Los riesgos de las apuestas
La ludopatía es una adicción cuya prevención no puede descansar solo en el usuario
El ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, ha anunciado un decreto para obligar a las páginas web de apuestas a indicar a los usuarios de forma clara y directa los riesgos que corren con los juegos de azar online. Mensajes como “la ludopatía es un riesgo del juego” o “la probabilidad de ser un jugador que pierde dinero es del 75%” deberán estar visibles antes de realizar cualquier movimiento. El ejemplo es el de las cajetillas de tabaco.
El Ministerio responde así a la fuerte subida del número de usuarios del juego en línea, un pasatiempo especialmente popular entre la gente joven: dos tercios de los apostadores online tienen menos de 35 años, y un 34% menos de 25. En 2024 casi dos millones de personas jugaron legalmente por Internet en España, un 21,6% más que el año anterior.
No es la única medida impulsada por el Ejecutivo en este campo. También quiere introducir en su Ley de Servicios de Atención a la Clientela —actualmente en trámite parlamentario— medidas incluidas en un decreto anterior, como la prohibición de los bonos promocionales de bienvenida (que atraen especialmente a los jóvenes) y que personajes conocidos promuevan páginas web de apuestas. Dichas medidas dejaron de estar en vigor tras una sentencia del Tribunal Supremo, que dio la razón a la industria del juego —que movió en 2024 alrededor de 30.000 millones de euros— al indicar al Ejecutivo que esa clase de regulaciones han de hacerse por medio de una ley aprobada en el Congreso y no a través de un decreto.
El objetivo de las nuevas iniciativas de Consumo es impedir que el creciente auge del juego online se refleje en un aumento igual de drástico de los índices de ludopatía. Según las últimas cifras del Plan Nacional sobre Drogas, un 1,4% de los españoles de entre 18 y 64 años (algo más de 400.000 personas) muestra síntomas de una relación problemática con las apuestas. No es una cifra para pasar por alto. La ludopatía es una adicción que destruye familias, vidas y patrimonios, y su prevención es tan esencial como la de drogas como el alcohol o el tabaco.
Los mensajes que las operadoras deben incluir ahora obligatoriamente en sus promociones —conminando a los clientes a jugar “con responsabilidad” y de forma “segura”— son insuficientes porque ponen íntegramente la carga de la prevención en los usuarios. Como ha reconocido Bustinduy, los poderes públicos también deben poner de su parte para que los entornos de juego sean, desde su propio diseño, lo más seguros posible.
Informar a los ciudadanos de los riesgos que corren es una medida loable. Queda por ver cómo se refleja negro sobre blanco, especialmente en la reforma legal, aún pendiente de reunir los votos necesarios para salir adelante en las Cortes. Proteger a los ciudadanos de las adicciones ha de ser una prioridad de todos.