Bárcenas intenta bloquear las pesquisas al negarse a hacer otra prueba caligráfica

La investigación busca manuscritos del extesorero para cotejarlos con su letra

El extesorero del PP Luis Bárcenas ha emprendido una nueva estrategia jurídica cuyo objetivo es evitar que los peritos puedan certificar si es suya la letra que figura en los llamados papeles de Bárcenas (la supuesta contabilidad opaca del PP). Quiere impedir que los peritos policiales —que hasta el momento no han podido emitir un informe definitivo por falta de manuscritos originales— dispongan de un cuerpo de escritura con el que verificar si fue él quien escribió los 14 folios que ...

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El extesorero del PP Luis Bárcenas ha emprendido una nueva estrategia jurídica cuyo objetivo es evitar que los peritos puedan certificar si es suya la letra que figura en los llamados papeles de Bárcenas (la supuesta contabilidad opaca del PP). Quiere impedir que los peritos policiales —que hasta el momento no han podido emitir un informe definitivo por falta de manuscritos originales— dispongan de un cuerpo de escritura con el que verificar si fue él quien escribió los 14 folios que dan cuenta de donativos de empresarios al partido y pagos a la cúpula dirigente del PP de los últimos 20 años.

Lo que busca Bárcenas, según interpretan fuentes de la investigación, es poner trabas a las pesquisas con el objetivo de que se archive el caso. El extesorero popular mintió cuando manifestó públicamente que estaba dispuesto a realizar cuantas "pruebas grafológicas y poligráficas" fuesen necesarias para, según él, demostrar que la letra de los papeles que se le atribuyen no le pertenece. O, al menos, su nueva estrategia, que exhibió ante el juez Pablo Ruz el pasado viernes, choca por completo con esa afirmación.

Ruz —el juez que ha enlazado el caso Gürtel, en el que se ha descubierto a Bárcenas 38 millones de euros en Suiza, con los papeles que dan cuenta de la supuesta caja B del PP— llevó a dos peritos calígrafos el pasado viernes a su juzgado. Con la intención de que, tras interrogarle, someterle a una segunda prueba caligráfica (en concreto, a lo que se denomina un cuerpo de escritura). El extesorero frustró las expectativas del juez. Acudió a la cita, pero declinó declarar ("ya he sido interrogado ocho veces", soltó). Y, paralelamente, rehusó someterse a la prueba caligráfica. No esperaban esta actitud los investigadores. "Si alguien sabe que se le está atribuyendo una determinada letra que no es suya, lo normal, si no hay nada que esconder, es hacer cuantas pruebas sean necesarias para acreditarlo", señalan fuentes del caso.

El argumento que ha esgrimido Bárcenas es que ya hizo una prueba el pasado 6 de febrero ante la Fiscalía Anticorrupción, y que no quiere someterse a ninguna más. Pero el extesorero omitió decir que, en Anticorrupción, desfiguró y forzó su escritura para impedir la labor de los peritos, que concluyeron que la letra "no era espontánea", según explicaron en un informe. Aparte de los cinco folios que le dictaron a Bárcenas, los peritos dispusieron de una carta manuscrita contenida en una comisión rogatoria a Suiza.

"No es posible técnicamente dictaminar sobre la correspondencia y posible autoría, en el momento presente, de los textos manuscritos y guarismos obrantes en las fotocopias controvertidas [se refieren a los papeles de Bárcenas]", señalan.

En ese informe los peritos enumeran los problemas hallados en las pruebas para determinar la autoría de los papeles que se atribuyen al extesorero. Hablan de "rotura de trazos, perdida de dibujos y agregados de impurezas extrañas a los documentos originales reproducidos". Y añaden que, si no se obtienen más documentos indubitados de Bárcenas, el resultado solo puede ser "estimativo" y sería "inviable pronunciarse sobre el fin interesado".

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Asimismo, destacan que los documentos "no permiten apreciar debidamente ciertas características del grafismo como son: la presión de ejecución, que es interpretable, la definición de los perfiles delimitados con particular de tóner, que pueden estar degradados o deformados, y la determinación de los ataques y escapes en la construcción de las grafías, en ciertos casos desfigurados". Los investigadores necesitan más manuscritos con abundantes frases y guarismos escritas por el inculpado.

Los investigadores hicieron una pregunta trampa el viernes a Bárcenas: le mostraron su declaración de bienes en el Senado (fue senador hasta abril de 2009, cuando dimitió al salir su nombre implicado en la trama Gürtel) y le preguntaron si la letra era suya. Dijo que sí. La declaración se había pedido a la Cámara Alta, pero no contiene las grafías y guarismos suficientes para que los agentes puedan realizar el análisis con la debida solvencia, según fuentes de las pesquisas.

Si Bárcenas, como manifestó el pasado viernes a Ruz, no piensa someterse a una segunda prueba caligráfica —"ya he hecho una y no hago más...", espetó—, el juez no puede obligarle. Y tendrá que idear de dónde obtiene otros manuscritos que permitan un peritaje fiable. Todas las pericias sobre estos papeles difundidas por los diferentes medios de comunicación coinciden en que los papeles publicados por El PAÍS los escribió el extesorero.

Los dos imputados en la pieza separada que ha abierto Ruz sobre la supuesta caja B del PP son Bárcenas y su antecesor en el cargo, Álvaro Lapuerta, que ocupó el mismo puesto entre 1993 y 2008. Ambos han declarado en Anticorrupción que nunca hubo contabilidad extraoficial en el partido y que no reconocen su letra en esos papeles.

Cuando Lapuerta era tesorero, su segundo, el que supuestamente escribió en esos papeles, fue Bárcenas. Por eso Lapuerta no ha tenido inconveniente en someterse, primero ante la Fiscalía, y el pasado viernes ante Ruz, a las dos pruebas caligráficas que se les ha ofrecido hacer.

No obstante, en esas cuentas sí hay algo que supuestamente pertenece a Lapuerta: la firma, el visado, que aparece en los 14 folios que ocupan las cuentas. El visado de Lapuerta es una suerte de círculo que no llega a cerrarse. Lapuerta, cuando le fue mostrado por la fiscalía, señaló que, aunque se parecía a su firma/visado, podía tratarse de "una imitación".

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Dos folios rellenó al dictado Lapuerta ante Ruz el pasado viernes, que se unen a los que le dictaron en Anticorrupción y, como en el caso de Bárcenas, los peritos vieron insuficientes para un dictamen fiable. Sobre el primer cuerpo de escritura de Lapuerta, los peritos señalaron que, a diferencia de lo ocurrido con Bárcenas, él no retorció la letra para desfigurarla, y que sus trazos eran los normales. Aun así faltaron guarismos, que ha podido completar ante Ruz. La diferencia es que Bárcenas, según los citados medios, sí sabe que la letra es suya. Y su estrategia ahora es dificultar que se realice un informe que lo certifique como premisa previa para el análisis e investigación del contenido de esas cuentas supuestamente opacas.

El diputado y miembro de la Ejecutiva del PSOE, Rafael Simancas, se refirió ayer al caso Gürtel y a los papeles de Bárcenas en el siguiente sentido: "El caso Crespo, el caso Correa, el caso Sepúlveda, el caso Bárcenas son en realidad uno solo: el caso del Partido Popular, el caso que apunta a la financiación sucia del partido del Gobierno, del PP". Simancas calificó de "muy grave" que "unos sinvergüenzas como Correa [cabecilla de la red Gürtel] y Bárcenas se hicieran millonarios mientras los españoles se empobrecían".

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