4 planes efectivos para escapar del San Valentín cursi
¿Te da bajón el día de los enamorados incluso si tienes pareja? No sufras, también hay salida para los que quieren huir del exceso de azúcar.
Desde hace bastantes años, el 14 de febrero no es solo una festividad de la que es difícil escapar, sino que cuando llega nos encuentra ya con un empacho de corazones, bombones, lencería, escapadas románticas, cenas a la luz de las velas y juguetes sexuales. Lo que hace que el día del amor y del sexo nos pille ya de vuelta sin haber ido a ninguna parte, debido a esa maldita manía de anunciar las celebraciones a bombo y platillo, tres meses antes. Pero si festejar el día de San Valentín –para los que tengan pareja– puede ser de ‘moñas’ y hasta cursis no hacerlo nos convierte en un poco amargado...
Desde hace bastantes años, el 14 de febrero no es solo una festividad de la que es difícil escapar, sino que cuando llega nos encuentra ya con un empacho de corazones, bombones, lencería, escapadas románticas, cenas a la luz de las velas y juguetes sexuales. Lo que hace que el día del amor y del sexo nos pille ya de vuelta sin haber ido a ninguna parte, debido a esa maldita manía de anunciar las celebraciones a bombo y platillo, tres meses antes. Pero si festejar el día de San Valentín –para los que tengan pareja– puede ser de ‘moñas’ y hasta cursis no hacerlo nos convierte en un poco amargados, en outsiders, en anti sistema y hay incluso el que lo ve como un sinónimo de que la relación hace ya aguas. Porque, la pregunta ¿qué hiciste el 14? nos espera al día siguiente entre compañeros de trabajo, amigos y familiares; por no hablar de lo que nos demandan nuestras redes sociales, que exigen más atención que un lactante al que le empiezan a salir los dientes.
La pregunta no es ya si uno celebra o no el amor a mediados de febrero –porque, arremeter contra la cita es otra manera de contemplarla–, sino cómo hacerlo de la forma más biodegradable posible, para la sociedad, la pareja y la propia reputación.
Lelo, la marca sueca de juguetería erótica, ha hecho una encuesta que han respondido 1.000 personas de distintas partes del mundo, centrándose principalmente en si lo que preferimos, en fecha tan señalada, es el amor o la lujuria; ya que como muchos saben, la festividad de San Valentín tiene su parte religiosa y su lado pagano. Casi todos conocemos la historia del sacerdote que casaba a parejas jóvenes de forma clandestina durante el imperio romano –siglo III a.c.–, puesto que los matrimonios entre los más jóvenes estaban prohibidos ya que, según sostenían las autoridades competentes, los esposos se convertían en malos soldados. El cura fue descubierto, ejecutado y posteriormente convertido en santo y patrono de los enamorados. Pero la versión pagana cuenta que la festividad de las Lupercales, en honor a Luperco, el dios de la fertilidad y la agricultura, comprendía ritos y juegos eróticos entre las parejas jóvenes.
Aparentemente, según el estudio de Lelo, las mujeres tienden a buscar más el amor en sus relaciones. Cuando están solteras, lo valoran en un 80% frente al sexo (20%) ; si están comprometidas, el interés sube al 90% y para las casadas se sitúa en un 81%; pero si tienen una relación abierta o un folliamigo, entonces prefieren la lujuria (71%) y no tienen miedo a confesarlo. La equivalencia en el sexo contrario es que para los solteros, el nivel de importancia del amor es del 75%. Si están en medio de una relación con futuro éste baja al 74%, y se están casados el índice desciende al 66%. Lo que parece decir que, en el universo masculino, cuanto más consolidada está la pareja menos importante es el amor. Curiosamente, cuando ellos mantienen una relación abierta, el romance y el sexo tienen la misma importancia, 50%.
Otro dato interesante de la encuesta es el apartado por edades, que revela que los años hacen a ambos sexos más lujuriosos y menos románticos. Si, no han leído mal, las mujeres, de entre 18 y 24 años, valoran el amor en un 85% y el sexo en un 15%; pero las de más de 50 bajan al 71% y suben al 29%, respectivamente. Los hombres jóvenes, de la misma franja de edad, puntúan a Cupido con un 82% y al pecado capital con un 18%; pero para los que están en la cincuentena, el sentimentalismo se devalúa hasta un 66% y el instinto básico sube al 34%. ¿Será que tras tantos desengaños hemos comprendido que el amor es, como decía Tina Turnner, a second hand emotion?, o ¿qué valoramos más lo que ya empieza a fallar como una escopeta vieja, la sexualidad?
En cuanto a países, Australia, Reino Unido, India, Alemania, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Croacia, Polonia o Portugal son nacionalidades que dan entorno a un 80% de importancia al amor sobre el sexo, (menos del 20%). Los griegos son los únicos que puntúan más alto la erótica (67%) que el romance (37%); los colombianos le dan la misma importancia a ambos (50%); mientras españoles (amor: 60%, sexo: 40%) e italianos (66% y 34%, respectivamente) tienden a igualar, cada vez más, ambos conceptos.
Hacer el amor en algún lugar desconocido
La encuesta de Lelo llega también a la conclusión de que las actividades sexuales preferidas por los participantes para celebrar San Valentín son: escaparse a algún lugar desconocido, hacer el amor en sitios insólitos (saltos de agua, balcones o parques nevados), recibir un masaje con final feliz, realizar sesiones de BDSM o, para los más atrevidos, hacer un trío.
Según datos de otro estudio, encargado por la Lotería Nacional, el 52,7% de los españoles celebra esta festividad. Entre los más proclives a hacerlo están los más jóvenes, de entre 25 a 34, seguidos de los de 45 a 54 y el grupo de 35 a 44 años. El 82,4% reciben un regalo. Claro que al 27,9% no le gusta, aunque finja que si; el 15,1% mira si hay tique de compra, para poder cambiarlo antes de abrirlo; el 3,4% sabe que deberá volver a la tienda a hacer esta operación antes ya de desenvolver su obsequio, y el 1% piensa en dejar a su pareja -no sabemos si tras abrir el regalo o antes-.
Poner tierra de por medio, siempre que se pueda, es deseable porque los viajes nos rescatan de nosotros mismos y el sexo en los hoteles siempre es mejor y casi obligado –por algo pagamos la habitación–. Según Rumbo, el portal de reservas de viajes, un 48,8% de los españoles que viajarán este año por San Valentín, lo harán para huir de la rutina, y los destinos más solicitados son Londres (7,7%), París (6,3%) y Madrid (5,7%).
¿Qué demonios es Galentine’s Day?
Tanto si se tiene pareja como si no, la tendencia de celebrar, un día antes, Galentine’s Day crece en EEUU y Reino Unido. ¿Qué demonios es eso? Pues una nueva tradición que comenzó con la serie de televisión norteamericana Parks & Recreation, una comedia que se estrenó en abril del 2009. La protagonista, Leslie Knope –interpretada por Amy Poehler–, es una funcionaria optimista y adicta a su trabajo, en el departamento de Parques y Recreación de la ficticia ciudad de Pawnee (Indiana). En uno de los capítulos de la serie, Leslie celebra San Valentín un día antes, con sus amigas mujeres y lo llama Galentine’s Day.
Básicamente la idea es festejar lo que los anglosajones llaman womanhood (feminidad) y sisterhood (hermandad). Es decir, la amistad y los lazos existentes entre las mujeres. Puede que el 14 de febrero nos pille sin pareja, pero resultará complicado encontrar a una mujer que no tenga una amiga/as disponibles con las que salir a comer, beber, comprar, hablar de sexo y de lo previsible que resulta siempre el género masculino. Ese es el espíritu de esta celebración que cuenta ya con planes, menús en los restaurantes, tarjetas de felicitación y regalos para la ocasión.
Un típico 13 de febrero puede incluir desayuno, brunch o cena con las ‘comadres’, sesión de spa, baile, karaoke, compras o cualquier actividad que sea del agrado del grupo, incluso una escapada, en este caso amigable. La únicas reglas son que hay que celebrarlo con las amigas del alma y que los hombres no están permitidos.
Planes anti San Valentín
Los solteros, el colectivo asexual, los que han sufrido una ruptura sentimental reciente o los alérgicos al almíbar, que destila por estas fechas el calendario, pueden hacer algo más que quedarse en casa viendo La matanza de Texas (1974), alguna de las entregas de The fast & the furious o Resident Evil. El mercado también ha pensado en ellos, como no, y ya hay disponibles regalos, planes y cenas para que los que odien San Valentín puedan celebrarlo también, aunque de manera diferente, eso sí.
Una buena forma de renegar de esta festividad es comprando o enviando al ser querido –también hay parejas anti 14 de febrero– una tarjeta que sea compendio de nuestra filosofía o modus vivendi para la fecha, que desborde sarcasmo, humor, aceptación y hasta una pizca de cariño. Mensajes como: “Es increíble el tiempo que llevamos tolerándonos”, “Feliz consumista y trivial interpretación del día del amor”, “Gracias por hacer siempre que me escuchas”, “¡Qué se joda el día de San Valentín! Solteros para siempre” o “Cupido es un mentiroso bastardo”.
Fuera de España, hay abundantes planes para los antirománticos. Por ejemplo, en Dubai, Inked, especializada en experiencias culinarias, propone para la noche del 14 lo que llaman Tête à tète, una cena en la que los invitados acuden solos y comen frente a un espejo. Una oportunidad de conocerse más a sí mismo, al tiempo que se vuelve a los básicos de la comunicación, interactuar con desconocidos. En Seatle, The Triple Door, celebra la fiesta Love on the rocks, amenizada con canciones sobre la soledad, pérdida o despecho, y en esa misma ciudad, Re-Bar organiza un concurso de poesía entorno al amor-desamor. En Madrid, los Teatros Luchana contraatacan con Abandónate mucho, un espectáculo músico teatral que deconstruye el mito del amor romántico. Las XL, Marta Sitjà y Nía Cortijo, intentarán acabar con el angelito de las flechas utilizando sus mismas armas.