Cuidado con el respeto

La dirigente de Los Verdes alemanes celebró la presencia de jugadores de color en la selección de su país y gente de su onda ideológica se le reprochó

Kai Havertz, jugador de la selección alemana, celebra su gol con sus compañeros en el partido contra Dinamarca, en el estadio de Dortmund el 29 de junio.Shaun Botterill (Getty Images)

Es una situación incómoda que he vivido más de una vez por mi condición de extranjero. Duele menos si uno dispone del antídoto del buen humor; pero convengamos en que a menudo los buenos propósitos no andan lejos de la inconveniencia. En diversas ocasiones, a este o el otro nativo les pareció oportuno que yo conociese su rechazo de la xenofobia y me declararon que, al revés que otros, ellos no tenían nada contra mí. Era obvio que tales palabras, expresadas con ánimo hospitalario, ponían de relieve mi extranjería, lo que acentuaba en mí la sensación de ser un admitido. La dirigente de Los Verde...

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Es una situación incómoda que he vivido más de una vez por mi condición de extranjero. Duele menos si uno dispone del antídoto del buen humor; pero convengamos en que a menudo los buenos propósitos no andan lejos de la inconveniencia. En diversas ocasiones, a este o el otro nativo les pareció oportuno que yo conociese su rechazo de la xenofobia y me declararon que, al revés que otros, ellos no tenían nada contra mí. Era obvio que tales palabras, expresadas con ánimo hospitalario, ponían de relieve mi extranjería, lo que acentuaba en mí la sensación de ser un admitido. La dirigente de Los Verdes alemanes (partido sospechoso de cualquier cosa menos de xenofobia) Katrin Göring-Eckardt llevó a cabo una acción similar semanas atrás. Durante los días de la Eurocopa publicó un mensaje en X celebrando la presencia de jugadores de color en la selección de su país. Alemania acababa de ganar a Hungría y ella (¡qué tentadora y peligrosa es el ansia de likes!) escribió: “Este equipo es realmente magnífico. Imaginad por un momento que en él solo hubiera jugadores blancos”. Se le echaron encima y no precisamente xenófobos, ultraderechistas y demás, que también, sino gente próxima a su onda ideológica que le reprochó considerar el color de la piel como un rasgo definitorio de la persona. Desde luego, no consta que los aludidos agradeciesen su pía simpleza. Menciono el caso porque, por razones biográficas, me pilla cerca; pero sé que se han dado otros similares en España con respecto a jugadores de la selección (racializados los llamaba con áspero neologismo Irene Montero) a los que, queriendo decir algo bueno de ellos, aún se les impone una determinada diferenciación. Si no eres racista, no verás la raza, lo mismo que aquellos que decían no tener nada contra mí por ser extranjero no deberían verme como extranjero.

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