Obsoleto
Los lectores opinan sobre el uso de anglicismos en el ámbito laboral, el cuestionado candidato propuesto por el PP para el Tribunal Constitucional, el amor en tiempos de redes y sobre la energía nuclear
Digamos que se llama Nicolás. Llevaba cerca de 30 años en la empresa y podía haberse jubilado ya, pero su trabajo era su segundo hogar. Aquel mes de abril todo cambió. El director general fue sustituido por otro mucho más joven y preparado, a juzgar por todos los másteres que tenía. Nicolás empezó a notar algunos cambios que le inquietaban. Las reuniones para definir las estrategias pasaron a ser briefings. Los comerciales que recibían una gratificación por superar sus objetivos, ahora recibían awards. Ya no hacían descansos para el café, ahora hacían coffee breaks. A pesa...
Digamos que se llama Nicolás. Llevaba cerca de 30 años en la empresa y podía haberse jubilado ya, pero su trabajo era su segundo hogar. Aquel mes de abril todo cambió. El director general fue sustituido por otro mucho más joven y preparado, a juzgar por todos los másteres que tenía. Nicolás empezó a notar algunos cambios que le inquietaban. Las reuniones para definir las estrategias pasaron a ser briefings. Los comerciales que recibían una gratificación por superar sus objetivos, ahora recibían awards. Ya no hacían descansos para el café, ahora hacían coffee breaks. A pesar de ser persona de mente abierta, no terminaba de entender esa obsesión por usar términos en inglés. Lo comentó con el nuevo director, o como ahora había que decir, con el CEO. Su respuesta insinuaba que estaba obsoleto. De repente, sintió una necesidad imperiosa de ser feliz. Escribió una carta, en perfecto inglés, al nuevo director con una expresión en español que no tradujo, ni falta que hacía ya que el CEO era de Logroño: “Váyase usted al carajo que yo dimito hoy mismo”.
Mariano Domingo. Zaragoza
Fatalismo
Oyendo a algunos dirigentes de la izquierda parece que estuvieran llevados por una especie de fatalismo a dar su conformidad a un candidato al Tribunal Constitucional de idoneidad más que dudosa. Sin embargo, tienen el poder de no hacerlo: con sus votos negativos, no con aspavientos virtuosos y victimistas. Se esgrime el pacto alcanzado con el PP; pero, ¿está garantizado que el PP accederá a cambio a renovar el Consejo General del Poder Judicial? Se esgrime como motivo para actuar así la obligación constitucional de renovación de las instituciones, pero ¿a costa de colocar a un candidato que ha mostrado su oposición a ciertos preceptos constitucionales? ¿Se respeta así la Constitución? ¿Y quién respeta a los ciudadanos?
María Milagros Cristóbal. Madrid
Amores virtuales
Ya sabemos que el amor es un sentimiento variable e impalpable, pero no esperaba que ahora también fuera una red infinita de unos y ceros. En estos tiempos, los amores han cambiado. Ahora, un cruce de miradas se resume en un puñadito de likes por Instagram y una proposición seria, en un follow back. Las largas cartas de amor se han convertido en wasaps ñoños repletos de emojis y las citas, en videollamadas absurdas en las que estamos más pendientes de nuestra propia imagen que de la de nuestro acompañante. Incluso haciendo sexting.
Lara Llobet Oller. Granollers (Barcelona)
Volver la vista a la energía nuclear
Actualmente, España tiene cuatro principales proveedores de gas para el uso eléctrico: Argelia y Nigeria por el sur, y Noruega y Rusia por el norte. Debido a los largos inviernos boreales, las reservas de gas de los países del norte han sufrido una caída del 25% de la media histórica, mientras que problemas políticos de los países del sur dificultan el transporte de gas a España. Tras la brutal subida en el precio de este bien vital a la que estamos asistiendo, puede que la inimaginable idea del uso de energía nuclear ya no sea tan inimaginable, teniendo en cuenta que en algunos estudios ha sido probada como la fuente de energía mas estable y limpia en nuestros días.
Jaime Ceballos Pascual. Pozuelo de Alarcón (Madrid)