De la sobriedad de Zapatero al exceso de crítica de Rajoy

Los consultores en comunicación Roldán y Gutiérrez valoran a los líderes

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el CongresoBallesteros (EFE)

Sin concesiones estéticas, sobrio y contundente. José Luis Rodríguez Zapatero ha comparecido esta mañana siguiendo el manual del político institucional, según los asesores de comunicación Antoni Gutiérrez Rubi y Francisco Roldán, que han valorado en directo para EL PAÍS la intervención del jefe del Ejecutivo y de la oposición.

El 70% de la eficacia de la imagen que proyecta un político reside en la comunicación no verbal, ha recordado Gutiérrez Rubi, que ha destacado que la sobriedad pretende inyectar seriedad y confianza a la opinión pública de un país en crisis. A su juicio, el vestua...

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Sin concesiones estéticas, sobrio y contundente. José Luis Rodríguez Zapatero ha comparecido esta mañana siguiendo el manual del político institucional, según los asesores de comunicación Antoni Gutiérrez Rubi y Francisco Roldán, que han valorado en directo para EL PAÍS la intervención del jefe del Ejecutivo y de la oposición.

El 70% de la eficacia de la imagen que proyecta un político reside en la comunicación no verbal, ha recordado Gutiérrez Rubi, que ha destacado que la sobriedad pretende inyectar seriedad y confianza a la opinión pública de un país en crisis. A su juicio, el vestuario monocolor responde a la intención de huir de lo extremo y accesorio. “Quiere [el presidente del Gobierno] centrarse en lo fundamental: la situación económica del país. Del talante al carácter”, ha dicho para añadir: “Los tristes no ganan elecciones, pero los pesimistas, tampoco”

Sobre la capacidad de los gestos para transmitir el mensaje, Gutiérrez ha indicado: “Atención a las manos, siempre buscando el equilibrio y la simetría: busca la centralidad”, ha indicado sobre la tendencia de Zapatero de asentir con los brazos. El presidente del Gobierno ha comparecido –según Gutiérrez- “mano contra mano, tocándose solo los dedos, como un arco, al frente del pecho; similar al gesto de rezo”.Se trata de una pose que, según ha comentado, “transmite seguridad”.

Roldán ha insistido en la idea de la sobriedad y en la contundencia gestual. “[Zapatero] reafirma con sus puños cerrados sus afirmaciones. Ahora ya no levanta el dedo índice como al mediodía, ahora es el pulgar, otra reafirmación”, ha dicho.

Frente a este gesto, la tendencia a marcar la contundencia del líder del PP. “Rajoy gesticula con su mano-martillo, propio de quien enumera críticas”, ha dicho Gutiérrez. En relación al tono del dirigente popular, ha destacado: “Rajoy habla más despacio que en otras ocasiones, creo, incluso que con menos decibelios. Está martilleando los conceptos con actitud profesoral”.

Respecto al contenido, Gutiérrez Rubi ha indicado que el líder del PP ha incurrido en un “exceso de crítica”. "Cómo se puede confiar en alguien que…?. El mantra de Rajoy contra Zapatero. Creo que lo ha repetido más de diez veces seguidas”, ha valorado.

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Tras la exposición del relato de la crisis, Zapatero ha optado por la “narración dura”. En cuanto al contenido, cifras, datos, y estadísticas y alguna concesión a aligerar el discurso. “Por primera vez, casi, una metáfora: las cuatro columnas del estado del bienestar. Un final en crescendo, lentamente... Frente a la crisis, seriedad y unidad. Este es el relato”, ha escrito en skup.

El riesgo de la 'cabeza caída'

El autor del discurso no ha caído en el efecto de la cabeza caída que, según Gutiérrez Rubi, se produce cuando el político baja el rostro para leer la última línea. Parece que el texto que lee el Presidente llega hasta el final de cada página. Le obliga a bajar mucho la cabeza dando un efecto "cabeza caída" que no ayuda demasiado a la telegenia. El truco: los textos no deben de llegar hasta el final.

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