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10 trucos de estilo para vestir de beige de pies a cabeza sin que resulte aburrido

El 'street style' de las semanas de la moda demuestra que los looks monocolor son los reyes de la temporada. Y si son en tonos tierra, mejor. Esta es la guía para llevar esta tendencia a la práctica en el día a día.

24 feb 2020 - 08:49CET

Elige prendas con personalidad. Disociar 'beige' y 'clásico' no es tan imposible como parece. Las que más saben de moda han dado su bendición a uno de los tonos neutros por excelencia distanciándolo de las connotaciones de 'pijo' o aburrido. Una de las claves es utilizarlo en estilismos que, más allá del abrigo recto de toda la vida, lo incorporen en piezas oversize de diseño simple, pero efectivo. Añadir accesorios en un tono de la misma gama cromática, pero distinto (véase naranjas suaves, marrones o incluso dorado) suma puntos.

Añade color en los accesorios. Aunque se mantenga el espíritu sobrio en todo el look, es fácil aportar un toque distinto eligiendo zapatos o bolsos en un tono que contraste. Los colores primarios (magenta, azul cian y amarillo) son buenas ideas para romper la monotonía y lograr un resultado más llamativo.

Ponte de acuerdo con tus amigas. A las nórdicas les encanta posar en grupo (y ponerse de acuerdo antes de ir a los desfiles para asegurarse la foto de la jornada). Visualmente el beige se vuelve mucho más contemporáneo cuando se ve en estilismos tan distintos –y a la vez similares– entre sí.

Confía en el poder del estampado. Vestir del mismo tono de arriba abajo no quiere decir que sea necesario prescindir de 'prints' que aporten el toque diferenciador. Los cuadros tipo príncipe de gales son una de las opciones más recurrentes y fáciles de encontrar en esta gama cromática.

Hazlo sencillo. Lejos de las mezclas imposibles, a veces la clave está en no complicarse. Una camiseta básica de algodón, un pantalón amplio y una chaqueta con un punto especial puede convertirse en el uniforme idóneo para experimentar con el monocolor.

Mezcla tantos tonos tierra distintos como sea posible. Marrón chocolate, café, caoba, arena... combinar tantas versiones como puedas –dentro de la misma gama– es un recurso que siempre funciona a nivel visual. No importa que no haya dos iguales.

Añade un toque diferenciador. Un sombrero, una bufanda o un bolso de mano pueden suponer el detall definitivo para hacer de un look cualquiera uno especial.

Añade accesorios dorados. El beige y sucedáneos combina mucho mejor con el oro que con la plata. Apuesta por pendientes, collares y complementos en dorado o bronce para potenciar e color.

Ríndete a la simplicidad del traje. A veces no hay mejor opción para vestir el mismo tono de pies a cabeza que elegir un conjunto de chaqueta y pantalón. Si es en un tono neutro servirá de lienzo para añadirle estampados, texturas o contrastes en la camisa, el bolso o los zapatos.

Juega con las superposiciones. Añadir distintas capas que den profundidad y volumen al estilismo o un accesorio que lo haga diferente (un jersey anudado como hace Linda Tol o un simple cinturón que marque la cintura) son trucos tan efectivos como fáciles de reproducir.