Mortadelo y Filemón en Washington
Isabel Díaz Ayuso está de gira en EE UU para conseguir titulares en España
El viaje a Estados Unidos de Isabel Díaz Ayuso es para consumo interno. Aunque estas visitas se siguen con interés en España, los medios estadounidenses apenas les prestan atención, tal y como advertía Fernando Peinado en la newsletter de EL PAÍS Madrid: “Si en alguna extraña ocasión aparece algo de nuestro país en las televisiones de EE UU es más probable que la razón sea el Real Madrid o el Barça”.
Pero si la intención de Díaz Ayuso es generar titulares en España y comentarios entre nuestros tuiteros, desde luego lo está cons...
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El viaje a Estados Unidos de Isabel Díaz Ayuso es para consumo interno. Aunque estas visitas se siguen con interés en España, los medios estadounidenses apenas les prestan atención, tal y como advertía Fernando Peinado en la newsletter de EL PAÍS Madrid: “Si en alguna extraña ocasión aparece algo de nuestro país en las televisiones de EE UU es más probable que la razón sea el Real Madrid o el Barça”.
Pero si la intención de Díaz Ayuso es generar titulares en España y comentarios entre nuestros tuiteros, desde luego lo está consiguiendo. Por ejemplo, nada más llegar a Washington, la presidenta madrileña reñía al papa Francisco, al expresar su sorpresa por el hecho de que el pontífice, “un católico que habla español”, reflexionara en una carta sobre los “pecados” cometidos por la Iglesia Católica durante la conquista española. Se confirmaba así que Ayuso era más papista que el Papa, como apuntaron unos cuantos tuiteros, entre los que se contaba la actriz Anabel Alonso.
También se ha comentado con sorna el hecho de que la presidenta haya tenido que viajar a Washington para que la entreviste Telemadrid, algo que podría haberse solucionado con un taxi. La cuenta de humor gráfico Pascual Pánico mostraba a Ayuso excusándose en inglés por su acento: “Tranquila —respondían los periodistas—, si somos madrileños”. Y @LaPiur comparaba a Ayuso con esos españoles “que salen de España y buscan dónde comerse una paella”.
Estos comentarios pueden parecer injustos a los ayusers, que en Twitter son legión. Al fin y al cabo, Ayuso se ha reunido con fondos de inversión, se ha entrevistado con el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg (con foto de fan incluida) y tiene previsto un encuentro con algunos congresistas hispanos este mismo jueves. Tampoco está tan mal, ¿no?
Sin embargo, la advertencia con la que arrancábamos el artículo sigue siendo válida: lo importante no es lo que se logre allí, que no será mucho por muy bien que lo presente, sino los titulares que sume aquí. Y el riesgo es el que ya apunta un buen puñado de tuiteros: el de intentar vender un éxito internacional y diplomático, pero que se note que toda la visita es un simulacro para hacerse cuatro fotos en un escenario de cartón piedra. Solo hace falta recordar la imagen de Pedro Sánchez corriendo por un pasillo al lado de un Joe Biden que no parecía tener muy claro quién era ese señor que le hablaba. De hecho, El Mundo Today jugaba con esta comparación, con un titular que decía: “Díaz Ayuso logra contarle a Joe Biden el proyecto de la pirámide azteca en un pasillo de 100 metros de largo”.
En esta línea, Daniel Castro, uno de los guionistas de Vota Juan, sugería en un hilo que la visita de Ayuso daba para episodio de serie. La historia que proponía parecía un cruce entre Veep y Mortadelo y Filemón: “Presidenta autonómica hace viaje a NY pero allá nadie sabe quién es. No consigue reuniones. Solo el subsecretario de gestión de residuos sólidos la recibe. Ella pone banderas españolas y de USA sobre la mesa, para que aquello parezca una cumbre”.
Hay que recordar que el humor aprovecha muy bien todo lo que es solemnidad y autobombo. Es un detector infalible y cruel del abismo que hay entre cómo nos presentamos ante los demás y cómo nos ven en realidad, por mucho que nos esforcemos en aparentar y disimular. Por poner una comparación cotidiana, todos nos hemos hecho una foto en el Empire State y al verla años más tarde hemos comprobado que salíamos con cara de Paco Martínez Soria en La ciudad no es para mí.