La izquierda vasca, en obras

Sortu y Podemos quieren ser alternativa al PNV y el PSE trata de impedir una fuga en su electorado

Hasier Arraiz, presidente de Sortu, junto a Rebka Ubera.JAVIER HERNÁNDEZ

Los tres partidos vascos de izquierdas —Sortu, PSE y Podemos— están inmersos en sendos procesos de cambio. La izquierda abertzale y Podemos, dos formaciones que quieren romper la hegemonía del PNV, atraviesan un periodo de ajustes internos y reestructuración ante el reto de las próximas elecciones autonómicas previstas inicialmente para el otoño. El PSE, por su parte, trata de impedir una fuga de su electorado y se recuper...

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Los tres partidos vascos de izquierdas —Sortu, PSE y Podemos— están inmersos en sendos procesos de cambio. La izquierda abertzale y Podemos, dos formaciones que quieren romper la hegemonía del PNV, atraviesan un periodo de ajustes internos y reestructuración ante el reto de las próximas elecciones autonómicas previstas inicialmente para el otoño. El PSE, por su parte, trata de impedir una fuga de su electorado y se recupera del trance que supuso el proceso judicial por apropiación indebida y estafa en el que se vieron envueltos dos de sus dirigentes en Álava, y que finalmente quedó archivado.

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Si se extrapolan los resultados del 20-D, la izquierda vasca sumaría ahora el 56% de los escaños del Parlamento vasco. “Hay partido”, coinciden en la coalición EH Bildu, y también lo cree Podemos, pero de momento el PNV aguanta en Euskadi con el mayor poder institucional de la historia.

La izquierda abertzale es consciente de que su pasado ligado a la violencia terrorista y los presos de ETA son dos mochilas que no solo frenan su avance, sino que la empujan al fondo. Sortu anunció en noviembre pasado el arranque de la segunda fase de su proceso de reflexión interna —la primera se cerró con su apuesta por el uso de las vías exclusivamente políticas— que gira en torno a la construcción de un Estado vasco, con el que pretenden agitar a sus bases.

Como pista de aterrizaje para los reclusos, la formación que preside Hasier Arraiz ha asumido que lo más efectivo y rentable, a efectos electorales, es dar pasos unilaterales, de ahí su intento de convencer a los presos para que se acojan a medidas individuales de reinserción. Sortu confía en encarrilar ambos procesos para que la salida de la cárcel de Arnaldo Otegi, el próximo 1 de marzo, suponga el revulsivo que necesita el partido.

A Podemos le falta un líder que amalgame las tribus que hay en sus bases. Tras la dimisión de Roberto Uriarte en vísperas del 20-D, Podemos afrontará unas primarias en las próximas semanas. A la espera de que la dirección nacional lance el proceso interno, van a competir cuatro candidaturas que estos días deben nombrar a sus aspirantes a lehendakari. Entre las candidaturas hay una que basa su campo de actuación en reforzar la autonomía de la organización vasca con respecto a la estructura nacional, otra vinculada a la izquierda anticapitalista, la plataforma surgida del sector Sí se Puede, y la última, impulsada por los actuales diputados Eduardo Maura y Nagua Alba.

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En el PSE la candidatura de Idoia Mendia a presidir el Gobierno vasco no se discute.

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