Asociaciones de loteros catalanes denuncian un boicot al Gordo

Las administraciones aseguran que han caído las ventas

Agraciadas con el Gordo celebran el premio en una residencia de ancianos de Tarragona, en 2015. josep lluis sellart

El vendedor ni siquiera se dio cuenta. Su cliente le pidió un número para el sorteo de la lotería de Navidad y cogió el primero que tenía a mano. Empezaba por 155, como el artículo de la Constitución. “¿Por qué me das esto? No lo quiero, dame otro”, asegura que le dijo. “Estaba muy ofendido”, recuerda Salvador Serra, presidente de la Asociación Provincial de Lotería de Girona. En esta provincia y en Lleida es donde estiman mayores caídas de la venta de lotería de Navidad en Cataluña, cuyo sorteo se celebra este viernes, ...

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El vendedor ni siquiera se dio cuenta. Su cliente le pidió un número para el sorteo de la lotería de Navidad y cogió el primero que tenía a mano. Empezaba por 155, como el artículo de la Constitución. “¿Por qué me das esto? No lo quiero, dame otro”, asegura que le dijo. “Estaba muy ofendido”, recuerda Salvador Serra, presidente de la Asociación Provincial de Lotería de Girona. En esta provincia y en Lleida es donde estiman mayores caídas de la venta de lotería de Navidad en Cataluña, cuyo sorteo se celebra este viernes, un día después de las elecciones. El mismo 155 que el cliente rechazó, pero al final del número del boleto (00155) está agotado en toda España.

Asociaciones y loteros catalanes han visto cómo clientes de toda la vida han dejado de comprar como un rechazo más a España. “Tememos una bajada de hasta el 30% de la venta, señala Serra. Los datos oficiales no se conocerán hasta después del sorteo, pero los loteros viven con preocupación lo que consideran un “boicot” que ejemplifican casos como el de Carles, vecino de Girona, que toda su vida había comprado más de 300 euros en décimos de Navidad. Hasta ahora: “Este año no he comprado ni uno, sólo de la Grossa (la lotería catalana)”. Como han hecho clubes deportivos, asociaciones, empresas y comercios. En una carnicerías de Girona también han decidido no hacer participaciones. “Moralmente no puedo”, asegura su propietaria, informa Marta Rodríguez.

El primer lotero que dio la voz de alarma fue David Masip, presidente de la asociación provincial de Loterías de Lleida. En octubre, tras las cargas policiales durante el referéndum ilegal del 1-O, señaló que habían perdido un 25% de las reservas. “Hemos remontado un poco, cayeron las reservas por todo el jaleo y no las hemos recuperado, pero se ha compensado por ventanilla. Al final puede que perdamos entre el 7 y el 8%”.

2.000 familias viven de la lotería

Masip distribuyó una carta de respuesta al mensaje que le llegó para “un boicot a la Lotería Nacional”. Explicaba que 2.000 familias viven de las administraciones de Lotería en Cataluña. Y que entre los trabajadores hay “gente de todos los colores. Los que creyeron en el derecho a decidir y los que no”.

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Loterías y Apuestas del Estado asegura que espera mejores ventas que el año pasado, también en Cataluña. Sin embargo, de modo preventivo, se celebró una reunión extraordinaria con las cuatro administraciones provinciales de Cataluña el 7 de noviembre, por el posible impacto de la crisis catalana. Cataluña vendió en 2016 una media de 52,04 euros de lotería por habitante, situándose como la undécima comunidad en gasto, con 393 millones de euros (de los 2.673 totales).

“No vull Lotería Nacional (No quiero lotería Nacional)”. En su administración en Valls (Tarragona) Soledad Baiget ha oído esta frase más de una vez. “No nos había pasado antes”, explica al teléfono. Las ventas de Navidad suponen el 70% del negocio. “Si deciden boicotear la lotería, deberían hacerlo también con el tabaco y a la bebida, dejemos el tema político de lado. Nosotros repartimos felicidad”, reflexiona.

La alternativa catalana, la Grossa, espera mejorar resultados

En 2013, Elsa Artadi, mano derecha de Carles Puigdemont y una de sus asesoras económicas, puso en marcha la lotería de navidad catalana, la Grossa, cuyo sorteo principal se celebra el día 31 de diciembre. En su primer año se vendieron 25 millones de euros, una cantidad que ha ido bajando año a año hasta los 20,5 millones de 2016. Pero el posible “boicot” que denuncian las administraciones provinciales de Lotería Nacional puede beneficiarle en este ejercicio. La consignación (las papeletas repartidas en puntos de venta como kioscos, gasolineras o supermercados) asciende a 30 millones de euros, un 25% más de la que se envió por estas mismas fechas en 2016. Hasta el día del sorteo no habrá datos cerrados de venta, pero desde la Consellería de Hacienda auguran una posible subida debido también a que las solicitudes para hacer participaciones se han disparado. Los números quedan muy lejos de lo que distribuye la Lotería Nacional -3.400 millones en toda España, 442 solo en Cataluña- pero desde la consellería señalan que el sorteo es mucho más joven –la española arrancó en el siglo XIX- y que el mercado es menor. Cada boleto cuesta cinco euros frente a los 20 de la lotería nacional. El premio mayor es de 100.000 euros frente a los 400.000 por boleto del Gordo, aunque supone el mismo retorno: 20.000 euros por euro invertido.

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