Las temperaturas caerán hasta 12 grados a lo largo de la semana

Se esperan tormentas fuertes y granizo en la mitad norte y el este de la Península

Un hombre toma el sol en la piscina pública de Oira, en Ourense. Brais Lorenzo (EFE)

Después de un fin de semana muy caluroso en todo el país para un arranque de septiembre, sobre todo en el valle del Guadalquivir con 41 grados en Córdoba, llega una semana de bajada de las temperaturas "general y gradual", que será más acusada en el noroeste y menos en el sureste y que dejará los termómetros por debajo de los valores habituales, según avanza Rubén del Campo, uno de los portavoces de la Agencia Estatal de Meterología (Aemet).  

La causa es la llegada de aire más fresco del Atlántico norte, explica Del Campo, lo...

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Después de un fin de semana muy caluroso en todo el país para un arranque de septiembre, sobre todo en el valle del Guadalquivir con 41 grados en Córdoba, llega una semana de bajada de las temperaturas "general y gradual", que será más acusada en el noroeste y menos en el sureste y que dejará los termómetros por debajo de los valores habituales, según avanza Rubén del Campo, uno de los portavoces de la Agencia Estatal de Meterología (Aemet).  

La causa es la llegada de aire más fresco del Atlántico norte, explica Del Campo, lo que produce una bajada de las temperaturas que no será brusca sino paulatina y que comenzó ya ayer lunes, cuando todavía hizo calor, con 34-35 grados, en muchas zonas del centro y del sur peninsular.

"La bajada comenzó por el norte y hoy, mañana y pasado será progresiva y más o menos acusada según las zonas, lo que hará que se pase de temperaturas por encima de lo habitual para la época del año a algo por debajo de lo normal", incide el experto, que calcula que las máximas estarán el jueves unos tres grados por debajo de la media en el norte y el oeste y el viernes, entre tres y cinco grados en el norte y el este. 

Para ejemplificar este descenso, Del Campo fija el foco en cuatro ciudades: "En Madrid se pasará de 35 grados que se registraron el domingo a 28 el jueves, una bajada de siete grados; que será más notoria en Córdoba, de nueve a diez grados al pasar de 41 a 32. En Pamplona será de 32 a 24 y en Zamora, de 36 a 24".

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Así, la caída de las temperaturas será más importante en el noroeste, es decir, Galicia, el Cantábrico occidental y el noroeste de Castilla y León, y menos en el sureste, Muria, Almería, Alicante y Albacete, donde el jueves aún se alcanzarán los 30/32 grados.

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De cara al fin de semana, atisba el portavoz, "se espera un cambio de tendencia a partir del viernes y una ligera subida de las temperaturas", de modo que a la altura del domingo ya se habrán recuperado los valores normales, con 32 grados en los valles del Guadalquivir, el Guadiana y el Tajo. En el resto, máximas de 28 a 30 grados. 

Pero esto no quiere decir que vaya a ser un fin de semana del todo propicio para apurar los últimos días de playa y piscina, ya que "la llegada de aire más frío en capas altas aumenta la inestabilidad y favorece la formación de tormentas", que afectarán hasta el viernes a la mitad norte y al este de la Península y que podrán ser "puntualmente fuertes y acompañadas de granizo", según el meteorólogo. Mañana, habrá aviso naranja por tormentas, con hasta 30 litros por metro cuadrado en apenas una hora, en el entorno de los Pirineos y Lleida. 

El viernes también se esperan tormentas, algo más dispersas, en las mismas zonas, a las que se sumará Baleares. El fin de semana, las tormentas persistirán en el este, con precipitaciones el sábado en Aragón, Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, este de Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía oriental. El domingo, la probabilidad de tormentas es "menor y restringida a zonas de montaña". 

Avanzando el mes de septiembre, aunque se trata de predicciones sujetas a mucha incertidumbre, "la semana siguiente se observan temperaturas por algo encima de lo habitual en la vertiente atlántica y orillas del Cantábrico", mientras que en sureste y Canarias serán algo más frescas de lo habitual. En cuanto a precipitaciones, algo más de lo normal en el centro, la mitad sur y Baleares. La primera parte de la segunda quincena pinta más lluviosa que la media en todo el país salvo en el Cantábrico.

A falta de que termine la temporada y los expertos de la Aemet la traduzcan en datos, de forma preliminar el verano ha sido "más tormentoso de lo habitual, sobre todo en el tercio norte y este" del país. "Ha sido anómalo, un verano raro en comparación con los últimos años, en los que no hubo esta profusión de tormentas y han sido bastante más calurosos", constata Del Campo. El calor no llegó hasta agosto, cuando se produjo la primera ola de calor y probablemente la única de este verano. Que haya una sola ola de calor no es excepcional pero sí poco habitual, ya que solo había sucedido en 10 ocasiones anteriores desde 1975, año en el que arranca el estudio pormenorizado de la Aemet. También a falta de un análisis en detalle, la ola fue pequeña —seis días— pero potente, ya que logró "colar tres días entre los 10 más calurosos desde el año 1941". 

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