El PP absorbe las competencias del ‘procés’
Quienes históricamente necesitan vivos los conflictos más graves que amenazan o pretenden amenazar la unidad de España han sido siempre los agitadores de esa unidad
Una de las características más comunes de los autoproclamados defensores de la patria, especialmente sobreexcitados con sus esencias, es que los españoles son incapaces de derrotar nada: ni a ETA, que sigue existiendo o ha transferido su poder a su brazo político, ni al procés independentista, ...
Una de las características más comunes de los autoproclamados defensores de la patria, especialmente sobreexcitados con sus esencias, es que los españoles son incapaces de derrotar nada: ni a ETA, que sigue existiendo o ha transferido su poder a su brazo político, ni al procés independentista, que sigue vivo después de que por primera vez en 40 años los independentistas (entonces llamados con Pujol, Español del Año en 1984 según ABC, nacionalistas) no sean mayoría en el Parlament. Nación fuerte y poderosa de 3.000 años de antigüedad según las cuentas de Esperanza Aguirre, pero lo suficientemente débil como para que, quien la quiera dividir, lo haga incluso después de muerto. Reminiscencias del Cid mal entendido, o entendido directamente al revés, como tantos mitos: era de él de quien se dijo que ganó una batalla después de muerto, no de sus enemigos. Obsérvese a Núñez Feijóo, líder del PP reunido ante su cúpula para traducirles la pérdida de 13 escaños del independentismo: “El procés no ha muerto porque el sanchismo lo necesita vivo para subsistir en La Moncloa”, dijo. Lectura muy centralista, por otro lado: Madrid, su rimbombante derecha, absorbe las competencias del procés. A esa reunión fue el líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, que vive en Barcelona: “El veredicto de las urnas es inapelable. Los catalanes han trasladado un mensaje y es que el proceso se acabó”. Feijóo debe creer que el procés y sus decisiones gubernamentales, esos enormes autodesmentidos públicos de Sánchez (la amnistía y los indultos), son gasolina electoral para el PSOE: cierto, si consideramos que fuera de Cataluña esa gasolina en lugar de echarse en el depósito se ha volcado sobre la cabeza. No, quienes históricamente necesitan vivos los conflictos más graves que amenazan o pretenden amenazar la unidad de España han sido siempre los agitadores de esa unidad, y eso es y siempre ha sido así no porque les importe la unidad (todo se rompe o se acabará rompiendo, no necesariamente para mal, dentro de diez o de cien años) sino porque les importa el poder, manden sobre quienes manden y como si no queda nadie sobre quien mandar.