Cosmética consciente que se inspira en la naturaleza para cuidar la piel y el planeta
Basada en extractos botánicos que crecen en cultivos verticales, Ulé consigue una cosmética eficiente que se basa en ingredientes puros y naturales, métodos sostenibles y packagings con una huella medioambiental reducida al máximo
Observar la naturaleza es observarnos a nosotros mismos. Prestar atención a lo que sucede en el mundo natural nos permite conocernos mejor, cuidarnos mejor. Por ejemplo, fijándonos en la fuerza de las plantas y su resiliencia. Cuanto mejor es su aspecto en el exterior, más saludables están en su interior. Aprender todo lo que la naturaleza nos puede enseñar y devolverlo a través de generar el mínimo impacto posible es el objetivo de Ulé, la primera firma de cosmética que basa su poder regenerador en la técnica de los cultivos verticales. Esta técnica permite generar unos extractos botánicos más puros de los que se aprovechan todas sus cualidades, y que actúan de manera eficaz en nuestra piel.
Esa motivación de buscar la belleza en el equilibrio de la naturaleza, también se refleja en una línea ética que marca todos sus procesos. Por ello, todos los cultivos de Ulé son 100% puros, trazables y libres de pesticidas. Sus fórmulas contienen como mínimo un 96% de ingredientes naturales, y sus envases utilizan materiales reciclables y orgánicos, que reducen al máximo su uso de plástico. Una belleza consciente y responsable.
El poder de la mezcla de botánicos
Ulé nació de la visión de Lindsay Azpitarte, que contaba con más de dos décadas de experiencia en el grupo Shiseido, y que soñaba con una cosmética completamente natural y sostenible. En esa aventura, también fue fundamental la española Ainhara Viñarás, directora general de Shiseido (División Prestige) en España, creando una sinergia entre ambas que resultaría fundamental para dar forma a su concepto de la belleza. La clave para conseguirlo, además de para crear unos productos eficaces, la encontró en los cultivos verticales. Este avance tecnológico permite una producción más sostenible, controlada y pura, en la que no se utilizan pesticidas. Al cultivar las plantas en hileras verticales, el agua que se evapora se capta y se reutiliza, lo que se traduce en un ahorro de agua de hasta un 95% en comparación con la producción habitual. Al mismo tiempo, al poder controlar las condiciones ambientales, esta técnica permite que prosperen todo tipo de plantas, incluso exóticas, lo que hace posible minimizar el transporte de materias primas y reducir la huella de carbono. En otras palabras, son auténticas granjas ecológicas.
Este entorno controlado y libre de químicos es además el idóneo para generar plantas puras. En Ulé se utilizan en especial tres botánicos, que juntos conforman lo que han llamado Pure 3otany Blend, una santísima trinidad de elementos puros que Ulé utiliza enteros, desde la raíz a las hojas. El Coleo protege contra la oxidación y el estrés de la piel, y también mejora la protección contra los rayos UV. La Centella propicia la regeneración celular, la síntesis de colágeno y disminuye la inflamación en la piel. Y el tercer elemento, el Tulsi, por último, tiene propiedades antioxidantes y protege de la degradación del ácido hialurónico, la elastina y la fibra de colágeno, fundamentales para la salud de la piel.
Una vez que se ha conseguido generar botánicos puros a través de métodos sostenibles, Ulé se encarga de que conserven todas sus propiedades. Para ello se realiza un proceso exclusivo de doble extracción ecológica, sin disolventes y sin generar residuos. Esta mezcla de botánicos tiene una presencia de un 55% en sus sérums, lo que permite una mayor eficacia y la aplicación de sus propiedades en la piel.
Todo ese cuidado y respeto por la naturaleza permite a Ulé utilizar fórmulas veganas certificadas por Biorius, el organismo internacional que marca unos exigentes estándares de calidad, y en cuya lista de ingredientes no permitidos se incluyen más de 2.700. También asegura su trazabilidad, que llega prácticamente al 100%, y que se nutre de materias primas de proximidad. Ese compromiso también se extiende a sus packagings, que reducen el uso de plástico y apuestan por otro tipo de materiales reciclables o biológicos. Sus envases están fabricado en vidrio ultraligero o vidrio estirado, que permiten reducir la masa y el peso. Al mismo tiempo, sus tapones están fabricados con Sulapac, un material de origen biológico fabricado a partir de virutas de madera y aglutinantes vegetales.