Adiós al vestido ajustado de lentejuelas: así se viste en las Navidades de 2016
La diseñadora Ana Locking, un peluquero y un maquillador desgranan las claves del look completo que triunfará las próximas fiestas. Una pista: cuanto menos producido, mejor.
“El concepto de las prendas de cóctel, del vestido ajustado de lentejuelas o incluso del LBD –vestido negro corto – es ya muy antiguo. Deberíamos desterrarlo porque está desfasado y resulta hortera”. Así de contundente responde a S Moda Ana Locking, una de las diseñadores nacionales más respetadas y aclamadas por la crítica, cuando le preguntamos por las claves para vestir en las próximas fiestas. Sus palabras ponen voz al sentir general de las pasarelas, las celebrities y las campañas navideñas de las firm...
“El concepto de las prendas de cóctel, del vestido ajustado de lentejuelas o incluso del LBD –vestido negro corto – es ya muy antiguo. Deberíamos desterrarlo porque está desfasado y resulta hortera”. Así de contundente responde a S Moda Ana Locking, una de las diseñadores nacionales más respetadas y aclamadas por la crítica, cuando le preguntamos por las claves para vestir en las próximas fiestas. Sus palabras ponen voz al sentir general de las pasarelas, las celebrities y las campañas navideñas de las firmas. En 2016 los códigos se renuevan para defender la comodidad por encima del barroquismo propio de estas fechas. Los vestidos se superponen a camisetas de algodón, el pantalón vaquero está invitado a cualquier evento y los jerséis de punto de la oficina dan al salto a la noche mezclados con sofisticadas faldas. “Ya no se trata de comprarse prendas festivas de cara a estos días del año sino de mezclar piezas que tenemos en el armario”, continúa Locking.
Esto no quiere decir que debamos renunciar al omnipresente terciopelo, a los tejidos brillantes y metalizados o las transparencias. La clave está en mezclar estas prendas más especiales con otras más sencillas. Alexa Chung lo hacía en una fiesta hace unos días –y toda la prensa especializada se hacía eco del look– combinando un delicado top de Dior con unos vaqueros de lo más corrientes y una americana negra como la que llevaríamos al trabajo. No es que este tipo de estilismos sean una invención de este año (casi nada en la moda lo es) pero no cabe duda de que cada vez cuentan con más adeptas. La comodidad se impone por encima de todo y las noches más especiales ya no son sinónimo de ni de taconazo, ni de vestido anti-atracón-de-polvorones que, por cierto, acabará muerto de risa en el armario el resto de su existencia. Lo sobreproducido resulta aburrido y demasiado obvio y da paso a la improvisación y al desaliño. Y lo mismo ocurre con el look de belleza: ni las pieles ultramaquilladas ni los peinados perfectos triunfarán este año.
Hablamos con tres expertos (en moda, peluquería y maquillaje, respectivamente) para acertar en los próximos eventos sin caer en los clichés navideños:
El look: la clave está en las dos piezas
La diseñadora Ana Locking lo tiene claro: “este año yo apostaría por looks formados por dos piezas. Si elegimos una parte de abajo más ‘normal’ como unos vaqueros, la parte de arriba deberá ser más trabajada: un top de seda, uno con transparencias o con bordados pueden ser buenas opciones. Por el contrario, si preferimos apostar por una parte de arriba menos formal como un jersey básico, podemos combinarlo con un pantalón o falda más especial con bordados, lentejuelas o jacquard”.
Tal y como cuenta a S Moda, se trata de compensar mezclando prendas más sencillas con otras más vistosas. “Los eventos navideños van más allá de Nochebuena y Nochevieja. Hay muchas cenas a las que vamos a la salida del trabajo y la gente no tiene tiempo de cambiarse. Una buena forma de reconvertir el look de oficina es sumándole accesorios especiales como unos pendientes largos o un clutch”. La diseñadora considera que el dress code navideño de este año aplaude las prendas separadas, elementos que no sean ni de cóctel ni de fiesta, y que aporten identidad. “Se impone la personalidad y las mezclas que no son convencionales. Se trata de sorprenderte a ti y al resto”, afirma.
Entonces, ¿cuál es el estilismo perfecto para las fechas clave? Tomamos nota:
Cena de Nochebuena: “Yo apostaría por color. Por ejemplo: una pieza sencilla pero elegante en la parte de arriba y una falda especial que se vea cuando nos levantemos de la mesa. Una falda con estampado botánico o de terciopelo con bordados serían buenas opciones”, recomienda Locking.
Cena de Nochevieja: “Me quedo con un mono que no sea el clásico de color negro, mejor de otro tono. También me gusta mucho el esmoquin femenino pero si tu pareja lleva uno el resultado puede ser un tanto extraño. A las más atrevidas les recomendaría un pijama de seda estampado con zapatos de tacón dorados (si tienen un detalle de pedrería, mejor) y pendientes largos”.
El pelo: que triunfe lo natural
Xavi García, el director artístico de Salón 44 y uno de los peluqueros más respetados de nuestro país, afirma que los peinados de fiesta no tienen tanta importancia como antes. “Ahora funciona mejor lo contrario: looks más naturales, que no parezcan trabajados y que rompan un poco la rigidez de un vestido de fiesta”. Según nos cuenta, las melenas engominadas por delante y secas por detrás son una de sus apuestas para este año. “Si queremos algo más pulido, propondría un recogido de bailarina con la raya al medio y efecto engominado”.
¿Algún peinado que no deberíamos pedirle a nuestro peluquero? “Descartaría totalmente las coletas deshechas y las ondas perfectas. Son dos peinados que se llevaban hace unos años y que ya no están para nada en tendencia”, apunta el estilista. Por lo demás, estas son sus recomendaciones:
Cena de Nochebuena: “Me quedo con el look que combina la parte frontal engominada con el pelo seco por detrás, ya sea liso u ondulado”.
Cena de Nochevieja: “Apostaría por unas ondas naturales y suaves que den la sensación de que no se han trabajado”.
El maquillaje: piel fresca y sin polvos
Junior Cedeño, maquillador internacional de Dior, considera que lo más importante es trabajar muy bien la piel. “El efecto buscado es el de una piel perfecta, transparente y natural. Yo recomendaría apostar por un producto de tratamiento que a la vez aporte color para corregir, perfeccionar y dar luminosidad al rostro. El Dreamskin Cushion de Dior es perfecto para lograr este efecto”.
Una vez se ha trabajado bien la piel, queda la eterna duda: ¿resaltar la mirada y dejar los labios en un segundo plano o hacerlo justo al revés? “Este año no habrá que elegir, ambos irán bastante marcados”, responde Junior. “En los ojos apostaría por tonos oscuros y destellos dorados. Si queremos un efecto más natural podemos utilizar sombras en crema y si buscamos un resultado más intenso, sombras en polvo. Se llevan mucho los tonos metalizados (oro, plata, tonos tostados y negros) con la pestaña muy marcada y unas cejas fijadas con gel ultraligero. En cuanto a los labios, los tonos estrella son los granates, rojo noche, rojos intermedios y burdeos. El acabado más buscado es el mate con efecto volumen”.
¿El error que no deberíamos cometer? “Creo que están totalmente pasadas de moda las pieles hipermate recargadas de polvos. Tampoco se lleva el exceso de correctores o iluminadores. La idea es desechar ese tipo de maquillajes que envejecen y apostar por pieles brillantes que no parezcan maquilladas”, concluye el experto.