Están entre nosotros
Mientras merienda con el hijo de las vecinas, Mario, Andrea recibe una improvisada clase maestra sobre cómo funciona la vida extraterrestre en nuestro planeta
Los extraterrestres llevan siglos entre nosotros. Han participado en muchos de los momentos clave de nuestra historia, a veces ayudándonos, otras manipulándonos y en ocasiones como simples observadores.
No hay un solo tipo de extraterrestre, sino decenas. Puede que cientos. Tienen todo tipo de formas, tamaños y colores, con más o menos pelo, con antenas o sin ellas, algunos incluso traslúcidos o con un aspecto que a nuestro cerebro le resultaría imposible comprender. Muchos llevan tanto tiempo entre nosotros que han llegado a mezclarse con nuestra especie, dando como resultado híbridos ...
Los extraterrestres llevan siglos entre nosotros. Han participado en muchos de los momentos clave de nuestra historia, a veces ayudándonos, otras manipulándonos y en ocasiones como simples observadores.
No hay un solo tipo de extraterrestre, sino decenas. Puede que cientos. Tienen todo tipo de formas, tamaños y colores, con más o menos pelo, con antenas o sin ellas, algunos incluso traslúcidos o con un aspecto que a nuestro cerebro le resultaría imposible comprender. Muchos llevan tanto tiempo entre nosotros que han llegado a mezclarse con nuestra especie, dando como resultado híbridos de humano y alien. Son formas de vida prácticamente indistinguibles de nosotros, excepto por detalles como una curiosa pronunciación de las eses o una incómoda sequedad en sus ojos que a veces les lleva a parpadear no una ni dos, sino hasta tres veces seguidas.
Algunos son malos, pero otros son buenos. De hecho, a diferencia de lo que se suele pensar, la mayoría tiene buenas intenciones. Han llegado a adaptarse a nuestro hábitat hasta el punto de que cualquier cambio o alteración les afecta profundamente, por lo que procuran proteger su entorno —nosotros incluidos— para que todo permanezca en armonía. Lo hacen sin intervenir directamente, solo realizando pequeñas modificaciones que provocan reacciones en cadena. Su percepción del tiempo es diferente a la nuestra, por lo que les resulta relativamente fácil adelantarse a ciertos problemas y accidentes para evitarlos o minimizarlos. Casi como si, en vez de extraterrestres venidos de quién sabe qué planeta, fueran ángeles de la guarda enviados para protegernos.
Tal vez te preguntes cómo es posible que todo esto que te estoy contando no lo sepa todo el mundo. Desde luego que es lo que yo me pregunté, y así se lo hice saber a Mario cuando me improvisó esta clase magistral sobre la vida extraterrestre en nuestro planeta.
—Pues porque los hombres de negro se encargan de que nada de esto se sepa.
Claro. Los hombres de negro. Como los de la película de Will Smith, pero no tan amigables. Agentes secretos del Gobierno encargados de destruir cualquier evidencia de vida extraterrestre. Hay quien sospecha que incluso ellos lo son. Extraterrestres, quiero decir. Que los hombres de negro también son extraterrestres.
Cuando le enseñé ayer a Mario la libreta que encontré en la maleta del farero ya me imaginaba que le iba a entusiasmar, pero tendrías que haber visto qué cara puso en cuanto empezó a leer todas sus teorías sobre la invasión extraterrestre que vive este pueblo. Parecía en mitad de un subidón de azúcar, hablando a toda velocidad y con los ojos como platos.
La verdad es que me dan ganas de empezar a creer en todo esto para ver si se me contagia un poco su entusiasmo.
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