Los feudos de Rita Barberá

La exalcaldesa de Valencia conserva adhesiones y simpatías entre sus fieles pese a su bajo momento político

La exalcaldesa y senadora Rita Barberá.MÒNICA TORRES

Rita Barberá, una de las alcaldesas más veteranas —dejó el cargo a mediados de 2015 tras 24 años— no ha perdido el favor de su público. Aún hoy, con presuntos casos de corrupción sobrevolándola, esta veterana de la política, amiga de Mariano Rajoy y hueso duro de roer para los políticos de la oposición, conserva en la capital adhesiones y simpatías.

Elena y Concha son dos de sus fieles. “Toda mi vida he votado a Rita Barberá, no me arre...

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Rita Barberá, una de las alcaldesas más veteranas —dejó el cargo a mediados de 2015 tras 24 años— no ha perdido el favor de su público. Aún hoy, con presuntos casos de corrupción sobrevolándola, esta veterana de la política, amiga de Mariano Rajoy y hueso duro de roer para los políticos de la oposición, conserva en la capital adhesiones y simpatías.

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Elena y Concha son dos de sus fieles. “Toda mi vida he votado a Rita Barberá, no me arrepiento de nada y me siento muy identificada con todo lo que ha hecho por Valencia”, dice Elena. “Como alcaldesa ha sido la mejor de España, lo único es que las circunstancias han cambiado”, continúa. Concha asiente: “No me gusta lo que no está bien, pero fíjese en lo del señor Zarrías”, apostilla en alusión al exvicepresidente de Andalucía, miembro del PSOE, investigado en el caso de los ERE. Según ambas, hasta los socialistas la valoraban en privado. “La respetaba mucha gente”, dice Elena.

Las fallas de 2016 han sido otra prueba de fuego para la exalcaldesa. Ella, que ha reinado en el balcón consistorial cada día de fiesta durante lustros, no se ha dejado ver este año. Los artistas falleros la han modelado con un bañador a rayas, en alusión a posibles aprietos judiciales, o estrellada, rodando por el suelo, por casos como el presunto blanqueo de capitales, los gastos suntuosos del Ritaleaks, o el fiasco de la Fórmula 1.

El Mercado Central de Valencia es otro de los espacios en los que Barberá se ha movido como pez en al agua en cada campaña. Pero la alcaldesa ha pasado de recorrer sus pasillos piropeada a protagonizar algún agrio cruce de palabras con los tenderos. Montse regenta un puesto y admite que es de derechas. “Fiarme políticamente, no me fío de nadie, pero ella nos defendía más que los de ahora”, afirma. Paco lamenta mientras despacha unas verduras que los gobernantes “crean que tienen la totalidad de la voz del pueblo”, en referencia a la exalcaldesa. Paco, cliente habitual del mercado, resume la situación con solo tres palabras: “Es el ídolo caído”.

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