Rajoy pide a Amaiur que exija a ETA su disolución “sin ninguna condición”

Primer cara a cara del presidente con el portavoz de la izquierda ‘abertzale’

Hace apenas unos meses, desde el PP se pedía la ilegalización de Amaiur y se criticaba al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por haber permitido que esa formación abertzale estuviera en las instituciones. Ayer, Mariano Rajoy, como presidente del Gobierno, mantuvo su primer cara a cara con el portavoz de Amaiur, y el PP rechaza más ilegalizaciones.

Como no podía ser de otra forma, los dos no solo discreparon, sino que hablaron...

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Hace apenas unos meses, desde el PP se pedía la ilegalización de Amaiur y se criticaba al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por haber permitido que esa formación abertzale estuviera en las instituciones. Ayer, Mariano Rajoy, como presidente del Gobierno, mantuvo su primer cara a cara con el portavoz de Amaiur, y el PP rechaza más ilegalizaciones.

Como no podía ser de otra forma, los dos no solo discreparon, sino que hablaron lenguajes distintos, casi como si hablaran en idiomas intraducibles entre sí, pero no hubo descalificaciones. Mikel Errekondo hablaba del “conflicto político” y del “reconocimiento de Euskal Herria como nación y el derecho a decidir de los ciudadanos que les asiste”, y el presidente le miraba desde su escaño como el que ve a un marciano que acaba de aterrizar en un descampado. Le escuchó decir eso y expresar “su total compromiso con las víctimas”, pero no pudo oír ni una sola frase que justificara la actuación de ETA. Sí de reivindicaciones sobre los presos de la organización terrorista y de “hacer el cien por cien de la memoria, escribir la verdad, una verdad que sea un relato asumido por la gran mayoría de la sociedad vasca, una verdad completa que se tiene que construir mediante la suma de las verdades parciales y no mediante la media aritmética de ellas”.

Y la petición de crear “una comisión de víctimas en la cual estén representadas todas las partes implicadas directamente con el objetivo del reconocimiento, la reparación y la reconciliación de todas ellas”.

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Rajoy le contestó en tono grave y firme. Leyendo y midiendo sus palabras, en las que, sobre todo, había un mensaje de aplicación de la ley.

“El único conflicto sin resolver en el País Vasco es el de una banda terrorista que ha anunciado el cese de sus crímenes pero que no se ha disuelto y mi obligación, por tanto, es utilizar todos los instrumentos legales para asegurar la total desaparición de la banda y hacer que sus componentes respondan individualmente ante la justicia”.

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Y terminó con una petición: “Le sugiero que ponga en juego toda su influencia, si es que la tiene como es natural, para que quienes sostienen esa amenaza armada se disuelvan inmediata, voluntariamente y sin ninguna condición”. Este primer cara a cara entre un presidente del PP y un portavoz de Amaiur se produjo un día después de la firma de un acuerdo entre todos los partidos con representación parlamentaria, salvo los abertzales y UPyD. Fuentes del Gobierno dan trascendencia a ese acuerdo, en la medida que supone certificar la unidad de todos y porque sirve para dar al Ejecutivo fuerza suficiente para afrontar el final de ETA.

Hace apenas unos meses, desde el PP se agitaba el terrorismo como arma política contra Zapatero y ahora se ha rehecho el acuerdo con todos los grupos, excluyendo las ilegalizaciones. Además, Gobierno y PSOE mantienen los cauces de intercambio de información sobre la lucha contra ETA.

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