‘Mamen Mayo’ o cómo transformar el delirio que desencadena una herencia en una de las comedias de la temporada
Silvia Abril da vida a Mamen Mayo en la primera serie española producida por SkyShowtime: una mediadora de herencias con una habilidad única para entender a las personas y aceptar los casos más delirantes. Desde casas encantadas a manuscritos de éxito, nada se le escapa.
Ya saben lo que dicen: las herencias son aquello que dejan los muertos para que los vivos se maten. Con las últimas voluntades del fallecido sobre el papel —en el mejor de los casos—, cada familia tiene una forma muy particular de encajar los deseos de sus seres queridos con los suyos: hay lágrimas, sorpresas, malentendidos, gritos, peleas… Hay trama, como han sabido ver los creadores Eduard Solá y Miguel Ángel Faura, para una comedia como Mamen Mayo, la primera serie española de producción propia de SkyShowtime.
Mamen Mayo es la mejor mediadora de herencias, se crece en ese ambiente de tensión. Procedente de una familia de abogados, tiene una habilidad única para leer a las personas: es ingeniosa, elegante, resolutiva. Con una inteligencia emocional extraordinaria, siempre consigue que los herederos se comuniquen, que entren en razón y cedan. Lo que no deja de ser curioso para alguien que no se habla con su propia hermana. Mamen Mayo está en su mejor momento y Silvia Abril dando vida a este brillante personaje, a medio camino entre Better Call Saul y una Paquita Salas de los muertos, está sublime. Una “comedia fina”, en sus propias palabras, o una ‘dramedia’ divertidísima donde media con mucha gracia entre el absurdo y la sensibilidad.
Con una primera temporada de ocho capítulos de media hora, perfectos para un maratón, la serie sigue la profunda implicación de Mamen Mayo y su excéntrico equipo en cada caso. “Yo necesito visitar la herencia a repartir”, asegura la estrella, mirando a los ojos de cada espectador. Aunque muchos de sus métodos sean totalmente improcedentes: excursiones al bosque para crear team building, ouijas en casas encantadas para desahuciar espíritus, búsquedas de herederos misteriosos, manuscritos de éxito o reliquias sagradas. Cada episodio es único y totalmente impredecible, aunque en su estructura circular sobresale un mensaje claro: la importancia de los vínculos y los apegos. “Cuidar a las personas que queremos también es cuidarnos”, apunta Mayo.
Porque Mamen Mayo no está sola en estas extenuantes mediaciones. Pablo Capuz es su ayudante David Faura, un chico sensible y un tanto desubicado, aunque él se tenga por un tiburón de la ley que coordina y gestiona la empresa. Sebastiana, interpretada por Mona Martínez, es la excéntrica tasadora. Una persona un tanto desconectada de las relaciones personales, pero con una imparcialidad y objetividad única para dictar cuánto vale cada propiedad, reliquia o manuscrito. Lo que sea.
Por último, Clara Sans es Clara Codina, una joven abogada, la mejor de su promoción, la gran promesa de su generación. En realidad trabaja en el despacho de abogados de la planta de arriba aunque, como buena millennial, tampoco tiene muy claro qué hace allí. De lo que no ha dudado es de este papel, como señalaba en una entrevista en Europa Press: “Al leer los guiones, que están magníficamente escritos, pensé que esta serie iba a arrojar mucha luz. Me pareció divertida, emocionante, que habla de temas muy interesantes, que nos tocan”. Desde el 18 de noviembre, la serie está disponible al completo en SkyShowtime para comprobarlo.