Homenaje a las enfermeras, provocación siniestra o guiño “solo para mujeres”: ¿a qué obedece el regreso de las medias blancas?

El último desfile de Chanel saca a desfilar a todas las modelos con panties de este color, las redes sociales abrazan la tendencia y marcas de todo rango de precios las ponen a la venta.

Desfile de Alta Costura de ChanelEMMANUEL DUNAND

No por anunciado su regreso, su presencia está siendo menos chocante. Las medias blancas, que mezclan connotaciones tan diferentes como la infancia, los años 60, el espíritu de las primeras “mods”, las enfermeras de los hospitales de los años setenta, las fotos de modelos en las revistas de los años 90, la estética de la “man repeller” o los desfiles de Chanel de las últimas temporadas, están en pleno regreso en las pasarelas y en los estilismos para redes sociales de influyentes prescriptoras: Blanca Miró, Pernille Teisbaek, Camille Charrière, Emili Sindlev, son muchas las que las han incorpo...

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No por anunciado su regreso, su presencia está siendo menos chocante. Las medias blancas, que mezclan connotaciones tan diferentes como la infancia, los años 60, el espíritu de las primeras “mods”, las enfermeras de los hospitales de los años setenta, las fotos de modelos en las revistas de los años 90, la estética de la “man repeller” o los desfiles de Chanel de las últimas temporadas, están en pleno regreso en las pasarelas y en los estilismos para redes sociales de influyentes prescriptoras: Blanca Miró, Pernille Teisbaek, Camille Charrière, Emili Sindlev, son muchas las que las han incorporado a sus estilismos, y con ellos, a la conversación. A pesar de la insistencia de algunas marcas de moda, en los últimos años habían caído en desuso así que la pregunta ahora es si esta vez podrían convencer y llegar definitivamente a la calle. Si en esta ocasión dan el paso definitivo y acaban siendo tendencia probablemente será como consecuencia del efecto repetición: por muy anodina, e incluso fea, que nos parezca una cosa, si nos exponemos a ella las veces suficientes acabaremos viéndola más atractiva. Hasta bella.

Marlo Thomas en 1967.ABC Photo Archives (Disney General Entertainment Con)

Por exposiciones no será. En el recién celebrado desfile de Chanel en la semana de la Alta Costura de París -epicentro del lujo y la alta moda- la diseñadora Virginie Viard ha vuelto a insistir en las medias blancas, y para presentar la colección de primavera/verano de 2024 ha sacado a desfilar a todas sus modelos con pantis de este color: un total de 56 atuendos en torno a esta difícil prenda. La sucesora de Karl Lagerfeld lleva desde 2019 incluyéndola en sus colecciones y otras firmas, como Gucci, Balenciaga, Off-White y Saks Potts, han coqueteado intermitentemente ellas también desde entonces.

Hay muchos más ejemplos en las colecciones para la próxima primavera. La modelo Irina Shayk las llevaba en el desfile de Andreas Kronthaler para Vivienne Westwood (“look” 38) y también hicieron su aparición en el desfile de Givenchy (para ejemplo, el “look” 12, llevado por Ilya Vermeulen) y de forma repetida en el de Louis Vuitton. En Lapointe las llevaba una novia con un conjunto de lentejuelas también blanco, y la versión rejilla se vio en el “show” de Nina Ricci, bajo una gran americana azul pastel que hacía de vestido. Palomo Spain las llevó a sus propuestas masculinas, y numerosas marcas las declinaron a su manera: Sportmax y Roksanda, Versace (aquí muy tupidas y con los dedos al descubierto) o Burberry en la colección de entretiempo Resort 2024 (combinadas con chanclas tipo flip-flops de tacón).

¿Pero por qué ahora? ¿Qué contexto tiene este goteo incesante de medias blancas?

Irina Shayk en el backstage del último desfile de Vivienne Westwood por Andreas Kronthaler.Ki Price (WireImage)

Las razones que nos han llevado hasta aquí son varias y responden a un cruce de influencias. Por un lado, venimos de unos meses de fascinación con una estética bautizada como balletcore, nacida en TikTok y que captura la esencia de la delicadeza y la fuerza femeninas. Los lazos y las bailarinas son dos accesorios que han calado en la estética general y las medias blancas son una extensión de ese estilismo.

Las medias blancas, además, han entrado en los armarios de mujeres que presumen en redes sociales de no vestir para gustar a los hombres sino a sí mismas, y sus estilismos tienen muchos puntos en común con los de Leandra Medine McCohen, la neoyorquina que en los años 2010s entró por la puerta grande de la moda gracias a su blog Man Repeller y que hoy en día sigue llevando de vez en cuando medias blancas. Así, esta prenda, que no es especialmente bonita ni favorecedora, sirve como revulsivo a todas esas estéticas que buscan embellecer a la mujer desde una perspectiva tradicional.

Una modelo con un traje de Cavanagh y una boina en 1967.Evening Standard (Getty Images)

Las medias blancas, de hecho, tienen un pasado un tanto reivindicativo. Para comprenderlo hay que tener en cuenta que en los años 60 nació una prenda que resultó ser imprescindible para la popularización de las medias hasta la cintura (hasta entonces se llevaban hasta el muslo anudadas con ligueros). Hablamos de la minifalda, ese invento de Mary Quant que supuso un gesto de libertad femenina y una reivindicación de la juventud. Las modelos Twiggy y Jean Shrimpton comenzaron a llevar minis con medias de colores (hasta entonces lo aceptable eran solo las medias transparentes, negras o de cristal) en un “look” que contaba una nueva historia sobre el lugar de las mujeres jóvenes en la sociedad: su ropa pertenecía claramente a una nueva generación. Muchas ya no deseaban el matrimonio ni la maternidad tempranas: según cuenta la revista Time, en la década de 1960 la edad promedio para contraer matrimonio entre las mujeres estadounidenses era de aproximadamente 20 años, y la edad promedio para tener un bebé era de 21 años, pero “las mujeres jóvenes que participaban en la ola revolucionaria de la época a menudo rechazaban la expectativa de convertirse en esposas y madres tan temprano. Así que sus guardarropas reflejaron esa idea al adoptar un giro juvenil”. Y ahí es cuando las medias blancas entraron en la foto.

Un movimiento particular se adueñó del aspecto juvenil: los “Mods”, una subcultura que creó un refinado uniforme para identificarse, con trajes de dos piezas, botas Chelsea, parkas verdes y prendas de Fred Perry o Ben Sherman para ellos; y, diademas, minifalda y medias blancas para ellas. La versión femenina permitía a las mujeres prolongar el tiempo entre la niñez y la edad adulta. Lo explicó la propia Mary Quant, la madre del movimiento Mod, en el Times-Tribune en 1976: “Cuando tenía 13 años, me senté y lloré mucho sobre la cuestión de crecer. Lo que realmente me puso nervioso fue la terrible comprensión de que la vestimenta de los adultos era grotesca y monótona. Quería evadir toda la cuestión de la edad adulta vistiendo ropa infantil para siempre”. Quant tomó su uniforme infantil de falda corta y medias y lo reinventó para las mujeres jóvenes. Se pusieron de moda las medias en colorines, estampados divertidos y adornos, pero las que mejor captaban esa estética inocente eran las de color blanco.

La princesa Diana con un vestido de Victor Edelstein y un sombrero de Frederick Fox llegando al derby de Epsom.Tim Graham (Getty Images)

Para los años 80 el papel femenino había cambiado notablemente y las medias blancas quedaron opacadas por las de cristal, esas transparentes que brillan, en la búsqueda del “look” ejecutivo femenino. Tenían connotaciones naïf y en esta década las mujeres buscaban desprenderse de toda etiqueta que las infantilizara: estaban reclamando un sitio en los despachos. Fue a finales de la década, y en los primeros años 90, cuando reaparecieron en los atuendos formales y una de sus prescriptoras en aquella época fue Diana de Gales. Así, el regreso de las medias blancas en 2024 enlaza también con el agujero del conejo que es la nostalgia estética por aquellos años.

Desfile de Alta Costura de ChanelStephane Cardinale - Corbis (Corbis via Getty Images)

La firma francesa Chanel ha sido la gran abanderada de esta prenda y lleva desde 2019 incluyéndola en sus desfiles. Incluso, en marzo de 2020 lanzó a la venta una versión con el logo de las dos C bordado que fue un éxito en ventas (y que hoy se revende en portales como Vestiaire Collective a precios que rondan los 700 euros) y otras marcas de lujo, como Miu Miu (230 euros) o Wardrobe NYC (275 euros) las siguen vendiendo en sitios como My Theresa.com. Uniqlo (12,90 euros), Calzedonia (6,95 euros), Falke (26 euros) o COS (15 euros) las han llevado ya a un segmento más asequible. La última gran incorporación ha sido la que ha propiciado John Galliano en su muy comentada propuesta para Maison Martin Margiela, donde aparecían las medias blancas con un grosor que les daba un aspecto gótico, siniestro y casi permitía confundirlas con polainas o incluso con vendas. Así que ahí están todas las modalidades, esperando pisar la calle.

Gwendoline Christie en el alabado último desfile de John Galliano para Maison Margiela de alta costura.Pierre Suu (Getty Images)


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