Polonia vuelve a Europa con Tusk
Los primeros resultados en las elecciones del domingo indican que los ciudadanos se han hartado de ocho años de conflictos y escándalos que han enfrentado al país con la UE
Tras las elecciones parlamentarias de este domingo en Polonia, el partido Ley y Justicia (PiS) no podrá formar gobierno, a pesar de haber ganado con casi el 37% de los votos, según las primeras proyecciones. Como en España, será Donald Tusk, líder del segundo partido ...
Tras las elecciones parlamentarias de este domingo en Polonia, el partido Ley y Justicia (PiS) no podrá formar gobierno, a pesar de haber ganado con casi el 37% de los votos, según las primeras proyecciones. Como en España, será Donald Tusk, líder del segundo partido (la centrista Coalición Cívica), el que tiene la posibilidad de convertirse en el próximo primer ministro con el apoyo del centroderecha (Tercera Vía) y los socialdemócratas de Nueva Izquierda. El partido de ultraderecha (Confederación) estará en el Parlamento, pero sus escaños no serán suficientes para permitir al PiS mantenerse en el poder. Según los sondeos, los partidos de oposición tendrán 248 escaños, frente a los 212 de PiS y Confederación.
Si estos resultados acaban confirmándose, el próximo Gobierno polaco volverá a tener un carácter proeuropeo y prodemocrático, acabando así con ocho largos años de ataques a la independencia de los jueces, especialmente del Tribunal Constitucional, y la libertad de prensa.
Una de las principales razones por la que PiS no podrá repetir su Gobierno populista está en la forma masiva en la que los polacos decidieron acudir a votar en estas elecciones, quizás las más importantes en la historia democrática de Polonia. La participación electoral ha llegado al 73%, máximo histórico desde 1989. Las colas para votar en algunos colegios, tanto en Polonia como el extranjero, llegaron a durar más de cinco horas. En varios colegios hubo que traer papeletas adicionales e incluso, en un colegio de Cracovia, fue necesario traer una urna adicional dado el número imprevisto de papeletas.
Además de la alta participación en general, otra de las razones de la derrota del PiS ha sido la alta participación juvenil. Así, el PiS recibió menor apoyo por parte de los votantes de entre 18 y 29 años de edad. La movilización femenina, muy probablemente espoleada por las políticas conservadoras del Gobierno, también alcanzó niveles récord (73.7%).
De nada valió haber intentado movilizar al electorado organizando un referéndum simultáneo con cuatro preguntas tendenciosas sobre privatización, jubilación, inmigración y seguridad. De hecho, y a pesar de la alta participación en las elecciones parlamentarias, una gran parte del electorado decidió no participar en un referéndum que, en contra de las expectativas del Gobierno, solo alcanzo una cuota de participación del 40%, impidiendo que tuviese carácter vinculante.
Si bien en su hambre de poder el PiS hizo uso de todos los recursos estatales posibles, incluyendo el inestimable apoyo de los medios de comunicación públicos, empresas estatales y fundaciones vinculadas al Gobierno, hubo varios escándalos —incluyendo la venta de visados a cambio de sobornos— que decantaron el voto en su contra. El cansancio del electorado después de ocho años de continuos escándalos y conflictos, incluyendo batallas contra la reforma del aborto, el desmantelamiento del Estado de derecho, el distanciamiento con la UE, o las importaciones de cereales ucranios, han llevado a la mayoría de los polacos a votar por los partidos de la oposición democrática.
El presidente Andrzej Duda ya ha confirmado que, siguiendo la tradición, llamará primero al líder del PiS para que intente formar gobierno. En Polonia el cielo se hará esperar, pero Tusk volverá a teñir el país del azul democrático de la UE.