Adictos a las redes sociales
Los lectores escriben sobre la dependencia de estar conectados, las mejoras de las ciudades con elecciones a la vista, el trabajo de limpieza y la subida del salario mínimo
Hace no mucho tiempo, cuando hablábamos de adicciones, lo primero que se nos venía a la mente era el tabaco, el alcohol o las drogas. Sin embargo, lo que ahora tenemos es adicción a las redes sociales. Levantarnos, encender el móvil, ver que han publicado nuestros amigos o “ídolos” en Instagram, ver decenas de vídeos en TikTok y ponernos a hablar por mensaje con un amigo que vive dos calles más abajo se...
Hace no mucho tiempo, cuando hablábamos de adicciones, lo primero que se nos venía a la mente era el tabaco, el alcohol o las drogas. Sin embargo, lo que ahora tenemos es adicción a las redes sociales. Levantarnos, encender el móvil, ver que han publicado nuestros amigos o “ídolos” en Instagram, ver decenas de vídeos en TikTok y ponernos a hablar por mensaje con un amigo que vive dos calles más abajo se ha convertido en una rutina entre los jóvenes y no tan jóvenes. Una rutina, un hábito o mejor dicho: una adicción. Dependemos de las redes sociales, necesitamos saber en todo momento qué está sucediendo a nuestro alrededor; si no disponemos de conexión, nos enfadamos y nuestro estado de ánimo cambia por completo. Estar más de una hora sin conectarnos a la Red, es un verdadero reto. Es muy complicado desengancharse de esta “droga tecnológica”. Si pusiéramos de nuestra parte, por lo menos podríamos navegar por la Red de una forma más segura y saludable. Quizá el primer paso sea tomar conciencia del problema.
Hugo Gutiérrez Bedia. Santander
Ya están aquí las elecciones
Se estrenan contenedores de basura de última generación. Unos operarios repintan con esmero los pasos de cebra, mientras otros preparan la fuente de la plaza para que los chorros de agua salgan de colores. Los jardineros plantan árboles en los alcorques que permanecían vacíos desde hace años y, en el parque, cavan la tierra antes de sembrar las flores más vistosas. Las mismas calles que antes barrían dos cuadrillas, ahora lo hacen cuatro. Una subcontrata repara cuidadosamente las baldosas rotas de las aceras y asfalta las vías del centro del lugar. ¿Irá a pasar otro Mr. Marshall, o será que viene el rey a darse un baño de masas? Al ver al alcalde, José Luis Martínez Almeida, caminando por calles y plazas con la sonrisa puesta, se despejan todas las dudas: las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina.
Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid)
Mal remunerado y poco considerado
El trabajo de limpieza es uno de los oficios más infravalorados en nuestro país, además de ser uno en los que se cobra el salario mínimo. Con la llegada de la pandemia de covid-19, se habló mucho de los trabajadores esenciales y de la importancia del trabajo de los sanitarios, pero en ningún momento se mencionó al personal de limpieza, el cual tuvo un papel muy importante en aquella época, ya que, como todos sabemos, la limpieza fue crucial para evitar la expansión del virus. Considero que deberíamos valorar más el trabajo del personal de limpieza, puesto que tiene una labor en la cual las condiciones son precarias y, además, no tenemos en cuenta la cantidad de horas que hay detrás.
Paula Rodríguez Martín. Gavà (Barcelona)
Subida del salario mínimo
Mucho se está hablando de la subida del salario mínimo. Recomendaría a esas empresas que, año tras año, publican ganancias de un 10% o más, que compartan dichas ganancias, que hagan copartícipes a sus empleados. Conseguirían un mayor apoyo e implicación laboral para su causa. Y también pasaríamos a ser considerados personas y no herramientas.
Isidro Carmona. Madrid