetros de otras personas de color. Ahora que estoy viviendo en Nueva York, la gente me para por la calle, sobre todo los afroamericanos, y me dicen que ojalá su piel fuera como la mía. Es como el chocolate más puro», confiesa. Precisamente el exótico tono de su piel es una de las bazas que ha convencido a una industria de la moda cada vez más ávida de rostros que rompan el clásico canon –rubia, blanca y muy delgada– y defiendan la diversidad en las pasarelas. A pesar de que la propia Akech considera que queda un largo camino por recorrer («aún es difícil ver a una mujer negra vendiendo un perfume», reflexiona), lo cierto es que las modelos negras van ganando, poco a poco pero con firmeza, su merecido protagonismo.
Anok Yai, por ejemplo, fue noticia por ser la primera maniquí negra que abría un desfile de Prada en los últimos 20 años. Anok también tiene origen sudanés, aunque nació en Egipto y vive en Estados Unidos desde los dos años. Fue descubierta casualmente tras ser captada por un fotógrafo de street style en un festival de música celebrado en Washington. Además de ser musa indiscutible de Prada, también ha desfilado para Louis Vuitton y es imagen del catálogo con el que Riccardo Tisci ilustra su última colaboración con Nike. También son sudanesas Nykhor Paul y Nyakim Gatwech. La primera huyó de las miserias del país africano para convertirse en ojito derecho de Christian Siriano, tras denunciar en Instagram tener que llevarse los productos de cosmética y peluquería a las sesiones de fotos mientras “mis compañeras blancas no tienen que hacer nada más que sentarse y esperar a que las maquillen”. La segunda, aún no ha saltado a las grandes pasarelas, pero acaparó titulares después de que un conductor de Uber le «aconsejara» blanquearse la piel.
Sudán se confirma como el país en el que nacen las modelos más cotizadas de la temporada con Shanelle Nyasiase, una belleza que aparece en las campañas para el próximo otoño-invierno de Alexander McQueen y Versace y que ha conquistado a marcas como Hermès, Valentino, Schiaparelli o Loewe, por poner solo algunos ejemplos. No hay duda de que algo en la moda está cambiando (según un estudio de The Fashion Spot, una de cada tres modelos es de una etnia distinta a la blanca esta temporada) y las nuevas diosas de ébano, capitaneadas desde ahora por Adut Akech, llegan dispuestas a revolucionar la industria. «Solía ver a Alek Wek desfilando para Victoria’s Secret y pensé que nadie había visto una cara como la de ella. Me di cuenta de también podría hacerlo», reconocía la nueva favorita de las firmas en una entrevista. Y vaya si lo ha conseguido.