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‘Territoires éloignés’

El 22 de diciembre de 2020 me desperté en la UCI, No sabía que había pasado. Carles me explicó que perdí el conocimiento mientras íbamos en ruta en bici. Nunca antes había experimentado algo así: entendí lo que es la fragilidad. Cargué mi furgo hasta arriba y me fui a Ouessant, isla de la Bretaña francesa que conocía por ‘Cuento de verano’, de Éric Rhomer, película que me descubrió Alina. Este proyecto resume mi estancia en 'Les Îles du Ponant', este grupo de 15 islas que rodean la Bretaña. Habitando en una furgoneta, en una tienda de campaña y disfrutando de mi fragilidad

Ouessant. Llegué al pueblo en bicicleta. La marea era tan baja y el mar estaba tan lejos, que parecía que no había mar. Decidí cual sería mi bar: encontré Ty Butun y al tercer día ya me ponían mi ‘cafe allongé’. SAMUEL ARANDA
Ouessant. En la punta norte de la isla, debajo del faro de Stiff, alguien decidió construirse esta casa al borde del acantilado. Seguramente tenía poca necesidad de vida social. SAMUEL ARANDA
Bréhat. Un antiguo barco de pesca de langostas, el 'Paul Langevin', descansa panza arriba sobre la playa de Nod Goven, en la cara oeste de la isla de Bréhat.SAMUEL ARANDA
Houat. Una ola se expande a lo largo de la larga playa de Gouret, cerca de las ruinas del antiguo puerto. SAMUEL ARANDA
Ouessant. En la isla tuvieron un medico permanente que vivía en una preciosa casa de tres plantas ahora abandonada. En la buhardilla aún quedan algunos libros que no se llevó en la mudanza.SAMUEL ARANDA
Bréhat. La lluvia es compañera habitual en esta región. Por primera vez, tenía un 'flash' en mi bolsa, uno antiguo de esos de antorcha, que ayudaban a iluminar algunas situaciones. Supongo que hoy también llueve en Bréhat. SAMUEL ARANDA